Una de las muchas cosas que no se soportaban de la Iglesia católica, era el uso del velo por parte de las mujeres que únicamente usaban  cuando iban a oir Misa. Como ya sabrán, esta costumbre actualmente ya no existe.

Sin embargo, contra el uso del burka islámico, que tapa todo el rostro de las mujeres y lo llevan y usan constantemente, no se comenta ni se critica nada, salvo honrosas excepciones

Esto está llegando a tales extremos en el mundo occidental, y concretamente en España,  que hace que las féminas islámicas acuden a las comisarías, por las razones que sean, con dicho burka, o con prendas que cubren total o parcialmente el rostro, lo que hace imposible su identificación.

Viendo esto, ¿cómo es posible expedir un DNI o un pasaporte a esta gente si no se las puede identificar? ¿Qué clase de control de seguridad se puede ejercer si se lleva el rostro total o parcialmente cubierto?

Por otra parte, hay un asunto sobre este tema del que se habla muy poco: los funcionarios policiales ven las cosas de distintas formas, lo que hace que sus actuaciones sean asimismo distintas por temor a actos vandálicos o terroristas contra las comisarías y demás establecimientos policiales.

Asimismo, y como ya sabrá usted señor Rajoy,  en casi todo el mundo, y más concretamente en Europa, se están adoptando medidas para la prohibición del velo islámico, y más concretamente el burka.

El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice:

 “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.”.  

Estas palabras son muy bonitas, pero en la práctica no se respetan. Todos sabemos las terribles matanzas y persecuciones que sufren los cristianos en muchos sitios, preferentemente en aquellos que domina el Islam. Sin embargo, la religión cristiana es la única que no persigue, que perdona y que respeta.

Por supuesto que lo que no respeta el Islam es el “cambiar de religión o de creencia”. Aquella persona que lo intentara sería inmediatamente degollada, lapidada o ahorcada.

No se entiende muy bien cómo se permite practicar una religión que no respeta a la mujer. Aquí, señor Almodóvar, tiene usted tema para hacer una película. Pero, claro, no tiene los dídimos suficientes para ello.

Si a la religión cristiana se la está exigiendo constantemente que se practique en el ámbito privado, ¿por qué no se hace lo propio con la religión islámica?

Lo primero que hay que exigir a una religión es que no ofenda al resto de los ciudadanos que no la practican o que no creen en ella, lo mismo que tampoco se la pueda permitir cuando dicha religión afecte, o pueda afectar, a la seguridad ciudadana.  Lo dice el artículo 16 de nuestra Constitución:

“Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley”. 

Pero, claro, este artículo se le pasa por el arco del triunfo cuando las instrucciones que aparezcan en el panel ideológico así lo ordenen, o cuando lo mande el agit-prop.

Por tanto, señor Rajoy, atienda también a este asunto,  aunque dudamos mucho que usted y su híbrido partido, sean capaces de arreglar esto y otras cosas.

Luis David Bernaldo de Quirós Arias