Viernes, 29 de noviembre de 2024
Para que los agentes privados puedan generar empleo
El liberal alemán Gérard Bökenkamp receta menos gasto público
El historiador alemán Gérard Bökenkamp, miembro de la Friedrich Naumann Foundation for Freedom, recomienda menos gasto público como receta para superar la crisis, de forma que el Estado permita a los agentes privados generar empleo productivo que eleve la riqueza de los ciudadanos.
"El debate siempre se centra sobre la deuda pública, pero no es el mayor problema. Japón tiene niveles de deuda superiores a los de España, pero es una economía fuerte", destaca este liberal, que este fin de semana ha estado presente en Santiago, donde ha impartido una charla sobre liberalismo y la economía social de mercado en Alemania en la Southern Europe School on Liberalism.
Este es el primer año en que profesores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), entre ellos los economistas Fernando del Río y Francisco Xavier Lores, organizan esta iniciativa, una escuela de pensamiento liberal que nace con vocación de continuidad y vinculada al partido Converxencia XXI, de corte liberal y galleguista.
En una entrevista concedida a Europa Press, Bökenkamp expone sus impresiones sobre la situación económica y Europa, escenario en el que, según advierte, el Gobierno de Françoise Hollande constituye "el mayor problema", debido a su "inflexibilidad" en política económica.
Del Ejecutivo de Mariano Rajoy, en cambio, valora cierto "reformismo", aunque admite no conocer en profundidad sus medidas ni las fortalezas y debilidades de la economía española.
Apenas una semana después de que los alemanes votasen, Bökenkamp, nacido en 1980 y cuya área de investigación es la política económica y nacional de la República Federal de Alemania, llama la atención sobre el hecho "histórico" de un Bundestag sin representación del Partido Liberal Demócrata (FDP), algo que atribuye al castigo del electorado por no aplicar sus promesas de rebajar impuestos.
Los liberales alemanes, socios estos últimos cuatro años de la canciller Angela Merkel, no han alcanzado el 5% de los votos en estos comicios, con lo que se quedan fuera de la Cámara Baja, de la que formaban parte desde la fundación de la república federal.
El FDP ha actuado tradicionalmente como partido bisagra y ha formado parte de 17 de los 22 gobiernos constituidos desde la II Guerra Mundial, coaligándose tanto a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel como al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD).
"En las últimas elecciones, en 2009, -el FDP- obtuvo un 14% de representación, pero desde entonces perdió muchísima credibilidad porque al principio se mostró a favor de la bajada de impuestos pero después su líder dio marcha atrás", resalta Gérard Bökenkamp.
En su análisis sobre la debacle electoral de los liberales, subraya que el cambio de líder -Guido Westerwelle fue sustituido por el ahora dimitido Philipp Rösler en 2011- produjo "una fuga masiva de votantes de un perfil más conservador hacia el partido socialdemócrata".
Y es que el partido liberal "se movió hacia idearios más de izquierdas", explica, circunstancia que le hizo ganar en torno a 1 millón de votos, pero perder más de 2 millones.
Ahora, el arco parlamentario presenta una particularidad "curiosa" a ojos de este alemán, y es que "solo hay un partido de derechas (CDU) y tres de izquierdas, que tienen mayoría (el SPD, La Izquierda, con y Los Verdes), pero que no forman coalición debido a discrepancias entre ellos".
En consecuencia, analiza que la agenda del nuevo gobierno -previsiblemente conformado por la CDU y el SPD- será de un perfil "más de izquierdas y socialdemócrata que antes", que, lamenta, traerá consigo subidas de impuestos.
Al respecto, pronostica incrementos en impuestos directos -sobre las rentas- que, aunque "en un principio" se aplicarán sobre los contribuyentes con mayores recursos, posteriormente se generalizarán al conjunto de la sociedad. Descarta, sin embargo, que se suban los indirectos -sobre el valor añadido-, pues antes de 2009 ya pasó del 16 al 19%.
A su juicio, esta modificación en la política económica alemana podrá afectar de dos maneras al rumbo de la Unión Europea. "En primer lugar -indica-, la credibilidad de la unión depende del crecimiento de la economía de Alemania. Si Alemania torna en una situación parecida a la de Francia o Italia en el futuro, con la expansión del Estado de Bienestar y adopción de medidas como la ley del salario mínimo, es posible que la crisis alcanzase niveles superiores y ello afectaría a la credibilidad de Europa", sostiene.
Un segundo punto, señala, está relacionado con la dificultad de formar un nuevo partido en Alemania. No obstante, Alternativa para Alemania (AfD) fue fundado hace siete meses y, pese a no alcanzar el mínimo del 5%, sí consiguió un 4,7%, por lo que Bökenkamp entiende que podrá recabar un resultado "mucho mejor" en las elecciones del año que viene a la Eurocámara y condicionar, además, las políticas alemanas.
Este liberal, que tiene también como áreas de interés la historia de la economía, la filosofía y la historia del liberalismo, niega tajante que los resultados de los comicios germanos puedan leerse como un triunfo de las teorías del británico John Maynard Keynes sobre las del austriaco Friedrich von Hayek.
El enfrentamiento intelectual entre estos dos clásicos gira en torno a dos concepciones contrapuestas de la economía, que pueden definirse con la creencia en una evolución cíclica y la apuesta por el gasto público para estimular la demanda agregada, la del primero; y la defensa de una economía libre y el rechazo del monopolio del Estado en la regulación bancaria, la del segundo.
"Nunca antes el FDP estuvo tan fuerte como en las anteriores elecciones -las de 2009-, cuando su perfil era marcadamente económico y tenían una agenda claramente liberal", resalta. "Una vez en el gobierno se hizo más de izquierdas y menos claro. No implementó estas políticas y sus votantes quedaron insatisfechos", añade.
Así las cosas, interpreta que la votación de los alemanes el pasado domingo "no representan el fracaso de Hayek frente a Keynes, sino que supone la derrota de no tener la credibilidad que tenían antes de 2009".
Pero piensa que "muchos liberales y conservadores estarán muy descontentos con las políticas de los próximos cuatro años". Esto, expone, constituye "una oportunidad" para que los liberales retomen su credibilidad, "si se muestran como una buena alternativa a estas políticas". "Vamos a tener un Parlamento en el que todos los partidos tienen la misma opinión sobre salario mínimo, subida de impuestos, regulación de la economía... Y la alternativa disponible va a ser esa", argumenta.
En este sentido, afirma que el ala derecha del espectro político es hoy "más fuerte que cuatro años atrás", pero "la razón" por la que esta entereza no se traslada al Bundestag se encuentra en que el voto está dividido entre el FDP y AfD.
"Tenemos moneda única pero no existe completa flexibilidad del factor trabajo". Así resume Bökenkamp "el principal problema" de la eurozona, ante lo que recuerda como, en el siglo XIX, con el patrón oro, los "desajustes" de la economía se veían rápidamente "equilibrados".
Ahora, ve "dos salidas" para Europa: "O vuelve a haber flexibilidad en el sector trabajo, o habrá que retornar a monedas nacionales y sistemas de cambio nacionales. Pero esto significaría el fin de la unión", concluye.
Columnistas
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