Sabado, 20 de abril de 2024

La clase política contra la razón y la historia

España, nación sin Estado

La verdad es que a uno se le revuelven las tripas cada vez que oye decir que España es un estado plurinacional o una nación de naciones. Este tipo de manifestaciones, que eran frecuentes entre los grupos separatistas e hispanófobos, poco a poco han ido siendo asumidas por el Partido Socialista y la derecha desnortada. Pero lo que más le cabrea a uno, es que esos planteamientos no suelen ser frenados y rebatidos contundentemente, por lo que, poco a poco, van ganando nuevos adeptos. Otras veces escuchamos ese tipo de comentarios en la versión más liviana de la pretendida la pluralidad y diversidad de los pueblos de España, que destacarían como características singulares y especiales del Ser de España, en contraposición con la historia del resto de naciones europeas. Sin embargo, España no es una excepción histórica y basta con estudiar la evolución de la configuración histórica del resto de naciones europeas, para comprobar que la nuestra no difiere sustancialmente de las del resto de Europa. Las mismas dificultades en el proceso de construcción nacional, los mismos conflictos dinásticos, luchas señoriales, éxitos y fracasos, luces y sombras. España no es un enigma histórico, ni una excepción o, al menos, no más que el resto (aunque sí un caso excepcional).  

En definitiva, esas expresiones no buscan la verdad, sino la consecución de fines políticos, que no son otros que romper España. Estas expresiones pretenden transmitir la idea de la supuesta naturaleza antihistórica del concepto de España como nación y, más en concreto, al carácter artificial del Estado Español, Estado que sería un cascarón administrativo impuesto violentamente que anularía a las verdaderas naciones que, según esta tesis, se corresponderían con las actuales demarcaciones autonómicas y, en otras versiones aun más peregrinas, a las tribus que habitaron la Hispania pre-romana. Sin embargo, esta doctrina choca con dos realidades: la de la Historia, que -aunque les pese- es una y cierta y, la de la calle. Y es que a pesar de las maniobras manipuladoras de la clase política, el pueblo, los ciudadanos, sí tienen clara –aunque habitualmente se encuentra en estado latente- la existencia y autenticidad de España, así como el sentimiento de pertenencia a este maravilloso proyecto en común que es  España. Por ello –por mucho que les repaté- en todos los rincones de España se ven como propios lo éxitos logrados por un español en cualquier ámbito y así, tiene explicación la alegría que despiertan en Bilbao los triunfos de Nadal o en Valladolid los logros de Gasol o en Barcelona los éxitos de Alonso o en toda España las victorias conseguidas por la Selección Española en cualquier deporte.

  Esa visión de España como nación de naciones es una concepción sin base histórica pero que, al ser asumida por las clases dirigentes autonómicas, ha llevado a prostituir el modelo autonómico diseñado por la Constitución Española, fragmentado de manera artificial nuestra Nación en una multitud de estaditos de juguete con el único propósito de feudalizar España, haciéndola depender de las oligarquías locales, retrocediendo a fórmulas propias del Antiguo Régimen. De tal manera que los españoles hemos visto cómo poco a poco, en las últimas décadas, nos han dejado un Estado residual, un Estado que a penas gestiona el 20% del gasto público. Nos han dejado un Estado bonsai, jibarizado, convertido en una especie de frágil carcasa. Un Estado más nominal que real, con la Corona (y las selecciones deportivas) como única institución aglutinadora.  

 A los defensores de esa doctrina, que considera a España como un Estado plurinacional, les encanta compararnos con el Imperio Austro-húngaro, el Imperio Soviético o el caso más reciente de Yugoslavia. Entes estatales que efectivamente englobaban distintos pueblos y naciones. Sin embargo. Ese no es el caso de España. España es una de las cinco naciones canónicas de Europa, junto con Inglaterra, Francia, Italia y Alemania. Hay que recordar que Italia y Alemania siempre han sido consideradas como naciones, pese a que durante muchos siglos, y hasta mediados del siglo XIX, no se reunificaran en un Estado. Es decir, fueron naciones sin Estado. Nadie dudaba, en el siglo XVI, que un napolitano fuera italiano o un genovés o un veneciano, por mucho que al primero le uniesen vínculos de fidelidad a la Monarquía Española y los otros dos a sus respectivas Repúblicas.

  Lo cierto, es que, a medida que las Comunidades Autónomas van usurpando las competencias y recursos al Estado, éste va diluyéndose, difuminándose hasta convertirse en un mero ente aparente, vacío. El Estado pasa a ser algo así como lo que en su día supuso el Sacro Imperio Romano Germánico de los Habsburgo, una comunidad de principados independientes bajo la teórica supremacía de la dinastía austriaca.  

 En definitiva, si nadie lo remedia, vamos camino de transformarnos en una especie de comunidad de estados hispánicos, en el que España pase de ser un ente político a un mero concepto geográfico. En la actualidad los españoles nos encontramos repartidos y diseminados en una pluralidad de demarcaciones, de embriones pre-estatales, por lo que, de seguir así, vamos  camino de  convertirnos en una nación sin Estado. De alguna manera, nos están conduciendo a un modelo parecido al existente en Italia y Alemania con anterioridad a su reunificación a finales del siglo XIX. Naciones que estuvieron atomizadas en multitud de principados y repúblicas por los intereses mezquinos de príncipes y oligarquías. Quizás sea el momento de encontrar un Garibaldi que una nuevamente a todos los españoles bajo un solo Estado ¿Tienes algún candidato?  


Comentarios

Por Carlos Conde Sánchez 2010-12-23 00:53:00

Comentarios El término "nación de naciones" es tan vacuo y contradictorio como si habláramos de "polígono de polígonos" o "plano de planos". La raíz , separatista, de ésa y otras expresiones políticas, está en aceptar la primera que circuló entre los padrastros de la actual Constitución:" los pueblos de España".No hay en ninguna nación europea pueblo más homogéneo que el español, como lo manifiestan abrumadoramente nuestra historia y nuestras creencias comunes.Aún con la preversión de los separatistas, se mantiienen con todo vigor las íntimas relaciones familiares entre los individuos de las distintas regiones de nuestro solar.


Por Chús Alijo 2010-12-22 23:40:00

Muy bueno el artículo Javier, me ha gustado lo que escribes que sólo nos une la Corona y las selecciones deportivas, joder que triste tanto despilfarro por la clase política y que sirva para tan poco, hoy en día más que unir están para desunir. El primero que tenga narices para hablar claro en politica y se atreva a cambiar las cosas tendrá, nuestro único país, mucho ganado.


Por Nuria Martínez-Viademont 2010-12-21 19:23:00

Pues a mi la salud del Rey me preocupa tanto como le preocupan a él nuestras vicisitudes de todo tipo, es decir, NADA. En cuanto a los funcionarios autonómicos sobrantes... pues hombre, tendrán que pasar a la empresa privada o al paro como el resto del mundo. El puesto funcionarial no tiene carácter vitalicio... Hay que cambiar la mentalidad mucho, mucho, mucho...


Por jose jardon 2010-12-21 18:59:00

Desde luego, esto de las autonomias es un despropósito y un gasto totalmente exagerado y duplicado. Habría que reformar la Constitución y proceder a su eliminación de forma inmediata. El problema es ¿que hacemos con los miles de funcionarios adscritos a ellas? ¿despedirlos......?


Por Isabel 2010-12-21 14:41:00

Yo he vivido 25 años en Cataluña, tanto en un pueblecito de la costa como en Barcelona capital, hace ahora veinte años, que son los que llevo viviendo en Toledo, mi patria chica y de mis mayores, porque nací en Madrid. Lo de la España plurinacional me parece una soberana tontería que se han inventado los políticos sin argumentos, porque gobernar para los ciudadanos, lo que se dice, gobernar, nada de nada. Solo buscan que su poltrona esté asegurada, si España se rompe, que se rompa, pero luego que no vayan de víctimas de la "represión española", ja, ja, que me parto, porque los nacionalistas son más antiespañoles que el resto de España.


Por jesus 2010-12-21 11:09:00

Me preocupa la salud del Rey...... totalmente de acuerdo D. Javier Jove.


Por Misael Morate Martín 2010-12-20 19:31:00

Comentarios Es penoso que la Selección Española de Fútbol tenga que ganar el Mundial para recordarnos a todos que somos UNA Gran Nación. A Zetaparo le condenarían por alta traición en alguno de los países de nuestro entorno. Vivo en Baleares. !Qué alguien se atreva a recriminarme ahora que hablo en Castellano, - y no en Catalán! Les mando a tomar por el culo y me quedo tan ancho ...


Por Lancia de Latarce 2010-12-19 23:42:00

Comentarios Interesante artículo que analiza nuestra realidad política con certeza


Por miguelm 2010-12-19 23:22:00

Sr. Sandoval, es un parecer muy generalizado y mas de lo que muchos piensan que coincidimos en este su parecer. A mi me encantaría que apareciera un Garibaldi y que empezase a poner a todos los poderes negros y negativos que nos afligen firmes. Mucha limpieza habria que hacer y como digo el Sr. Guerra hace tiempo, esta España no la va conocer ni Dios, eso si en beneficio del Pueblo Español.


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