Miercoles, 27 de noviembre de 2024
(Recordando a G. A. B.)
El retorno de las palabras
No volverán...
Y de ello debemos congratularnos porque la rima con que inicio o subtitulo mi
artículo, pretende expresar una realidad y un deseo que intentaré explicar y
comentar.
En los actuales momentos de nuestro devenir histórico, la irrupción de VOX y
la evidente decadencia de la izquierda en el panorama político, han puesto
de manifiesto, entre otras cosas, el que nuestro exquisito y riquísimo
vocabulario, estaba sufriendo un irrespetuoso, ignorante y malintencionado
ataque y saqueo a cargo, especial y precisamente, de nuestra lamentable
clase política, en un intento de acomodarlo a lo que conocemos en general
con la acepción de lo "políticamente correcto", y así vocablos, palabras,
términos que eran reflejo de grandes valores, iban desapareciendo o siendo
empleados en sentido peyorativo, adjudicándoles unos significados
totalmente enfrentados con los que, hasta ahora, eran la realidad más
palpable y ortodoxa, porque ¡cómo no! esos términos denostados se
consideraban herederos de la dictadura franquista. ¡Qué sería del argumentario izquierdoso si Franco no hubiese existido! Pues, seguramente
pasaría a ser un argumentario sin argumentos o sea, nada, al haberse
quedado sin su principal y casi exclusiva fuente. Tal es su riqueza de ideas.
Aparte de lo dicho, cualquier "percebe lingüístico" (con todos mis respetos
para los percebes) se autoatribuía el derecho de inventar nuevos vocablos o
usar los inventados a su manera, y así, empezamos a sufrir desde los
requeteutilizados "todos y todas" a padecer los ridículos "miembros y
miembras", "portavoces y portavozas", etc., etc. para martirio de nuestros
oídos y tormento de nuestro intelecto incapaz de resistir tales atentados que
por cierto, culminaron estos días con el último e insuperable hallazgo de una
destacada podemita cuya inspiradísima nueva palabra encontrada es, ni más ni menos que: "¡matria!" sustituyendo a patria por aquello de la ley de
igualdad de género que viene a ser como la superioridad del femenino sobre
el masculino. Ni que decir tiene lo encantada que se quedó la susodicha
señora tras pronunciar semejante parida. No nos bastaba patria, por cierto
femenino ya, y ahora tenemos matria para no sentirnos huérfanos a medias.
Y no solo sufrían este despectivo ataque las palabras sino también y, muy
especialmente, los signos y símbolos que habían caracterizado
históricamente nuestra identidad, y así, empezando por "España" y siguiendo
por "hispanidad", "patria", "bandera", "escudo", "raza", "unidad", "honor",
"gloria", "laurel", etc. y sus derivados, pasaron a ser términos o símbolos
proscritos y despreciables, cuyo uso encerraba ribetes o connotaciones
fascistas, pasando por tanto a ser impronunciables o inutilizables dentro de lo
tantas veces repetido "políticamente correcto".
Y fué, en especial nuestra bandera, el símbolo más notablemente
despreciado hasta el punto de ser identificado su uso, según decíamos
antes, como expresión de extremismos radicales. Y el lucir banderas
españolas en correas de relojes, pulseras, móviles, etc., llegó a considerarse
como un acto de heroísmo y valentía frente al temible izquierdismo por la
timorata y falsa derecha que, desgraciadamente no osaba utilizar con
naturalidad tan patrióticos aderezos.
Afortunadamente, cogiendo el hilo de lo dicho al principio, las actuales
circunstancias van dando paso a un retorno de los términos y símbolos
arrinconados por el cainismo vergonzante e imperante y ya no resulta insólito
el defender públicamente nuestros valores, exhibiendo nuestros símbolos sin
cobardes temores y utilizando el lenguaje que nunca debimos abandonar en
aras de un ridículo talante contemporizador.
Bienvenida sea nuestra bandera, bienvenido sea nuestro escudo y
bienvenido sea el orgullo de ser y sentirnos españoles. Y olvidemos esos
inventos ling?ísticos que ya se nos iban pegando inconscientemente y
atengámonos a lo establecido y aceptado ortodoxamente, sustituyendo lo
"políticamente correcto" por lo "lingüísticamente correcto". Seguro que nos
entenderemos todos mucho mejor.
Francisco Alonso-Graña del Valle
Columnistas
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna