Sabado, 04 de enero de 2025
La opresion china no cede
El disidente cristiano chino Yu Jie se exilia en EEUU después de denunciar las torturas del régimen PEKÍN,
Yu aseguró que sus circunstancias se agravaronespecialmente tras la concesión del Premio Nobel de la Paz, en 2010, al disidente encarcelado Liu Xiaobo. Yu podría detallar los abusos y palizas de que fue objeto durante la comparecencia que tendrá la próxima semana ante una comisión del Congreso de Estados Unidos.
"Pocos días antes de la ceremonia de la concesión del Premio Nobel a Liu Xiaobo, fui secuestrado y varias personas me desnudaron y golpearon hasta el punto de desmayarme y ser trasladado al hospital", recordó. En los meses siguientes, prosiguió, sufrió pérdidas de memoria, falta de sueño y dolores, añadió.
"Se sintieron ultrajados por la concesión del premio a Liu Xiaobo y lo pagaron conmigo. Creían que era uno de sus mejores amigos, que tuve algo que ver con lo que había hecho", explicó.
Liu fue condenado en 2009 a once años de cárcel por incitar a la subversión. Su encarcelamiento y el arresto domiciliario clandestino a que ha sido sometida su esposa, Liu Xia, le han convertido en el centro de una campaña internacional de solidaridad con él y con el resto de disidentes.
"HE DECIDIDO VIVIR EN OTRO LUGAR"
El testimonio de Yu ante una comisión del Congreso se producirá a pocas fechas de la visita oficial a Estados Unidos del viceprimer ministro chino, Xi Jinping, cuyo nombre se baraja como posible sucesor de Hu Jintao como presidente del país.
"A lo largo de los últimos años, y durante largos periodos, no he tenido libertad y he estado sometido a arresto domiciliario", declaró Yu a Radio Free Asia en una entrevista publicada ayer jueves en su página de Internet (www.rfa.org). "A falta de libertad para expresarme por mí mismo mediante mis escritos y de libertad para tener mis propias creencias religiosas, he decidido vivir en otro lugar", añadió.
Yu, un bibliófilo de 38 años de edad, ha sido uno de los disidentes que más han criticado los controles que ejerce el Partido Comunista sobre las creencias religiosas y sobre las opiniones. En 2006, se reunió en la Casa Blanca, junto a otros dos disidentes, con el entonces presidente norteamericano, George W. Bush.
Desde hace cinco años, las autoridades han prohibido la publicación de sus escritos. Aparte de sus ensayos críticos con la ideología del poder, Yu condenó desde 2002 y 2003, tras su conversión al cristianismo, el cierre de las "iglesias a domicilio" que se negaban a aceptar el control estatal.
Desde su residencia en los extrarradios de Pekín, burló las prohibiciones publicando sus escritos en Hong Kong y en el extranjero y en 2010 no dudó en publicar una dura crítica contra el primer ministro, Wen Jiabao, pese a la reputación de éste de ser uno de los dirigentes más abiertos del régimen. En la actualidad está concluyendo una biografía sobre Liu, explicó a Reuters.
"Antes de salir, un alto responsable de la seguridad del Estado me dijo que se me permitiría ir a Estados Unidos y regresar, pero he sabido que si en Estados Unidos hago las cosas que a ellos no les gustan, no me dejarán volver", explicó. Antes de su salida, añadió, las autoridades le impidieron reunirse con periodistas y diplomáticos extranjeros
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