Ayer, la Junta General del Principado de Asturias ha escrito la página más vergonzosa de su historia.  La consejera de educación y cultura de Asturias, del partido socialista, ha defendido en un tono irónico  su decisión de denominar en el  próximo calendario escolar las vacaciones de Navidad y Semana Santa vacaciones de invierno y de primavera,  afirmando ( al parecer sin ponerse colorada ), que  la denominación es la misma desde hace seis años, por lo que ha negado que se haya producido "ningún cambio", al tiempo que ha comentado que ella usa el nombre correcto de vacaciones sin el apellido de "religiosas o deportivas".

       La citada señora, afirma que el autor de tal desastre fue el antepenúltimo consejero, el señor Riopedre, un renegado de la fe católica que al parecer renegó también del derecho sobre todo en materia de contrataciones administrativas,  renegando incluso del Partido Comunista ( dadas sus pocas posibilidades de acceder al poder), y también de Guzmán el Bueno, pues para él, como para el recientemente fallecido D. Julito, la “familia”, la Cosa Nostra, vamos de ellos, es lo primero, y así se nota en todos los dirigentes de la educación socialista asturiana y española, no es cuestión de educar a nuestros jóvenes, el objetivo es convertirlos en niños mal criados, peor educados, caprichosos y vividores de los dineros públicos, como el niñato del tal Riopedre y de muchos otros dirigentes socialistas que al ser una lista muy extensa reproduciremos en otro momento, en el momento procesal oportuno.

       Doña Ana, que ese es el nombre de la señora,  afirma que bien sabe ella como se tienen que denominar los días inhábiles o no lectivos del período escolar pues es filóloga de profesión, pero al parecer en su formación le afectó alguna de las reformas educativas y no sabe conjugar el verbo robar, y por supuesto no sabe que el complemento puede ser la persona despojada, así con la barbaridad que defiende la señora podemos decir que nuestros escolares son maltratados y robados, pero claro la señora tampoco sabe conjugar el verbo maltratar, sólo conjuga uno: el odiar, como la ley de violencia de género,  que odia al varón, la ley del aborto vigente que odia y mata al concebido y no nacido, la ley del “matrimonio homosexual” que odia a la familia, todas ellas aprobadas por su partido, así como  la legislación tributaria y socialista de nuestra comunidad y ayuntamientos que odian el dinero ajeno, y el derecho al trabajo que gracias a su partido o vienen los Reyes Magos o vamos todos al paro.

       Ahora claro, si lo de las vacaciones de invierno y de primavera fue cosa del Sr. Riopedre, que abran una pieza separada en la operación Marea, pero por si acaso se llega a instancias superiores, no muy favorable alguna a defender la libertad religiosa, que no la abran por atentado a la religión ni a la libertad religiosa, sino por maltrato infantil permanente, continuado y consentido por los estómagos agradecidos del Régimen, satánico evidentemente.