Viernes, 10 de enero de 2025
Carta semanal del Arzobispo de Oviedo
En las raíces nos aguarda Dios: la lección del invierno
Han vuelto las clases y nuestros más jóvenes regresan al colegio. Las fiestas terminan y todo entra en sus cajas hasta que dentro de un año volvamos a romper sus lazos y precintos para engalanar la vida y montar el Belén. El horizonte se inclina caprichosamente hacia arriba como siempre sucede con la cuesta en enero. Y parece que uno se despereza forzadamente para volver al cotidiano trajín tras la tregua navideña.
Estos primeros días del año se presentan siempre con el sabor resacoso de unas fiestas que volvieron a terminar, y la incertidumbre llena de fatiga ante el presente y el futuro tan duro que no se logra despejar. Se nos antoja entonces que estos primeros lances de cada año son ingratos, desabridos, duros. Pero el invierno tiene una cualidad humilde capaz de enseñarnos una lección en estas fechas del año. Y hace saltar por los aires cualquier pesimismo, cualquier maleficio, rompiendo cepos y abriendo ventanas, para que entre la brisa de la esperanza que nos permite volver a empezar.
Aunque los días se empiezan a alargar con el tiempo pausado de estas fechas, y parece que se nos cuela antes la luz cada mañana al despertar, y que resulta cada vez más remolona al decirnos adiós al atardecer, tiene algo este tramo del año que nos hace abrir a la esperanza en medio de las cuestas arriba que nos impone enero.
No estamos ante la explosión vivaracha de una primavera en frescor, ni ante el apacible estío que llena de sosiego jornadas largas de tiempo amable, y tampoco estamos ante ese otoño discreto que nos introduce en la serena paz de alfombras de hojas caídas. Es difícil este tiempo en el que el frío por fuera parece que nos atenta por dentro, y nos deja demasiado desnudos ante una intemperie desnuda también. El paisaje invernal impone esta nota de austeridad que puede sumirnos en una cierta soledad tal vez demasiado descobijada. Y sin embargo, en el invierno la vida también crece. No tiene la apariencia vistosa y colorida de otras estaciones del año, pero hace su papel y trabaja calladamente para que luego lleguen los frutos sabrosos, y rompan las flores con su aroma, y el agua salte cantarina por torrentes y valles. Nuestra vida tiene momentos de invierno que no son inútiles, ni sin sentido. Hay que saber vivirlos con la sencillez y sabiduría de quien también aquí se atreve a entender el mensaje de Dios. Porque no es el momento de la flor ni del fruto, sino el tiempo de la raíz. Y las raíces no trabajan en el escaparate, sino en la más noble trastienda, para que luego se pueda presentar y exhibir lo que callandito se ha ido preparando.
Decía el gran poeta Rilke que “Dios espera siempre en las raíces”. Estamos también nosotros preparando el fruto de la primavera que deseamos para todos en tantos sentidos. El Señor que es quien ha sembrado su Gracia en el surco de nuestra vida y de nuestra Diócesis, es también Él quien la riega y abona, y será Él quien hará brotar una novedad que llene de luz y de fecunda bondad nuestros caminos.
Tiempo de invierno, tiempo de raíces, para crecer interiormente, poniendo así los peldaños por los que podremos subir al altozano desde donde se ven las cosas con los ojos de Dios. La Iglesia no tiene un balcón mejor cuando abre sus puertas, sus brazos, para que quien busca encuentre, quien sufre sea sostenido y consolado, y quien reparte a manos llenas el bien y la paz de Dios sea siempre bienaventurado.
+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm Arzobispo de Oviedo
Comentarios
Por PARA RAICES 2013-01-13 18:25:00
Cuanta incultura y cuanto fanatismo.En el fondo eres un don nadie
Por PARA JLLS 2013-01-13 18:21:00
El señor Raices y tambiém ramas.no tiene ni la menor idea de lo que está comentando.Solo pretende ofender
Por JLLS 2013-01-13 16:51:00
Comentarios Estimado "Raíces y también ramas": Me parece que tu comentario está bastante mal dirigido. El arzobispo habla de sentimientos y de actitud ante la vida; de fundamentos para el espíritu, dirigido al católico y a todo hombre de buena voluntad que lo quiera, en este caso, leer. Ciertamente en el momento actual encontramos mucha mentira, pero, por favor, no confundas los partidos políticos con la representación particular de una institución, la Iglesia católica que--con todos los defectos de los hombres que en ella han estado y estamos--nunca ha dejado de defender el mismo mensaje de amor y atención a los demás. Incluyendo a los de espíritu pobre... De otra parte, si analizamos su actuación material, me temo que no vayas a poder encontrar ninguna otra persona, institución, ong, etc que ante situaciones de necesidad pueda acercarse a la labor social de la Iglesia, tanto universal como particular, a cuya cabeza se encuentra Fr.Jesús Sanz Montes, ofmo...
Por Raices y tambien ramas. 2013-01-13 15:15:00
Muchas gentes como este señor, tienen anhelos y afanes, como las arañas que tejen telas y esperan pacientes a que la víctima propicia pase y quede enredada, pegada en sus telares. Dice el que firma como Fr. Jesús Sanz Montes ,ofem Arzobispo de Oviedo. "La Iglesia no tiene un balcón mejor cuando abre sus puertas, sus brazos, para quien busca encuentre, quien sufre sea sostenido y consolado, y quien reparte a manos llenas el bien y la paz de Dios sea siempre bienaventurado". Esto ultimo es Hacienda y lo anterior igual o al contrario, quien a ciertas gentes se una acabara no solo desplumado y encima agradecido, al final puede y con suerte hasta ingresado en algun centro psiquiátrico, por que las matemáticas según algunos planteamientos no cuadran. En definitiva aquellos que siempre han vivido pidiendo se vuelven por arte de sus practicas en minas , filones y Bancos de abundancia para aquellos que entre otras políticas mas las suyas se encuentran ahora en tal taxativa, "No acabo de entender que sacandome hasta la ultima gota de sangre, encima sea bienvenido consolado y saciado de todas mis carencias besicas y corporales" cuando justamente esta Institucion es un pozo sin fondo, donde nada parece saciarles, en todo caso da la sensacion, de que todo es poco lo que se les debe y que bien podrían no perdonarte la vida si ven algo en ti que les disguste. Ellos serán los que amarren o desamarren tanto aquí como arriba, según sus influencias que parecen ser muchas y así y de ningún otra manera esto sera rocín y manzana. Dicho con el debido respeto a quien pudiese proceder, lo primero seria nunca engañar a nadie, ya se que esto a día de hoy es casi imposible y no solamente en esta Institución, que afín de cuentas si se mira con el raciocinio mas elemental, es herramienta o viga maestra de la Obra y su ejemplo hoy es materia de obligado cumplimiento en muchos comportamientos generalizados la casta políticas, la publicidad y llega hasta los ámbitos mas privados como la familia. La hipotecas , tampoco las letras o cualquier otro compromiso con Bancos y tiendas o la falta de ingresos, no se pueden satisfacer con un discurso de Dios y aquello que según nuestras redacciones o inspiraciones nos pueda brindar y que la Deidad sea complacida. Solo algunos muy pocos se pueden confiar en esas tácticas y no es mas por que puedan haber conseguido una infantería infalible incondicional con sus artes, que así les salve de los problemas que a la mayoría de aquellos que va destinado su discurso en ningún caso les libre de las mas horribles incertidumbres y a dormir en portales y entre cartones, mientras algunos duermen en palacios y con el apadrinamiento de Dios..
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