Domingo, 24 de noviembre de 2024
Centro de Tecnología Biomédica (CTB) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Investigadores españoles crean un instrumento capaz de percibir la radiación a la que una persona se expone cada día
Este sistema de medida y almacenaje permite analizar posteriormente los datos y conocer la exposición que una persona pueda tener a diario a la radiación electromagnética o durante períodos de tiempo prolongados.
Los nuevos sistemas de transmisión funcionan mediante la emisión de ondas electromagnéticas, lo que ha provocado que con las nuevas tecnologías las personas se expongan a más niveles de radiación ambiental. Además, según los expertos, el incremento del número de emisores y el desconocimiento de las características y la ubicación exacta de las fuentes emisoras son impedimentos extra que hacen muy complicado un conocimiento real de las variaciones de los niveles de campo electromagnético en entornos urbanos.
De hecho, y ante la preocupación por los posibles efectos que dichos campos tienen sobre las personas y la necesidad de control de las emisiones radioeléctricas por parte de las autoridades competentes, se han creado normativas específicas ligadas a la exposición de campos electromagnéticos.
No obstante, y pese a ello, existe percepción de riesgo entre los ciudadanos debido al desconocimiento sobre la cantidad de radiación que se recibe, puesto que, para realizar una medida real y no teórica, sería necesario evaluar la radiación que cada sujeto está recibiendo en todo momento, en cualquier punto en el que se encuentre, ya sea en el interior de los edificios o en el exterior.
Solo de esta manera se podrá saber adecuadamente cuáles son los niveles de radiación de cada uno en su entorno personal. Para ello están diseñando dispositivos personales y portátiles, como el que han desarrollado en el Laboratorio de Bioelectromagnetismo del CTB de la UPM.
En este sentido, el nuevo dispositivo es un instrumento de bolsillo, "cómodo de transportar" y capaz de percibir señales radioeléctricas comprendidas entre la banda de los 50 megahercios hasta los 6 gigahercios. El rango de frecuencias de trabajo se fracciona en canales de 10 megahercios de anchura de banda, de tal manera que se mide la intensidad de campo recibida en cada canal y se almacena dicha información en una memoria no volátil.
Además, los niveles de radiación electromagnética recibidos por el individuo que porta el dispositivo se mantienen almacenados para luego poder analizar la exposición durante períodos de tiempo prolongados. En concreto, la sensibilidad radioeléctrica máxima diseñada para este equipo estaría en el orden de los -110 decibelios, pudiendo soportar potencias radiadas indirectas de centenas de vatios (máximo de 300 vatios) a distancias de un metro de la fuente, sin que la electrónica del equipo pueda ser dañada.
Asimismo, el sistema digital incluye un indicador visual y auditivo que se emplea para alertar al individuo de la existencia de señales radioeléctricas. Esta señal de alerta es programable, aspecto "interesante" para aquellos usuarios que deseen controlar que los niveles de radiación a los que están sometidos en sus entornos, ya sean laborales o no, cumplen las limitaciones especificadas.
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