Viernes, 22 de noviembre de 2024
Messi y Pedro, vitales ante el PSG
El Barça sufre para estar en semis por sexta vez consecutiva
Y es que Messi, acabado de entrar, accionó una única vez el turbo y se llevó a dos defensas, se la dio a Villa, y éste en un recurso de agrado para él como es la espuela, la dejó para un Pedro que no se lo pensó dos veces, cargó rápido el misil y con la zurda, de primeras, envió el balón al fondo de la red para poner el empate en el electrónico y volver a verse más cerca de Wembley.
No hizo mucho más el conjunto catalán para batir a un Sirigu que apenas tuvo trabajo. Llegó y chutó el Barça, pero casi siempre a las nubes y lejos del arco del italiano. Por contra Valdés fue el salvador en la primera parte y propició también el pase a unas semifinales que son las sextas consecutivas para el club blaugrana, algo nunca hecho en Champions.
Pese a un Iniesta estelar que fue el más constante, no pudieron ni él ni Xavi llegar a coger el control del partido, pero no hubo nada que lamentar. Quizá mereció más el PSG en el global de la eliminatoria, pues realizó una gran primera parte en el Parc des Princes y ha hecho méritos esta noche, pero los blaugranas han demostrado que todavía son mejor bloque pese a las bajas y, seguramente, ha hecho bueno lo de la suerte de los campeones.
En la primera parte el Barça fue Víctor Valdés y la falta directa de Xavi en el primer minuto que pareció gol a ojos de muchos culés al tocar en la parte trasera de la red de Sirigu. Quiso empezar teniendo el control del balón, con el PSG atrás, pero la falta de mordiente y alguna precipitación inesperada propició que el equipo francés, a quien el empate inicial no le valía, estirara líneas y se fuera atrevido hacia la portería del de LHospitalet.
Fueron unos primeros minutos de ida y vuelta, de toma y daca, un guión con el que el Paris Saint-Germain estaba más cómodo y con tal sensación afianzándose con el paso de los minutos. Arriba, tanto Ibrahimovic, una isla que daba siempre frutos a sus compañeros descolgando balones, como la calidad de Pastore y la velocidad que haría saltar un radar de Lucas Moura fueron un peligro constante.
El Barça comenzó el duelo con billete a las semifinales y se fue al descanso de idéntica forma, pero fue gracias a un Valdés que estuvo providencial en más de una ocasión. Sacó, en su mejor virtud, un mano a mano con Lavezzi y estuvo ágil para sacar una mano que evitaba que un cabezazo de Lucas Moura quitara las telarañas de su escuadra izquierda. Ambas jugadas creadas por Ibrahimovic, que no chutó pero hizo jugar a los suyos.
Por contra, los de Tito Vilanova también tuvieron sus oportunidades más allá de la falta inicial de Xavi. Sin Messi en el campo, aunque en el banquillo listo para saltar si era necesario, volvió Cesc a colocarse de falso 9 pero intercambiando posiciones con Villa, mientras Pedro intentaba abrir campo por la izquierda. No obstante, fue Iniesta el único que dio la sensación de poder crear más peligro, pues los disparos blaugranas no fueron entre los tres palos.
Sin duda, así, lo mejor al descanso fue el resultado, ya que el Barça no pudo en ningún momento calmar el partido, que era lo que más necesitaba. De hecho, el PSG tuvo más posesión que ningún otro equipo ha tenido en el Camp Nou últimamente. Quiso cambiar este punto el cuadro blaugrana y lo logró en la reanudación, llevando el ritmo del partido, y fue justo cuando los parisinos se adelantaron por vía de Pastore, culminando una contra asistido por Ibrahimovic, que ya había avisado con ello.
Vilanova, que veía el partido más cerca del 0-2 que del empate, no tardó más en cambiar las cosas y dio entrada a un Leo Messi que, entre algodones, tenía en sus botas el obrar el milagro. De no poder jugar, a hacerlo y con la responsabilidad de saber que todos le buscarían para batir a Sirigu. Con el argentino también entró Bartra por una enésima lesión de Adriano, y los locales se fueron arriba.
En el 65 llegó la mejor ocasión para el Barça, en una larga jugada llena de líos, rebotes y disparos en que Sirigu le sacó la buena a Iniesta y la zaga otra a Xavi. Era el camino a seguir, y pronto quedó claro. Ni cinco minutos después, Pedro consiguió el empate asistido por Villa pero con inicio en Messi.
Ancelotti quiso mover pieza. Primero, como en el Parc des Princes, dio entrada a Gameiro por un amonestado Lavezzi en un cambio de cromos sin más, pero apostó también por el guante que tiene en su bota diestra David Beckham para las acciones a balón parado y para enviar balones al área en busca de un gol postrero que les diera el pase, como hizo Matuidi en la ida para el 2-2. Y, a ello, Vilanova respondió con Song para hacer un doble pivote con Busquets, anulando la revolución.
Columnistas
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