No tardaron nada los pupilos de Guardiola en poner el partido en el guión escrito por el Santpedor. Fue pitar el árbitro el inicio del partido que se hicieron con el control del balón, para ya no soltarlo, y buscar la portería defendida por Bravo. El esquema de la Real Sociedad no fue malo, ya que tuvieron interesantes contras, pero se toparon con un Barça que hace vivir a sus seguidores en un continuo ensueño. De momento, suman ya nueve victorias consecutivas y seis sin encajar un solo gol.  

  Así, antes de los primeros diez minutos el Barça ya dominaba por completo, en el juego y en el marcador. Avisó primero Villa, para que los donostiarras no acusaran después a los de casa de traidores, y tres minutos después el asturiano abrió la lata. Fue la primera de las interminables acciones colectivas dentro del área txuri urdin. Para abrir boca, Xavi, Messi y un Pedro más tiki-taka que nunca volvieron locos a los vascos antes de que el 7 la metiera en la red.   

Esta noche los blaugrana se gustaron y, sin hacer mofa del rival, hicieron más uso del que ya es habitual del fútbol al primer toque, de las paredes que construyen muros de gloria y, en definitiva, de un juego que es a la par efectivo y espectacular.

De hecho, fue tal el dominio que si Valdés no se congeló fue porque no para quieto en su área, no porque tuviera trabajo.    Antes de llegar al descanso, el Barça encerró a la Real en su área en búsqueda de un segundo gol que no se hizo esperar.

Destacó una jugada múltiple en la que dieron rienda suelta al fútbol, con paredes al primer toque, en corto y al espacio, y creando huecos de la nada entre la zaga txuri urdin. Poco después, Iniesta se reencontró con el gol tras asistencia estelar del canario Pedro, que esta noche abandonó el Camp Nou con una de las ovaciones más grandes que se le han brindado.

MESSI VUELVE A SER DETERMINANTE.   

Si pensaba Lasarte que las cosas mejorarían tras su charla en el descanso, se encontró con una Pulga que quiso poner su nombre en el acta arbitral. Así, le dibujó a Alves una jugada mágica que, como buen aprendiz que es por esa banda derecha letal, le supo hacer con varias paredes que permitieron al 10 plantarse solo ante Bravo y batirle sin problemas.   

Con el tercero, la Real no se vino abajo, pero tampoco supo apretar a un Barça que sí bajó una marcha, por lo menos tras el tercer tanto. No obstante, el paso de los minutos animaron a los que entraron desde el banquillo, como Busquets, Keita y un Bojan que quiere hacer de su idilio con el gol algo más que un arrumaco esporádico de vez en cuando. Tuvo suerte, pues su insistencia le hizo poner el 5-0 en el electrónico tras pararle Bravo su primer intento.  

  Eso sí, el balón amarillo de la Liga, y también el blanco, tiene un amante fiel: Messi. El crack argentino recibió un balón en la parte derecha del área, se trazó un raíl directo hacia el lado opuesto y tal locomotora de TGV se plantó en dos segundos, tras irse de toda la zaga donostiarra, en el punto fijado y desde donde cruzó el balón para hacer el cuarto, segundo en su cuenta particular. Fue la justicia al palo con el que se encontró minutos antes. Sonrisas para Messi, contagiadas al resto de blaugranas, que sumaron una nueva victoria.