Miercoles, 04 de diciembre de 2024
Testimonio
Mi querido, mi hermano, mi amigo
Fue un 3 de marzo del 2008 cuando la muerte, con garras crueles, me arrebató a ese hermano que tanto quise y que algún día me encontraré para disfrutar de Dios eternamente. Era César Miranda Alonso.
Pese a que solo tenía 18 meses más que yo, siempre ví en él un protector. Era tal su generosidad y su falta de egoísmo, que se centraba más en resolver los problemas de los que quería, que en sus propios problemas.
Era uno de esos seres humildes a quienes verdaderamente notas cuando no los tienes presente.
Tenía una virtud muy difícil de encontrar y que denota que estás ante un espíritu bueno. En todo lo que hacía ponía el máximo interés por hacerlo bien y nunca decepcionaba.
Todas estas circunstancias y cualidades se manifestaron, yo creo que de una forma heroica, en todo lo ocurrido en los momentos decisivos de su pasión y muerte.
Cuando le diagnosticaron la enfermedad, él no quiso ser una carga para nadie. Todo su sufrimiento se lo quedaba para si mismo, sin exteriorizarlo. Recuerdo como me llamaba preguntándome por una analítica que me habían realizado, sin darme muestras de que él padeciera enfermedad alguna.
Un buen día le dijeron que tenía que hacerse un trasplante de hígado, yo le propuse darle un trozo de mi hígado, me contestó que prefería morirse que ocasionar algún daño en la salud de nadie.
Después de una tensa espera, llegó el órgano tan ansiado y se pudo realizar el trasplante. Esto supuso una mejoría de su salud, que se vió incrementada con el nacimiento de su hijo César Miranda López.
Tras unos meses de tregua en la batalla, se presentó el tan temido cáncer. El estaba convencido de que, con su fuerza de voluntad y con la inestimable ayuda de su amadísima esposa Laura, iba a vencer a la enfermedad. La enfermedad se fue deteriorando físicamente, pero espiritualmente sacó de él un coloso, las quimioterapias se convirtieron en sus estaciones del Via Crucis. A mi me impresionó que, a la vez que su cuerpo se deterioraba, te dabas cuenta de que tenía un alma pura, que había amado mucho, y que por amor iba hacia Dios.
Las noches anteriores a su muerte, ya que estuvo consciente hasta el último momento, pudimos conversar y me mostró su esperanza con Dios.
Me refirió que éste era el momento más importantes de su vida "El ser humano sólo vive el momento presente, el pasado ya pasó y no vuelve, el futuro es sólo esperanza" "sin tener una esperanza en Dios, no merece la pena haber vivido". Me recordó que sentía la presencia de personas que le había precedido en entregar el alma a Dios.
Después de oir todo esto, le dije: Sabes que vas para el Cielo y tienes que pedir a Dios por tu hijo y por nosotros. Me dijo: " que sí " y no volvió a hablar nunca más.
La conclusión que saco, es que Dios me hizo disfrutar de una persona santa y le estaré eternamente agradecido.
José Manuel Miranda Alonso
Comentarios
Por JOSÉ ANTONIO GARCÍA FDEZ 2018-01-11 21:02:14
No lo traté mucho pero me parecía una persona con unos valores excepcionales. Ha sido una pena que nos haya dejado tan joven.
Por Lucio 2015-03-24 19:16:04
Pocas palabras preciso para hablar de un auténtico amigo, cuya amistad pude disfrutar desde que nos conocimos hasta su muerte. Le recuerdo a menudo y siempre me produce un efecto de alivio y de paz. De alguna manera es como un ángel protector, como un hermano que aún vive en mi. Precioso artículo Jose Manuel, que refleja muy bien como era César de auténtico, buen creyente y, en difinitiva, muy buena persona. Un abrazo
Por OLGA M SUAREZ 2015-03-19 12:48:51
Era CesarAngel Miranda,mi cuñado,un hombre de palabra,sólido ,siempre dispuesto a ayudar,que sufrió con paciencia y dignidad los sinsabores de un destino cruel; Su enfermedad ,lo llevó a abandonar joven a sus seres queridos y a un matrimonio felizmente iniciado ,dejando en este mundo a una bella esposa y un hijo muy pequeño que sin duda todavía arropó en su última exhalación . Un hombre impregnado del amor que se fue con la paz de los que dan el Sí al Señor.
Por Africa Miranda 2015-03-19 02:09:24
César fue una persona que supo leer ,y adaptarse a la voluntad de Dios.Dio mucho amor y fue amado,nunca midió a la hora de entregarse a los demás.Yo creo que esa es la forma de ganarse el cielo
Por JMM 2015-03-18 19:07:55
César Miranda Alonso, para mí, es el verdadero ejemplo de una persona santa. Se trataba de un joven lleno de vitalidad y con una familia recién creada que, en un relativo pequeño espacio de tiempo, pudo ver como todo esto se venía abajo. Sin embargo él, con una lucidez impresionante que sólo la fe puede dar, comprendió que su vía crucis lo llevaba a la cima de la salvación y, con una fuerza de voluntad pasmosa se agarró, sin dudarlo, al leño de la cruz.
Por FJGA 2015-03-18 15:44:32
La preparación para la muerte nunca es suficiente. Los buenos testimonios siempre ayudan.
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