Sabado, 30 de noviembre de 2024
El Ibex cae un 2,98 lastrado por la banca y la escalada de la prima de riesgo
Moody s advierte de que las medidas adoptadas no despejan las dudas sobre la banca española
La debilidad prevista en los próximos años de la economía española continuará pesando sobre la solvencia de la banca española, a pesar de las medidas adoptadas para reforzar sus balances, debido al esperado deterioro de los activos del sector, al aumento de la morosidad y al lastre para la rentabilidad de las entidades del impacto de las provisiones y el actual entorno de tipos de interés históricamente bajos.
"Esperamos que la economía española siga en recesión en 2013, con una lenta recuperación a partir de 2014", señala la agencia en un informe sobre la banca española, donde advierte de que el crecimiento inicialmente se concentrará en el sector exportador, mientras la economía doméstica continuará en recesión al menos en 2014.
Esta debilidad sostenida de la economía doméstica, atestiguada por el incremento de los préstamos en riesgo de mora, probablemente debilitará aún más los perfiles de crédito de muchos bancos españoles, "a pesar de las medidas tomadas para impulsar su capital y reforzar sus provisiones", advierte Moody s, que este martes volvió a rebajar, dentro ya del bono basura las calificaciones de las nacionalizadas BFA/Bankia, NCG Banco y Catalunya Banc.
Así, la agencia considera que el impacto de estos factores negativos "sobrepasará" en el caso de muchas entidades los efectos de una posible recuperación de la economía en general, así como del fortalecimiento de la capacidad de absorber riesgos y los beneficios derivados de transferir parte de sus activos problemáticos a la Sareb, por lo que espera que los pérfiles de crédito de los bancos que aún sufren la crisis inmobiliaria "se debilitarán aún más a corto plazo, lo que añadirá presión a la baja sobre sus ratings".
En concreto, Moody s considera que la calidad de los activos de las entidades españolas continuará deteriorándose este año y el próximo como consecuencia de la debilidad económica, un desempleo muy elevado y la persistente crisis inmobiliaria.
De hecho, la agencia señala que la mejora puntual en las ratios de morosidad como consecuencia de la transferencia de activos a la Sareb no rompe la tendencia general negativa e, incluso, advierte de que"el deterioro se ha acelerado para algunas clases de activos que previamente habían mostrado resistencia", como las hipotecas residenciales y los créditos a empresas no relacionadas con el ladrillo.
Además, la calificadora de riesgos advierte de que las ratios de morosidad no tienen en cuenta la refinanciación de préstamos actualmente clasificados como normales o subestándar, así como los casos en los que la deuda se ha saldado mediante la entrega de inmuebles o ejecuciones de activos.
Por otro lado, Moody s considera que la corrección de los precios de la vivienda aún no ha terminado y apunta que los elevados niveles de paro pesarán en la evolución de las hipotecas.
Asimismo, la agencia advierte de que distintos factores como una relajación más amplia de la responsabilidad exigida hasta ahora al deudor hipotecario, sumada a nuevas caídas en el precio de la vivienda o la supresión de las cláusulas suelo pueden empeorar las condiciones para la banca más allá del escenario central manejado.
"Una serie de factores puede deprimir las condiciones más allá de lo que esperamos en nuestro escenario central para los bancos españoles", subrayan los autores del informe, advirtiendo de que "un acceso más amplio a la condonación parcial de la deuda más allá de lo permitido hoy por las leyes españolas, junto a caídas adicionales del precio de la vivienda podrían llevar a más hipotecados a una situación patrimonial negativa, reduciendo su voluntad de mantenerse al corriente de pago".
Por otro lado, Moodys apunta que la reciente sentencia del Tribunal Supremo en contra de las llamadas cláusulas suelo en los préstamos hipotecarios puede añadir presión sobre los márgenes de la banca española.
Otro de los factores negativos para la situación de los bancos españoles detectados por Moody s es la continuada presión a la que se enfrenta en los próximos 12 a 18 meses la rentabilidad del sector como consecuencia de la caída de ingresos operativos y el impacto de las elevadas provisiones.
En primer lugar, la calificadora de riesgos señala que la capacidad de generar ingresos brutos antes de provisiones por las entidades más enfocadas al mercado doméstico se verá afectada negativamente por el actual entorno de bajos tipos de interés.
Para contrarrestar este impacto, los bancos españoles en muchos casos han aprovechado el dinero barato del BCE para comprar deuda soberana española, lo que ha provocado una mayor exposición al emisor soberano y la dependencia de la financiación del banco central.
Asimismo, las entidades españolas han incrementado los diferenciales exigidos para conceder nuevos préstamos, mientras que han rebajado los intereses abonados a sus clientes por sus depósitos.
Por otro lado, Moody s recuerda que los elevados niveles de provisiones exigidos han afectado significativamente a los beneficios de los bancos españoles y advierte de que en el futuro serán necesarias nuevas provisiones a la vista del deterioro de diversas clases de activos.
Columnistas
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