En este periódico, en su día se publicó un artículo, por otro columnista,  titulado “Zapatero un político eficaz” en el que se reconocía su ingente capacidad de destrucción. La izquierda española dejó a España al borde del KO.    

  Consecuentemente el electorado que, aunque al menos en España no sea especialmente sagaz, se percató de que era necesario llevar a cabo un cambio radical en la política española.  

    La ciudadanía en general recordando la llegada de Aznar al poder y su mejora del naufragio del tardofelipismo, pensaba que podría vivirse una situación similar, porque, si bien es verdad, que Aznar no atacó algunos de los problemas esenciales de la política española es igualmente cierto que en materia económica, política exterior y reconocimiento de las víctimas del terrorismo mejoró notablemente el gobierno socialista. Sin embargo la realidad actual no se desarrolla por los mismos derroteros.   

   Las necesarias medidas de corrección que debía tomar el actual gobierno se están limitando a apretar hasta la asfixia el cinturón de los ciudadanos y sin embargo no se complementan con la radical reducción del gasto público o mejor dicho del despilfarro público que necesita la economía española, aspecto éste, en el que ha actuado de una manera timorata.    

  La situación de deterioro está adquiriendo matices de alarma a los asaltos de supermercados se están uniendo la ocupación de fincas y los acosos frecuentes a los políticos en el poder e incluso al entorno familiar de los mismos. Todo esto no encuentra la reacción adecuada en el Gobierno y por si ello fuera poco tenemos tal crisis institucional que el presidente del Tribunal Supremo confunde el acoso con la libertad de expresión.    

  Con semejante caos ideológico ni siquiera estamos seguros de que fuese apto para fregarlo cuando menos para presidirlo.  

    El problema se agudiza especialmente por la falta de recambios ya que si bien parece necesaria la retirada del PP del poder todavía resulta más imprescindible que el resto de los partidos no lo alcancen porque el elenco de los mismos está formado por partidos secesionistas, traidores a la Nación ya que aspiran a dinamitar el Estado, neomarxistas atrabiliarios que ya han probado ser muy eficaces pero sólo para la destrucción, en este último aspecto incluso produce pavor el crecimiento que se anuncia de IU ¿Es que alguien cree que la solución está en las hambrunas propiciadas en el mundo soviético bajo el mandato de Stalin?