Domingo, 24 de noviembre de 2024
Cinco veces antes de lo pensado
Los osos polares surgieron hace unos 600.000 años
La especie de los osos polares se originó hace aproximadamente 600.000 años, lo que supone que son unas cinco veces más antiguos de lo que se creía hasta la fecha, según un estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que publica este jueves la revista científica Science.
Además, el artículo revela que los osos polares no pertenecen a un linaje de los osos pardos. Los genes compartidos entre ambas especies proceden de una hidribación ocurrida hace entre 166.000 y 111.000 años. Esto significa que su historia evolutiva es, por tanto, cinco veces más antigua de lo que se creía hasta la fecha, tal y como refleja el artículo de portada de Science.
Así, artículos anteriores habían encontrado similitudes en el ADN mitocondrial entre los osos polares y los osos pardos, por lo que se había asumido que la especie ártica pertenecía a un linaje escindido de sus primos marrones hace entre 166.000 y 111.000 años y que había experimentado una rápida adaptación a las condiciones polares.
Sin embargo, la investigación internacional se ha basado en el análisis del ADN nuclear procedente de 19 ejemplares de oso polar, 18 ejemplares de oso pardo y 7 ejemplares de oso negro.
De acuerdo al estudio, las diferencias detectadas entre los genomas indican que las especies polar y parda divergieron de un ancestro común de hace 600.000 años.
La investigadora en la Estación Biológica de Doñana del CSIC Jennifer Leonard, que ha participado en la investigación, explica que las similitudes entre el ADN mitocondrial de las dos especies podrían indicar la hibridación entre hembras pardas y machos polares, cuya descendencia se integró con la población polar.
"El nuevo hallazgo supone una evolución mucho más similar al del resto de los mamíferos árticos", ha manifestado. A su juicio, sus adaptaciones específicas, como el pelo blanco, la piel negra y la envoltura de sus pies, "son ahora menos sorprendentes". Por ejemplo, el zorro polar (Alopex lagopus) se separó de su linaje original hace unos 900.000 años.
Este cambio de paradigma apunta a que los osos polares podrían ser "mucho más sensibles de lo que se pensaba ante los posibles efectos del cambio climático", ya que, hasta ahora, al creerse que estos habían evolucionado en tan solo entre 166.000 y 111.000 años suponía que la especie tenía una "elevada capacidad adaptativa".
Este cambio de paradigma sugiere que podrían ser mucho más sensibles de lo que se pensaba ante los posibles efectos del cambio climático, ya que no sólo se enfrenta a la desaparición de su hábitat a causa del deshielo glacial. En ese sentido, Leonard añade que este hecho les obliga a "colonizar" regiones habitadas por los humanos donde su supervivencia "se ve comprometida".
"Si perdiéramos al oso polar en nuestra era, deberíamos preguntarnos hasta qué punto hemos dificultado su supervivencia, ya que ellos fueron claramente capaces de resistir otras épocas más cálidas en el pasado", ha subrayado.
El artículo ha sido liderado por investigadores de Centro de Investigación en Biodiversidad y Cambio Climático (Alemania), y ha contado con la colaboración del Servicio de Pesca y Vida Salvaje (Estados Unidos) y la Universidad de Lund (Suecia).
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