El pasado 15 de junio, en Sabadell, Julio Anguita lanzó en abierto su propuesta de un nuevo movimiento político. Sin nombre conocido, puede partirse de su blog de apoyo para el nombre provisional de “Prometeo”. Como es sabido, el mito griego alude al robo a los dioses del fuego sagrado a favor de los hombres.

 Se enlaza al video: http://colectivoprometeo.blogspot.com.es/2012/06/somos-mayoria.html#more

Para el que prefiera leer el texto:

http://colectivoprometeo.blogspot.com.es/2012/06/propuesta-de-julio-en-sabadell-viernes.html

El programa esbozado es netamente de izquierdas. Es lo consecuente para el que, además de alcalde de Córdoba, ha sido el más exitoso líder comunista en España de las últimas décadas. Puede presentar quizá algunos matices “transversales” o nihilistas si entronca con el etéreo movimiento de protesta del “15-M”, desinflado paradójicamente cuando con más razón podría ser tribuna de malestar y protesta populares. Tampoco logró o quiso el movimiento de la acampada ser encarnado en una portavocía inequívoca, y eso, en la era de la imagen y en el país más personalistas de Europa, ha sido un error.

Anguita tiene bastante buena imagen. Se le asocia con la honestidad, lo que es algo poco común con nuestra clase política. Tiene matices de doctrinarismo inflexible; se le caricaturizaba habitualmente como un ayatola con turbante. Fustigó implacablemente a Felipe González cuando el resto de la izquierda política, cultural o sindical españolas ha tenido una doble vara de medir en sus protestas, tenemos un ejemplo cercano en el villismo y los recortes mineros o el sindicalismo y los salarios de los funcionarios, cuando el poder era ya del PSOE, ya del PP. La inflexibilidad que rezuma se asocia a la imagen de honradez; a nada aspira un hombre de su edad, salud tocada, y su pasado digno, pero meridianamente identificado con el PCE. Quizá a enredar un poco.

Cayo Lara puede ver cuestionada su función tribunicia, pese a no tratarse del anodino Llamazares. IU sigue desnortada entre los movimientos sociales marginales y el contubernio con los nacionalismos regionales, descuidando lo que a priori debía ser su principal apuesta; el trabajador y el parado, precisamente los sectores que han dado en Francia al FN el 19%. El Psoe está en crisis por que tiene al frente a un hombre ya derrotado y exministro del superresposable Zp. Rosa Díez desalentó a algunos ilusos al optar en la simbólica tesitura asturiana por el apuntalamiento bisagra de su antiguo partido. El republicanismo está creciendo. Los sindicatos dominantes agitan lo que pueden, pero no están sobrados de prestigio. En este contexto por la siniestra, la desesperación de muchos sectores, des o subempleados, con hipotecas o con estrecheces crecientes, puede canalizarse por donde menos se espere.

En ese escenario, el tono profético de Anguita tiene ciertos matices mosaicos en el Sinaí. No llegará a una “Tierra Prometida”, pero puede promover un éxodo.

Francisco Díaz de Otazu