Sabado, 23 de noviembre de 2024
lo que se nos viene encima
¿Es progreso la eutanasia?
Jeanne Delpierre pidió la eutanasia. No tenía un cáncer avanzado, ni ninguna otra "enfermedad grave e incurable", requisito exigido por la ley belga. Su dolencia incurable era la vejez (88 años), y las "patologías múltiples" asociadas a ella: artrosis, pérdida de vista y oído…
A Jeanne Delpierre la mataron. Igual que al senador Brongersma en Holanda, en un caso que alcanzó eco mediático en 1998 porque fue uno de los primeros en que se autorizó la eutanasia por "sufrimiento psicológico". En este caso, la soledad: "No queda vivo nadie que me interese". En el Benelux, faro del progreso eutanásico, cada vez hay más personas que piden y obtienen la muerte por simples trastornos emocionales, o por prevención de un sufrimiento futuro (diagnosticados de cáncer o Alzheimer, en las primeras fases).
En nuestras sociedades envejecidas, la masa de ancianos enfrentados al declive físico y mental, a la depresión y a la soledad va a crecer vertiginosamente: está llegando a la tercera edad la generación que protagonizó la revolución sexual-familiar en los 60, con su secuela de divorcios y escasa natalidad. Muchos baby boomers no han tenido hijos, o muy pocos: les espera una vejez muy triste en hospicios o domicilios solitarios. Su sostenimiento económico-sanitario resultará cada vez más gravoso.
Digámoslo sin rodeos: existe un riesgo cierto de que se empuje más o menos sutilmente a la eutanasia a cada vez más viejos. Bastará con convencerlos de que el tramo final de la vida, con sus penalidades, es lebensunwert, "indigno de ser vivido" (sí, es el término que usó la legislación nazi para justificar el exterminio de deficientes: programa Aktion T4). También se les presionará con la idea de que son un lastre para los jóvenes. Cuando la noción de que "lo digno es no imponer la propia decadencia a los demás" se incorpore a la cultura ambiental, la carga de la prueba recaerá sobre el que desee seguir viviendo más allá de cierta edad.
Nuestro Gobierno de progreso está dispuesto a embarcar a la sociedad en ese formidable avance. Claro, dirán que la eutanasia solo se va a permitir en casos extremos de sufrimiento insoportable e incurable… Es lo que ya hicieron con el aborto. La experiencia demuestra que, una vez derribado el principio de indisponibilidad de la vida, la deriva jurisprudencial y de opinión pública conduce a una interpretación cada vez más laxa de los requisitos legales. Y finalmente, a la reforma de la ley, para acomodarla a la praxis permisiva ya convertida en hecho consumado. La "pendiente resbaladiza" se ve confirmada una y otra vez en asuntos bioéticos.
Holanda ya ha servido como laboratorio de la eutanasia durante 40 años (tolerada de hecho por los tribunales desde los 70, regulada desde 2001), y Bélgica durante 20 (regulada en 2002). La evolución en ambos países es la que sintetizó Herbert Hendin en Seducidos por la muerte: "Desde la eutanasia de enfermos terminales se ha pasado a la de enfermos crónicos; desde la de enfermedades físicas, a la de enfermedades psicológicas; desde la voluntaria, a la involuntaria". Y, por tanto, crece en flecha el número de casos: en Bélgica, de unos 200 anuales al principio a unos 2.500 hoy. En Holanda, se ha estimado que un 15% de las muertes se producen ya por eutanasia. El control es a posteriori: los médicos deben informar a la Comisión de Control… cuando ya se ha pasaportado al paciente. Además, la comisión está formada mayoritariamente por partidarios de la eutanasia.
La alternativa a la eutanasia no es una agonía horrible. Vivimos en una época en que casi todos los sufrimientos son atenuables por medio de la medicina. Los partidarios de la eutanasia intentan embrollarlo todo, confundiéndola con los cuidados paliativos (CP) en el concepto borroso de "muerte digna". Pero los CP no buscan dar la muerte, sino mejorar la calidad de vida en la fase final de una enfermedad dolorosa. Tampoco la sedación terminal debe ser confundida con la eutanasia: no busca provocar la muerte, sino dulcificar la agonía.
Pero los CP son muy caros. En España, que fue pionera en ese campo, la inversión en paliativos está congelada desde hace décadas. Aunque el Plan Bolonia preveía que las universidades europeas desarrollasen los CP como una especialidad más de los estudios médicos, solo 6 de 43 Facultades de Medicina españolas la imparten con carácter obligatorio. Existe una Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos… que ha quedado en agua de borrajas, pues la comisión lleva tres años sin reunirse, y no se ha diseñado el Plan Nacional de rigor. Unos 75.000 pacientes necesitados de CP carecen de ellos.
La cultura de la muerte, con sus 100.000 abortos al año y su sacrificio de la estabilidad familiar a la libertad amorosa, nos ha conducido a sociedades seniles, con la pirámide demográfica "invertida". Toda sociedad envejecida debe decidir si invierte en CP y atención a ancianos, o si opta por impulsar la eutanasia. Nuestro Gobierno social-comunista parece haber decidido que lo progresista es lo segundo. En el "Mundo Feliz" de Aldous Huxley no existe la vejez.
Columnistas
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna