Jueves, 02 de mayo de 2024

Custodios de la herencia recibida

Es la hora de España

En Gobiendes se alza desde hace más de mil cien años una pequeña iglesia. Desde entonces ha sufrido ampliaciones y modificaciones, pero la Iglesia de Santiago de Gobiendes sigue ahí. Hace muchos años que ha sido declarada monumento nacional. A nadie en su sano juicio se le ocurriría derruir esa iglesia, ni desmontarla piedra por piedra, ni moverla un solo centímetro de su ubicación. Como a nadie se le pasaría por la cabeza destruir la Catedral de Oviedo o la de León o la de Burgos. ¿Por qué? Pues porque esos monumentos forman parte de nuestra historia, de nuestro patrimonio, de nuestra herencia. A nadie le parecería normal someter a referendo si dejamos la Catedral de Oviedo como está o si la desmontamos para construir apartamentos. Y aunque la mayoría de los carballones opinaran que hay que destruir la catedral, supongo que alguien les impediría que cometieran tal atropello: para eso están las leyes y las autoridades encargadas de hacerlas cumplir.

Los españoles a los que nos ha tocado vivir en estos primeros años del siglo XXI somos responsables y custodios de una herencia que nuestros antepasados nos han legado a lo largo de los siglos. Pero no somos libres de hacer lo que nos dé la gana con ese patrimonio heredado: tan solo somos depositarios y usufructuarios de lo que nuestros antepasados nos han dejado en heredad y responsables de que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar, cuidar y engrandecer, si es posible, la cultura y el patrimonio que les leguemos. Los españoles somos herederos de la Hispania Romana, del Reino Hispanovisigodo; de los reinos cristianos de la Reconquista: del Reino de Asturias, del Reino de León, del Reino de Aragón; somos herederos de la España de los Reyes Católicos. Somos descendientes de una estirpe de conquistadores y descubridores, de santos y místicos, de guerreros, escritores, pintores, arquitectos, escultores… Somos hijos de quienes dieron su vida para defender a España contra tantos enemigos a quienes hemos tenido que enfrentarnos  a lo largo de la historia; somos sucesores de quienes se enfrentaron a los musulmanes en la Reconquista, de quienes lucharon contra los franceses durante la Guerra de la independencia; contra los turcos, contra los ingleses… Los españoles somos hijos orgullosos de nuestra historia y de nuestra cultura.

Pero en este momento, los españoles estamos siendo desafiados por unos traidores que ponen ya fecha y pregunta para un referendum secesionista en Cataluña; y también por los independentistas vascos, que siguen los pasos de los catalanes y esperan agazapados su momento. El plan de los nacionalistas catalanes y vascos consiste en destruir España. Así de claro. Y los españoles no lo podemos consentir. Somos responsables ante la Historia de la integridad territorial de la Patria.

El rey de España, el presidente del Gobierno y todos sus ministros tienen la obligación de cumplir con su juramento y cumplir y hacer cumplir la Constitución y defender la unidad de España. Si no lo hacen, se convertirán en perjuros sin honor y en traidores a la patria. Las fuerzas armadas tienen la obligación de garantizar la integridad del territorio nacional. Y los diputados, senadores, jueces y magistrados tienen que cumplir con sus respectivas responsabilidades. Cada uno de nosotros tenemos el grave deber de defender nuestra patria. A los enemigos de nuestra patria, tenemos que dejarles claro, de una vez por todas, que no se juega con España; que España no está en venta. Resulta inadmisible todo tipo de consulta secesionista en cualquiera de las regiones que componen España. Ya está bien. Hasta aquí hemos llegado. Los traidores deben ser juzgados como se merecen. Y cualquier partido político que defienda principios que atenten contra la unidad de España debe ser ilegalizado y combatido con todos los recursos legales del Estado. Los terroristas deben ser perseguidos y encarcelados. No se negocia con terroristas: y que se esté poniendo en la calle a tantos asesinos y criminales por la derogación de la doctrina Parot es una vergüenza. España no es discutible ni negociable y quien pone a España en entredicho es un traidor y un renegado a quien hay que combatir. No hay nada que dialogar con quienes quieren acabar con España. Con quien te quiere matar, no se dialoga: uno tiene el deber de defenderse ante quien amenaza con quitarte la vida. Ya está bien de “buenismos” pacifistas: tenemos el derecho y la obligación de defender nuestra patria. Ya vale: ha llegado la hora de España. No hay referendos que valga. Y los terroristas, los criminales y  los traidores, a la cárcel.

¡Viva España!

                                                          Pedro L. Llera

 


Comentarios

Por pàco alaman 2013-12-17 14:44:00

¡SOBERBIO!


Por PEPE 2013-12-14 16:55:00

D. Pedro tiene toda la razón


Por Darles con la puerta en l 2013-12-14 14:52:00

En España sobran, curas, sindicatos y la gran mayoría de políticos que a la postre son todos lo mismo, parásitos succionando la sangre de España, camuflados como defensores y caciques, algunos ya llevan tanto tiempo que se creen amos de la finca.


Por Ciudadano cansado 2013-12-13 19:42:00

Aunque este cansado pienso que hay que seguir luchando.Buen articulo


Por lastres 2013-12-13 12:29:00

Pedro Llera es persona con las ideas claras. Cien como él y todas las Cortes a la corte (entiéndase en Asturiano)


Por Azul español 2013-12-12 17:53:00

¡ ARRIBA ESPAÑA!


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