Jueves, 25 de abril de 2024
Un proyecto para España: las propuestas (V)
La reconstrucción de la Nación (2ª parte)
Un problema que se vive con especial confusión e incertidumbre, y, al propio tiempo, con dolor y sufrimiento si tenemos en cuenta que va acompañado de la lacra del terrorismo.
Tales tensiones en torno a la idea de nación y cuanto la rodea, tienen hoy diversas manifestaciones, por ejemplo, la preconizada crisis del llamado Estado-Nación, debido a la conjunción de factores de diverso sesgo, como la internacionalización por un lado y la descentralización del poder político en el territorio por otro; también la globalización, que junto a sus aspectos positivos, depara el riesgo de arrastrar la pérdida de las identidades culturales de nuestras comunidades históricas y con ellas de valores morales y espirituales imprescindibles para el hombre; y muy especialmente en nuestro caso, el auge de los nacionalismos exacerbados, con los que, como reacción a procesos históricos de centralización, se pretende justificar el egoísmo colectivo, el odio, la exclusión, la insolidaridad y, en algunos casos, la violencia, así como la progresiva pérdida de la identidad de España, cuya existencia como comunidad histórica es cuestionada y con ella el bien moral de su unidad y su herencia cultural y espiritual.
Retos y desafios
Ante estos desafíos, los españoles no podemos eludir la responsabilidad de expresar en los diversos planos, social, histórico, cultural, político y cultural la identidad de España como Nación, tratando, desde una actitud que debe ser de servicio desinteresado a la comunidad de la que formamos parte, de aportar luz y propuestas para resolver la actual situación, que es motivo de honda preocupación.Desde esta perspectiva, lo prioritario sería emprender una tarea de reconstrucción nacional, que pasaría por afrontar, entre otros, los siguientes retos:
1. La reconstrucción de España como Nación, patria común e indivisible de todos los españoles.
2. La recomposición jurídico-política del Estado, mediante la reforma del sistema de organización territorial , garantizando la unidad política y a partir de ella, la unidad fiscal, jurisdiccional y de mercado, así como la cohesión interterritorial.
3. La defensa y protección del castellano como lengua oficial del Estado y lengua común de todos los españoles.
4. La revitalización del patriotismo como sentimiento y como virtud cívica y social
5. La recuperación de la identidad histórica, cultural y política de España y con ella, toda una tradición cultural y espiritual patria.
Reforma constitucional
Entre las medidas que cabría eventualmente plantear, se encuentra la de promover la iniciativa de una reforma constitucional que permita superar la apertura e indeterminación del modelo de organización territorial del Estado, y de este modo garantizar y reforzar la existencia y unidad de la Nación española y, por ende, del Estado. No se nos ocultan los problemas que una eventual iniciativa de esta índole plantea a los efectos de poder articular su viabilidad, pero al margen de los problemas de estrategia que una posible reforma constitucional de este sesgo puede objetivamente suscitar, no parece descabellado reflexionar sobre los términos en que dicha reforma podría plantearse y en que habría de incidir. En este orden de consideraciones, cabría esbozar los siguientes aspectos, que serán objeto de ulterior desarrollo:
1. La superación de la apertura inicial del modelo de descentralización política.
2. La consagración del principio de indisponibilidad unilateral por las comunidades autónomas de sus propios ámbitos competenciales.
3. El reforzamiento de la existencia y unidad de la Nación española.
4. El reforzamiento de los principios generales de la relaciones de las comunidades autónomas con el Estado, en particular, los principios de solidaridad e igualdad.
5. La redefinición y racionalización del esquema constitucional de reparto de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas, con determinación expresa de las competencias del Estado, que no son susceptibles de transferencia ni de delegación, la modificación o derogación del artículo 150.2 de la Constitución.
6. El reforzamiento de la unidad jurisdiccional, fiscal y de mercado.
7. El reforzamiento del castellano como lengua oficial de España.
8. La adopción de medidas de garantía de sujeción de las propuestas de reforma de los Estatutos de Autonomía a la Constitución, tales como el reforzamiento del quórum exigido para la aprobación de los Estatutos, así como de sus reformas o modificaciones, o la restauración del control previo de inconstitucionalidad de los Estatutos de autonomía.
9. La modificación del sistema electoral, a fin de evitar la sobrerrepresentación de las minorías nacionalistas en las Cortes Generales.
10. El reforzamiento de las medidas de excepción frente a las comunidades autónomas que no cumplan con las obligaciones que les impone la Constitución y las leyes o que actúen atentando gravemente al interés general de España.
Comentarios
Por Juan Carlos 2011-09-08 09:59:00
En la actualidad existen dos países en la Península Ibérica, y esta cifra ha variado a lo largo de la historia. Si mañana existiesen cuatro países en la Península Ibérica no pasaría absolutamente nada, es un tema meramente administrativo y reversible que a nadie debería importar. Importante es, por ejemplo, destruir un encinar para construir una urbanización, esto es irreversible.
Por Ansúrez 2011-09-04 13:45:00
Comentarios: Olé. Aunque ya puestos, deberíamos cambiar la descentralización política por una meramente administrativa. La capacidad legislativa ha de estar exclusivamente en las Cortes
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