Sabado, 11 de enero de 2025
Así lo ha indicado este miércoles durante una audiencia en el Aula Pablo VI con más de 800 monjas
El Papa Francisco advierte del daño que causan a la Iglesia los que la utilizan como "trampolín" para intereses propios
El Papa Francisco ha advertido del "daño que ocasionan al pueblo de Dios los hombres y mujeres de la Iglesia que son carreristas, escaladores, que usan al pueblo, a la Iglesia, a los hermanos y a las hermanas --a quienes deberían servir-- como trampolín para los intereses propios y las ambiciones personales".
Así lo ha indicado este miércoles durante una audiencia en el Aula Pablo VI con más de 800 monjas que han participado en la Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de las Superiores Generales (UISG) que se ha celebrado bajo el lema El servicio de la autoridad según el Evangelio. A ellas se ha referido para pedirles que sean "madres" y "no solteronas".
El Papa Francisco ha agradecido a las religiosas "todo lo que hacen" y ha deseado que la vida consagrada sea siempre "una luz en el camino de la Iglesia". Así, ha recordado que "la vocación es siempre una iniciativa de Dios" y significa "centrar la existencia sobre Cristo y sobre su Evangelio, sobre la voluntad de Dios, dejando los propios proyectos para poder decir, como San Pablo: no soy yo que vivo, sino Cristo vive en mí.
En esta línea, el Pontífice ha precisado que esta vocación lleva a "un camino de adoración del Señor y de servicio a Él en los hermanos y hermanas" en la obediencia, la pobreza y la castidad. Concretamente, ha destacado que "la obediencia es escuchar la voluntad de Dios, en las mociones interiores del Espíritu Santo" y, en este sentido, ha invitado a las religiosas a aceptar que "la obediencia pasa también a través de las mediaciones humanas".
Además, se ha referido a la pobreza como "superación de cada egoísmo en la lógica del Evangelio que enseña a confiar en la Providencia de Dios" y que se aprende "con los humildes, pobres, enfermos y todos aquellos que están en las periferias existenciales de la vida". De hecho, ha subrayado que "la pobreza teórica no sirve, la pobreza se aprende tocando la carne de Cristo pobre en los humildes, pobres, enfermos, niños".
Asimismo, ha hablado de la castidad "como carisma precioso que alarga la libertad del don a Dios y a los otros, con la ternura, misericordia, cercanía de Cristo" y ha pedido "por favor" que tengan "una castidad fecunda, una castidad que genera hijos espirituales en la Iglesia". "La consagrada es madre, debe ser madre y no solterona", ha reiterado.
Finalmente, el Papa se ha dirigido a sus "queridas hermanas" y les ha asegurado que las sigue con afecto, que reza por ellas. No obstante, les ha pedido que también recen por él, que saluden a sus comunidades de su parte, sobre todo a las enfermas y a las jóvenes y les ha animado ha seguir "con alegría" el Evangelio de Cristo. "Sed alegres porque es bello seguir a Jesús, es bello convertirse en icono viviente de la Virgen y de la Madre Iglesia jerárquica", ha subrayado.
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