Sabado, 23 de noviembre de 2024

Las necesarias pautas morales en la vida pública

Estado grande, moral pequeña

A la institución que denominamos “Estado liberal” se le dotó de poder y monopolio de la violencia para proteger los derechos inalienables, libertad y propiedad, y asegurar la paz y la seguridad defendiéndonos de los enemigos interiores- como delincuentes, sediciosos o terroristas –así como de las agresiones externas.

El reforzamiento de estos principios a finales del siglo XVIII por los Padres Fundadores de Estados Unidos tuvo un importante desarrollo hasta la Primera Guerra mundial. Pero a lo largo del siglo XX el triunfo de la ideología socialista produjo un crecimiento disparatado de las atribuciones del estado que pasó a ocuparse de tareas que no le correspondía ni financiar ni gestionar aunque indirectamente le pudiera corresponder cierta función de coordinación y de control de mínimos relacionados con la seguridad. Es evidente que personas bien educadas en principios morales cristianos serán buenos ciudadanos, tenderán a la honradez y no delinquirán.

Pero paradójicamente a medida que el Estado y todas sus administraciones comenzaron a imponer impuestos confiscatorios y a disponer de la mitad del Producto Interior Bruto comenzó a acentuarse en Occidente y especialmente en Europa el declive moral en todos los ámbitos.

Los más claros signos de esta decadencia moral los vemos en España: aumento de los hijos nacidos fuera del matrimonio, ruptura de las familias, la amoralidad en la enseñanza y el crecimiento de la criminalidad y la violencia. En concreto las violencias contra las mujeres por parte de sus cónyuges o parejas tienen que ver con esto y no con lo que señalan las feministas del género. Otros signos de este declive son la banalización del sexo, la programación televisiva, el aumento de los abortos, la eutanasia, etc. La falta de integridad moral en la vida pública y privada está a la vista.

La llamada solidaridad estatal y el reparto son una farsa que perjudica a los pobres y transfiere rentas de las clases medias y bajas a los integrantes de las castas parasitarias.

El Estado Providencia y los gobiernos totalitarios basados en el democratismo cuantitativo son los principales causantes de  la decadencia , la ausencia de coraje y  la irresponsabilidad en un número amplio de personas atentas exclusivamente a sus intereses egoístas. Las virtudes de la laboriosidad, la constancia, el amor a la patria, la fortaleza y, por supuesto, la caridad van a menos.

No hay duda de que la legislación social ha tendido un impacto negativo en la virtud. Los individuos pierden aguante y fortaleza ante las tribulaciones cuando comienzan y permanecen en la dinámica de la dependencia del Estado Providencia, cuando por ejemplo son premiados por tener hijos fuera del matrimonio o cuando no se hacen responsable de sus acciones. Tal es el caso de jóvenes que destrozan bienes públicos en noches de borracheras. Otros prefieren cobrar el paro a realizar cualquier trabajo.

La conciencia moral  para distinguir el bien del mal, especialmente la de las nuevas generaciones, se deteriora, cuando no se incentiva lo bueno : respetar a los padres, trabajar duro, estudiar, ayudar a los ancianos, etc..Mucha gente llega a preferir la dependencia de la beneficencia que aprovechar oportunidades de prosperar.

Más gasto gubernamental no es la solución. La actual crisis económica lo prueba. La socialdemocracia está en quiebra económica pero también moral. Los políticos españoles y un sector de la sociedad civil  “no se apean de la burra”  y siguen defendiendo el intervencionismo político y la irresponsabilidad.

El caso de la falta de rigor para enfrentarse a una reforma de las pensiones es un ejemplo más de este declive ético, en este caso, producido, por el modelo ineficiente  de reparto impuesto por los estados occidentales que desarrollaron un procedimiento colectivista impropio de sociedades integradas por personas libres y responsables.

Es necesario un modelo político que limite el despótico poder actual y establezca instituciones compensatorias que eviten abusos de poder. Si la democracia no tiene referencias en principios morales de nuestra herencia cristiana deviene en crudo mayoritarismo en el cual los “vencedores” se creen con el derecho de imponer su particular visión de la sociedad  a todo el mundo. En semejante sistema- como ha señalado el profesor Dalmacio Negro-tenemos el combate constante de todos contra todos, como en la “jungla Hobbesiana.”.

Por el contrario un estado con un gobierno competente dedicado a proteger los derechos naturales y a la preservación del orden social y una administración imparcial de la justicia no entorpecería las libres decisiones económicas, culturales ,educativas y religiosas de los ciudadanos.

 En este marco serán sin duda los líderes religiosos, en España la iglesia Católica , quienes tienen que conducir y dar las pautas morales porque son los depositarios de las mismas  por tradición, revelación  y razón. 

                                                       Silvino Lantero Vallina


Comentarios

Por Pasaba por aquí 2011-01-10 00:01:00

Nunca se me habia ocurrido, pero al leer a "Escolástico" acabo de caer en la cuenta de que D.Silvino fue miembro del gobierno pre-autonómico asturiano cuyo presidente era un reconocido francmasón.


Por Escolastico 2011-01-09 19:57:00

Da pena ajena, poner como ejemplo de un Estado cristiano, a los llamados padres fundadores de los EEUU, la mayoria masonazos convictos y confesos; precisamente la política española está cocinada, entre otros, por los masoncillos. Mire, el estudio y la humildad, nos impiden decir barbaridades, estudie a Sto. Tomás y profundice en los dos órdenes de la vida humana, ergo, la sociedad civil y la sociedad religiosa, Estado e Iglesia, son sustativas e independientes. Por cierto, y cito de memoria, pero me parece que después de la II guerra mundial, Luigi Einaudi, presidente de la república italiana, siendo DE Gasperi, primer ministro, dos personas poco sospechosas de no ser católicas, lo que opinaban y lo doctrina de la Iglesia sobre los Impuestos. Por cierto usted debe estar defendiendo a los masones, otra cosa no se explica.


Por Ansúrez 2011-01-09 19:18:00

Comentarios: resultan de agradecer los esfuerzos del articulista en conjugar las corrientes integrantes de la derecha sociológica: conservadurismo, democracia cristiana y liberalismo. Empeño nada fácil, pero con el que coincido


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