Sabado, 23 de noviembre de 2024
LA LEY DEL EMBUDO
LA MUERTE DE CASTRO
Fidel Castro accede al poder en Cuba derribando al dictador Fulgencio Batista pero no a la dictadura, ya que Cuba siguió sufriendo una dictadura comunista que ejerció la opresión sobre los cubanos con total ferocidad, erradicando la propiedad privada, persiguiendo la religión y manteniendo al pueblo en situaciones de miseria, tal vez porque esta situación, como dijo Rousseau en el Contrato Social, les facilita a los tiranos su permanencia, tanto es así que Fidel Castro ha muerto pero todo apunta a que la dictadura va a perdurar.
Se "cacarea" mucho, por los añorantes del totalitarismo que consiguió universalizar la sanidad pero de qué sirve universalizar la sanidad en los textos legislativos si luego al hospital hay que llevar la sábanas de la cama e incluso la bombilla para la habitación y los médicos para recetar tienen que llamar primero a la farmacia para ver que medicamento hay, si es que hay alguno, para tratar al paciente en cuestión. Todo eso sin olvidarnos de una total inexistencia de libertad de expresión; sólo hay un periódico: "El Grama", por supuesto del Estado y lo mismo pasa con la radio y la televisión. Y lo más grave de todo es la cantidad de presos políticos y los muertos que no bajan de cien mil.
Los comentarios con motivo de su fallecimiento, tanto de políticos de todas las latitudes como de periodistas, ponen de relieve el calado de su personalidad y su trascendencia histórica pero no entran en valoraciones concretas y de ellas no se deduce el tipo de personaje deleznable que fue. Sólo Trump, precisamente el "atrabiliario" Trump, hizo una descripción atinada del personaje.
Si nos inspiramos en Plutarco y queremos analizar paralelismos es muy ilustrativo comparar la trayectoria de Castro con la de Pinochet, este general chileno accede al poder mediante un golpe de estado llevado a cabo pata cortar la marxistización del país que pretendía Salvador Allende y establece una dictadura que dura hasta el año 1990. En la cual se recortaron las libertades, causó un número considerable de muertos, aunque muchos menos por supuesto, pero se respetó la propiedad privada, no se persiguió a la religión y económicamente no sólo no sumió a los chilenos en el hambre sino que trajo una cierta prosperidad económica y para colmo, en 1988 convocó un referéndum para que los chilenos se pronunciasen sobre si debía seguir o no en el poder. Perdió el referéndum aunque obtuvo un resultado honorable y dejó el poder aceptando así democráticamente el criterio mayoritario de los chilenos.
Ya antes de su fallecimiento fue perseguido incluso judicialmente (las acciones de este tipo contra Castro siempre fueron archivadas) y cuando se produjo su fallecimiento el coro de turiferarios con más o menos sordina del que disfrutó Fidel Castro, brilló por su ausencia.
Esto nos lleva a pensar que las dictaduras si son muy crueles y marxistas no tienen problemas y las llamadas dictaduras de derechas, aún en los casos que aporten distintos puntos positivos con relación a las marxistas, siempre les irá mal lo cual nos lleva a pensar que la opinión pública o quizá más bien la publicada, en el mundo en general suele aplicar al analizar estos fenómenos políticos la antigua y acreditada ley del embudo
Columnistas
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