El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha animado a los jóvenes a potenciar su capacidad de "comprender y escuchar" a los demás, lo que, a su juicio, es una muestra de estar "bien educado", en medio de un país, España, que "a veces" parece padecer "una enfermedad de oído", durante su discurso de clausura de la XI Sesión Nacional de Modelo de Parlamento Europeo en el que han actuado como delegados parlamentarios alumnos de 67 centros educativos.

    En este sentido, Gabilondo ha insistido en que ese padecimiento de oído no sólo es de "oído externo", que oye las palabras del otro, sino también del "oído interno" que es el que "acoge, corresponde, y da respuesta" al resto de voces. Esta pluralidad de voces es la que necesita, a su parecer, el Parlamento --donde ha tenido lugar la clausura, este lunes-- porque los asuntos "no son fáciles" y se vive en contextos "muy problemáticos, en el ámbito de lo discutible".

    De hecho, ha advertido a los jóvenes españoles de que los tiempos "nunca han sido fáciles", y les ha pedido que "desconfíen de los discursos paternalistas" y de aquellos que hablen de la "pobre juventud en tiempos tan difíciles", pues, según ha subrayado, la vida siempre ha tenido dificultades para los jóvenes, para los que ahora son padres o incluso abuelos.

    En todo caso, ha animado a luchar por medio de la palabra por "conjugar la equidad con la calidad" y lograr "la excelencia sin discriminación". Además, para remarcar que la juventud española vale, ha asegurado que le sugerirá al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que, "cuando oiga decir cosas generales sobre la juventud y sienta desaliento, vea la grabación de esta sesión".

    Precisamente, según ha remarcado Gabilondo, el Parlamento es "el lugar de la palabra" que "no es propiedad de ninguno" sino que "a todos pertenece". En cualquier caso, ha recordado que se trata de "decir la verdad" así como "lo que uno piensa", tratando de que, a ser posible, ambos coincidan, y "no de decir lo primero que a uno se le ocurre".

    No obstante, entre la diversidad de voces, el ministro de Educación ha ofrecido una "estrategia" para saber si lo que dice una persona "merece la pena": sospechar de quienes creen que se lo saben todo y se las saben todas, de quienes no dudan, no buscan, de quienes se asustan cuando lo que dicen coincide con lo que dicen otros y de quienes para decir lo que piensan, escuchan primero lo que dice el otro para así poderse oponer.

    Así, frente a la forma de actuar de estas personas, ha defendido que el "acuerdo" es "el sentido último" del Parlamento, también dentro de un país que "en su pluralidad y diversidad" conforma "un espacio común" al que se denomina España y que al que "tanto se quiere". De esta forma, ha apostado por que, desde esa diversidad, se pueda construir una "palabra común" que ha resumido en los valores de la "participación, comunicación y corresponsabilidad".    Igualmente, ha destacado que es "muy importante" que haya personas "libres y justas" así como "instituciones" también "libres y justas", de las que, según ha lamentado, a veces se habla "con poco afecto, sin saber lo que ha costado construirlas". En esta línea, ha afirmado que este Parlamento se ha impregnado del "aroma" y de las "palabras" de los jóvenes españoles que han participado en este programa. "Su comportamiento y su capacidad de comprender y de escuchar hacen mejor este lugar", ha apostillado.

    Finalmente, se ha referido al espacio europeo no como un espacio de la "uniformidad" donde se elaboran "planes uniformes" sino como un espacio en el que se diseñan planes "equiparables, comparables y compatibles". "El día que aprendemos a tener un espacio diverso, podremos decir: Que viva la diferencia, el derecho a la diferencia, pero sin diferencia de derechos", ha concluido.

 "QUE LA JUVENTUD NO CREA QUE EUROPA ESTÁ PARADA"

    Por su parte, el ex presidente del Parlamento Europeo y presidente de honor del programa, José María Gil Robles, ha manifestado su deseo de que estos jóvenes sean "mejores parlamentarios que los actuales", no porque los que trabajan como tales en estos momentos sean "malos", según ha aclarado, sino porque en la UE "cada vez se tienen más medios, más competencias y más poderes".

    Además, ha pedido a la juventud española que "no crea" los comentarios que se hacen sobre Europa sobre que está parada o que no responde a los retos del tiempo actual, ya que, según ha explicado, "siempre es difícil ver lo que se está haciendo cuando uno está en medio de la tarea".

    De hecho, ha remarcado que si ha habido un año importante para la UE, ese ha sido el 2010 con la puesta en marcha del Tratado de Lisboa, así como del servicio exterior europeo, que, "por desgracia", según ha lamentado, no se ha puesto en funcionamiento "a tiempo de poder ser eficaz en los tristes sucesos de África del Norte"--. Asimismo, ha destacado la aprobación de la iniciativa ciudadana europea y la orientación común de las políticas económicas europeas de que goza ahora la UE.

    En el acto de clausura también han intervenido el vicepresidente de Caja Madrid, Virgilio Zapatero, y la presidenta de la Fundación San Patricio, Sonsoles Castellano, ambas, instituciones organizadoras del programa.