Sabado, 23 de noviembre de 2024

Una falsa educación

Fracaso escolar y aborto

 Los viernes por la tarde suelo quedar con un buen amigo a jugar al squash. Él es profesor en un colegio concertado. No me duele reconocer que casi siempre gana él, al fin y al cabo es un deportista nato y yo soy de los que sólo se mueve si hay una pelota de por medio –y no me mal interpreten-. A parte de sudar como un ruso de 130 kilos en una sauna finlandesa y poner el corazón a mil por hora, siempre aprovechamos para charlar y, cuando se tercia, tomamos después una cervecita, que entra como si nada.  

 Se preguntarán que a qué viene este rollo intimista, pues esto no es un diario privado, sino una columna de opinión, pues bien, resulta que durante las partidas de squash –bueno, más bien antes o después de la misma- solemos charlar sobre cómo nos fue la semana. Muchas veces la conversación gira en torno al sistema educativo, a la indisciplina existente en las aulas, a la relajación en la exigencia académica, al fracaso escolar, etc. Las anécdotas que me cuenta de su día a día como profesor de colegio son unas veces preocupantes y otras jocosas, aunque la mayor parte de las veces, lo son ambas cosas a la vez. Por lo que me cuenta, muchas veces se comportan peor los padres que los propios alumnos. Recuerdo un día en que su grado de cabreo era mayúsculo, no me acuerdo exactamente del motivo, pero si recuerdo haberle dicho:  

 - No sé porqué te extrañas tanto, es lo normal.

- Cómo que es normal – me espetó él. -

 Pues sí, claro que sí –contesté- ¿qué vas a esperar de un país en el que el aborto es legal?

- Pero ¿qué tendrá que ver el aborto con la falta de disciplina en las aulas?

- Pues todo –contesté - ¿Cómo puedes pretender que se respete al profesor cuando no respetamos la vida de los seres más indefensos? ¿Cómo quieres que respeten las normas, si no respetamos la vida de nuestros propios hijos? Una sociedad que elimina a sus propias criaturas, que extirpa el fruto de su vientre, no puede luego pretender imponer normas de urbanidad, ni de civismo. Por que si el aborto vale, entonces vale cualquier cosa. No puedes legalizar el exterminio de seres inocentes y luego rasgarte las vestiduras porque los chavales te falten al respeto en el aula, por que ¿hay algo peor que el aborto? ¿Hay algo peor que legalizar el asesinato de un niño? Una sociedad que legaliza el aborto, es una sociedad que no se respeta a sí misma, por lo que luego tampoco puede exigir respeto ¿Cómo pretender inculcar el trabajo duro, el compromiso, la responsabilidad, si al mismo tiempo uno puede acabar con sus criaturas por mera inconveniencia o incomodidad?

   Al recordar este episodio, se me viene a la mente lo que en su día dijo Abraham Lincoln respecto de la esclavitud: “si la esclavitud no es un mal, entonces nada lo es”. Parafraseándole uno podría decir que: si el aborto no es un mal, entonces nada lo es. Sólo nos queda esperar a que, de igual manera que en la actualidad la esclavitud  nos parece una aberración inaceptable, llegue el día en que el aborto sea considerado como una práctica inhumana, una salvajada, un crimen de lesa humanidad. Quizás, dentro de cincuenta o cien años, se recuerde con horror y repugnancia a la segunda mitad del siglo XX y a lo que llevamos del XXI. Estoy convencido de que la Historia nos juzgará con la severidad que merecemos. Y quizás –quién sabe- entonces se visiten los mataderos abortistas como hoy se visitan –con el alma encogida- las cámaras de gas de Auschwitz.

  El aborto es la mayor causa de mortalidad en España. En 15 días mueren más seres humanos por los abortos que en un año por accidentes de tráfico. Con los abortos que se practican en 15 días, se daría satisfacción a todas las peticiones de adopción nacional e internacional que se solicitan en un año. Son 317 los abortos  que se practican cada día en España, 115.000 al año, el equivalente a toda la población de la ciudad de Orense, León o Jaén. 1.350.000 desde su legalización en 1985, el equivalente a la población de Asturias, Vizcaya o todo Aragón. Las cifras son colosales, una orgía diaria de sangre y horror, todo un genocidio.

   ¿Cómo se puede permanecer indiferente ante una tragedia de tal magnitud?    


Comentarios

Por PANFILO 2011-01-31 14:27:00

Comentarios QUE TENDRÁ QUE VER EL CULO CON LAS TÉMPORAS Y LA VELOCIDAD CON EL TOCINO


Por JAM 2011-01-25 12:14:00

No quiero quitar importancia a tus palabras pero se generaliza en los problemas de la educación y no es así el problema, es que el 10% de los alumnos conflictivos dan tanto trabajo como el resto que se les deja de atender. A los alumnos y jóvenes se les moldea y educa con tiempo y paciencia, pero también disciplina. Lo mismo pienso de la gente que aborta, lo que pasa que para la prensa es más llamativo y jugoso hablar de eso que de la mucha más gente que los tiene y los educa como es debido. Por último como ejemplo del país en el que vivimos como es posible que nuestro consejero de Educación, se vea envuelto en casos de corrupción???no es suficiente su nómina??? y luego esta gente es la que nos dice lo que hacer en las aulas cuando ellos se dedican a trincar lo de los demás que verguenza¡¡¡


Por Avefenix 2011-01-23 13:25:00

Es curioso que esta sociedad este en contra de la pena de muerte para los criminales (pena con la que tambien estoy yo en contra). Es curioso que sociedades en donde existe la pena de muerte, no se ejecute cuando hay "duda razonable" de que no sea culpable. Y sin embargo, esta sociedad nuestra, ante la duda razonable de que un embrion desde el momento que se crea, sea o no un ser humano, opta por el "no", porque es más comodo y menos molesto pensar asi. Lo malo de legistar a favor del aborto en los terminos en los que se hace, es que acaba siendo "lo correcto". El problema de esta sociedad es que todo vale, que hay que ser tan "progre"; que nadie tiene opinión, que no nos dejan ni enseñana a pensar. No envidio a los maestros desde luego. Mi sobrina tiene la suerte de tener dos abuelas (muy diferentes, por cierto). En una ocasión le dijo a una de ellas: Abuela, mi otra abuela me ha dicho que ademas de abuela es mi amiga; A lo que ésta le contestó: Pues yo no cariño: "Yo solo soy tu abuela, que esta en un escalafón mucho más alto" Pues eso.


Por FJGA 2011-01-23 11:21:00

Excelente punto de vista y magní­fico razonamiento. Un detalle más. La consideración del aborto como un derecho de la mujer ilustra perfectamente a donde se encamina una sociedad que ha quitado a Dios de su horizonte.


Por Nuria Martínez-Viademont 2011-01-23 11:03:00

Los maestros y profesores, empezaron a perder el respeto y la autoridad en las aulas cuando haciendo gala de su "progresismo", empezaron a tratar a los alumnos de tú a tú como amiguetes. Las consecuencias que ahora viven, las heredaron tras instaurar este sistema de relación en las aulas. Yo viví ese deterioro que fue rápido porque los alumnos no saben donde está el límite si el adulto no lo marca (hay excepciones, pero poquitas). Obviamente, influyeron otros factores pues a medida que se han dado derechos sin contraprestación de obligaciones, ha aumentado la conflictividad. No defiendo aquellas épocas en las que los maestros, algunos auténticos maltratadores, te cogían y sacudían a base de bien o vejaban a alumnos con problemas muy concretos ante toda la clase (hechos que también viví, sobre todo, con las monjitas). Si los menores sólo tienen derechos y ningún deber, si los medios de comunicación están continuamente recordándoles que son el ombligo del mundo y quienes mandan, si los padres en casa supeditan su existencia, la de familiares y amigos a los caprichos del "rey/reina de la casa", si no se molestan en educarlos porque es más cómodo enchufarlos a la TV o a la video consola ¿puede sorprendernos lo que está pasando? Muchos adolescentes y adultos habrán acogido el aborto y la pildora del día después con regocijo, pues en definitiva, el mensaje que se transmite es el de siempre, vive la vida y no te preocupes de las consecuencias o responsabilidades, no las tienes.


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