La noticia de la detención de cuatro terroristas de la banda nacionalista ETA en posesión de 200 kg de explosivos debería ser motivo suficiente para que la opinión pública se diera cuenta de la farsa de la tregua y de las verdaderas intenciones de Otegui y sus secuaces, que no es otra que la de llegar a las elecciones municipales como sea, para reconstruir su estructura de poder ligada al manejo de fondos públicos con los que nutrir a sus apoyos sociales y mantener su lucha, que no es otra que la de destruir España.

   Frente a esta evidencia, el Gobierno juega a despistar a la opinión pública, a confundirles con la puesta en práctica de una supuesta política del palo y la zanahoria contra la banda nacionalista ETA. Por un lado quiere hacernos ver que está en plan duro, haciendo algunas detenciones mientras que por el otro lado excarcela a históricos terroristas de la banda nacionalista y hace giños cada vez más frecuentes al entorno batasuno. Es la famosa lógica del nacionalismo bueno y el nacionalismo malo. El Gobierno piensa que puede derrotar a ETA cediendo ante el separatismo político. Piensa que la banda puede diluirse en favor de las opciones del secesionismo político, aparentemente pacífico. 

  Pero el Gobierno se engaña o -más bien- nos engaña, porque ellos saben que no será así, porque cediendo ante los batasunos, estará cediendo ante ETA. Porque una cosa y la otra son lo mismo, son caras de la misma moneda. Porque el discurso de la izquierda separatista sigue siendo el mismo, con ligeros retoques de maquillaje dialéctico magnificados por la prensa afecta y cobarde. Porque estas manifestaciones equívocas de alejamiento del terrorismo no son sinceras, sino tácticas, porque el mundo proetarra no es nada sin estar en las instituciones, porque sin los ayuntamientos, sus concejalías y la telaraña de cargos en empresas públicas, sin esos ingresos con los que alimentar a su masa social, no son nada. De ahí la importancia de que se les impida participar en una democracia en la que -por otro lado- no sólo no creen, sino que quieren destruir. Porque aunque algunos no quieran entenderlo, la democracia española, la nación española es su enemiga. Porque el único fin del separatismo nacionalista es destruir España y por ello, no podemos mirar para otro lado y dar aire a quien quiere acabar con nosotros.

  Es posible que al actual Gobierno, todo eso le dé igual, porque lo único que buscan es un conejo en la chistera etarra que les permita recuperar terreno en las encuestas. Porque realmente, al PSOE actual España se la refanfinfla, porque ellos están más allá de todo esto, ellos se mueven en la era postmoderna y postnacional. Para ellos, España no es más que un accidente histórico, algo que no es merecedor de ser conservado, algo anticuado que ha de ser superado en aras de una sociedad universal amorfa, sin naciones, ni sexos …