Domingo, 24 de noviembre de 2024
UTILIZABLE EN AEROPUERTOS, ADUANAS U OFICINAS PORTUARIAS
Desarrollan un método para determinar si un líquido confiscado por la policía puede ser explosivo
Un equipo de investigadores de la Universidad de Vascongadas (UPV/EHU) ha desarrollado un método para determinar la composición química de líquidos confiscados por la policía sospechosos de ser explosivos, según publica el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Un grupo de químicos de la UPV/EHU ha desarrollado un método que ofrece a los jueces pruebas científicas concluyentes sobre la naturaleza de esos líquidos. Hasta ahora se habían dedicado muchos medios a la detección de explosivos de alta potencia, como el TNT, pero apenas para los de potencia menor, a pesar de que también pueden ser peligrosos.
"Hemos combinado cuatro técnicas de uso común en los laboratorios para determinar, de forma relativamente sencilla, compuestos explosivos o inflamables en líquidos de dudosa procedencia", explica el investigador de la UPV/EHU y autor principal del estudio, Kepa Castro.
Por una parte, la composición molecular de las sustancias se obtiene con dos técnicas espectroscópicas (Raman e infrarroja), que se pueden llevar a cabo con dispositivos portátiles en aeropuertos, aduanas u oficinas portuarias.
Por otra, para determinar qué elementos presenta la muestra se emplea un detector de energía dispersiva (EDS), al que se suman las imágenes que proporciona un microscopio electrónico de barrido (SEM).
"Con la técnica SEM-EDS se visualiza cómo se distribuyen y agrupan los elementos en la muestra. Por ejemplo, el calcio con el azufre sugiere la presencia de un sulfato de calcio -explica Castro- y al cruzar los datos de las cuatro técnicas podemos corroborar o confirmar los resultados".
MUESTRAS CON COMPUESTOS PELIGROSOS
Para validar el método, los científicos lo han aplicado sobre cinco muestras de líquidos confiscados. En cuatro de ellos los resultados son coherentes con su uso para fuegos artificiales de baja potencia. Alcoholes como el isopropílico y el metanol se emplearon para solubilizar compuestos y los científicos consiguieron producir llamas de colores.
Sin embargo, la utilización de metanol como disolvente principal fue una "sorpresa" para el equipo, ya que "este compuesto es muy tóxico para los seres humanos puesto que causa acidosis y ceguera y su uso está restringido en muchos países", explican los químicos.
En otro de los líquidos también se detectó ácido bórico, una sustancia incorporada recientemente a la lista de las "altamente preocupantes" del reglamento REACH (registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas) de la Unión Europea. Estos ácidos pueden afectar de forma negativa a la función reproductora humana.
Por último, en la quinta muestra no se encontró ninguna sustancia que entrara en ignición o explotase. "Probablemente se trate de un retardante de llama, que se emplea justo para lo contrario: prevenir incendios", concluye Castro.
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