Se dice en los medios, periódicos, que se han producido diversas manifestaciones contra el ascenso, relativo, de partidos de inspiración fascista, como el lepenismo en Francia, el aparentemente bestia griego, y algunos más en el norte y este de Europa, sólo para mostrar su indignación ante los fascistas de siempre. ¡Ni un paso atrás frente al fascismo¡-  gritaban con pasión. Naturalmente desde mi análisis, no necesito ningún fascismo,  ni lo espero, sin embargo me resulta imposible coincidir con esas manifestantes porque los considero, quiero ser claro, como un elemento de la hipocresía izquierdosa,  falso en eso de la lucha contra las libertades, mudo su opresión,  porque en todo caso solo apuntan a un lado.         

                       No me resultan ni sinceros ni verdaderos, acaso nada más que una táctica para esconder a quienes hoy por hoy detentan los cuchillos del poder, del totalitarismo más cruel, dueños de la muerte e incluso del genocidio como está sucediendo en Siria. Claro que allí mandan, o gobiernan,  oprimen,  los socialistas; es verdad que es un socialismo sui géneris, pero socialismo al fin y al cabo. En Siria, no es la extrema derecha- que personalmente  no la deseo  nunca-, quien gobierna, sino un socialismo con nombre propio; el Partido Baath, que traducido significa “resurrección” y no será de sus victimas. que implica según reza su lema nada menos que Unidad, Libertad y Socialismo, así para que se entienda. El partido fundado oficialmente en 1947, aunque proviene de los años treinta, se define también laico y panárabe, con lo que tenemos ya el caldo para una situación extrema, esta vez sí, como la que vive el pueblo sirio.            

           Allí, en aquella tierra tan antigua como la cultura helénica, o romana, se está masacrando a todo un pueblo bajo la mirada impotente de Naciones Unidas, de la Liga Árabe, y en las barbas mismas de Koffi Annan, que observa inerte como los tanques del tirano, socialista, Bashard el Assad machacan con sus bombardeos los barrios de las ciudades sirias, con presencia incluso de las unidades de interposición, pero absolutamente impasibles ante sus crímenes por millares. Claro que allí manda un partido de la izquierda socialista, y la pregunta es obvia, ¿dónde están las manifestaciones en contra de esos crímenes que cometen los socialistas del Baath?. ¿Dónde esos radicales españoles, para denunciar ante el mundo, ante los organismos jurídicos, ante la opinión pública, que no hay que dar ni un paso atrás en la condena y lucha contra ese socialismo exterminador. Los últimos 116 asesinados en Hula, con 32 niños entre ellos, en Hula, no es sino la penúltima firma de un genocidio dirigido y controlado aun a los ojos del mundo,  amparado quizá, quien sabe, por todos los socialismos del mundo, como estos españoles, que yo desde luego, no he visto ni siquiera criticar de modo convincente.       

        Como tantas veces, estos antisistemas de pacotilla, sectarios, manipuladores, no tienen o no deberían de tener el menor crédito entre los españoles, al menos entre los españoles de buena fe, porque ya está bien de aparentar creer en la libertad y luego callar ante los horrendos crímenes de los socialistas, que son socialistas, y en la Internacional Socialista están, por cierto, tampoco se manifiestan por las cárceles de Cuba, o en defensa de los disidentes en China, que aunque han optado por un capitalismo efectivo, mantienen un dictadura universal y gratuita ¡Que cosas, eh¡.  

 De modo que mientras no cambien, y no creo que cambien, nuestra sociedad tiene que rechazar cualquier teatro de esta naturaleza. Son unos perversos.