Sabado, 23 de noviembre de 2024
La ingratitud de la política
NIcolás Redondo, la izquierda nacional
En España, la izquierda política o bien es internacionalista o bien simpatiza con los nacionalismos periféricos cuando no los emula directamente. En la reciente conferencia política del PSOE, este partido acusaba a la derecha de pretender la confrontación de un “rancio nacionalismo español” con los “nacionalismos periféricos”, definiendo al primero de una manera peyorativa y a los segundos de una manera neutra. En cualquier convocatoria electoral o debate no es raro ver a un candidato o político de izquierdas engalanándose con el europeísmo, el vasquismo, el catalanismo, el galleguismo, el andalucismo etc, pero a ninguno le oiremos jamás mención alguna al españolismo a no ser que se pretenda denostar. En este panorama, cualquier español mínimamente patriota recibe como agua de mayo la más mínima manifestación de conciencia nacional o de sentimiento patriótico en la boca o en la pluma de un político izquierdista. Por eso, la figura de Nicolás Redondo Terreros se agiganta hasta límites insospechados en mosaico de la izquierda española en general, y del PSOE en particular.
No nos hace falta ver a Nicolás Redondo envuelto en la bandera de España, ni lanzando vítores a la nación, ni tan siquiera realizando profesión de fe españolista para saber de manera indubitada que nos encontramos ante un patriota de una pieza cuyos méritos no son otros que sus hechos. En el año 2001 dio esperanza a toda España, granjeándose la simpatía de izquierda y derecha, cuando anunció antes de las elecciones autonómicas vascas que pactaría con el PP para expulsar a los nacionalistas. Fue inaudito desde un punto de vista político que tanto el PP de Mayor Oreja como el PSE de Nicolás Redondo no sólo afirmasen sus intenciones de pacto durante la campaña sino que se prestasen a participar en multitudinarios actos conjuntos en el marco de la Iniciativa Ciudadana Basta Ya. Fue un espejismo, pero por vez primera en décadas las banderías partidistas quedaban de lado y se ponía el acento en lo esencial; España, la Constitución, y la libertad.
Precisamente, ya fuera de la política, que tanto le ha maltratado, Nicolás Redondo continúa presidiendo la Fundación para la Libertad, institución de evocador nombre que da sentido a su trayectoria política. Y desde ella sigue siendo un faro de sensatez y sentido común en todo lo que tiene que ver con España y el terrorismo. Porque su presidente, y su equipo, saben distinguir lo esencial de lo accesorio, y situar a España por encima del partidismo y del maniqueísmo izquierda-derecha.
Hace ya unos años que está apartado de la primera línea política, e incluso de la segunda y la tercera, pero de vez en cuando se le puede escuchar en las tertulias radiofónicas. Escúchenle con atención; no oirán a un vocero de partido, ni a un resentido después de las purgas políticas. Estarán escuchando a un hombre cabal y a un español patriota, que representa a la perfección el paradigma contrario al sectarismo desde una óptica izquierdista.
El sectarismo interno lo han padecido él y los suyos. Unos siguen luchando. Otros se han rendido. La gente que le rodeó en su andadura ha corrido suertes dispares: Maite Pagaurtundua con la sangre helada por Patxi López mientras capitanea la Fundación Víctimas del Terrorismo; Rosa Díez fuera del PSOE, y el otrora admirable alcalde de Ermua, Carlos Totorika, prestándose a participar en la conferencia proetarra de San Sebastián. La ingratitud de la política es mucho más que una fórmula convencional en el caso de Nicolás Redondo.
Quizá confundo la realidad con los deseos pero ojalá en un futuro de catarsis y regeneración el PSOE situé al frente del partido a un hombre como Nicolás Redondo Terreros que entronca con la mejor tradición nacional de la izquierda española. Decía Gustavo Bueno que Azaña, Prieto y Uribe tienen frases de un españolismo tan intenso que podrían ser confundidos con Ramiro de Maeztu o José Antonio Primo de Rivera. Ojalá llegue el día que al hablar de España no distingamos si uno es de izquierda o de derecha. Con Nicolás Redondo aun es posible una izquierda para la que la Nación española ni sea discutida ni sea discutible
Comentarios
Por Visor 2012-01-28 13:46:00
Es así. Los socialistas tienen ahí, a mano, la regeneración que tanta falta les hace pero... no, los que están incustrados en la dirección actual del partido no abandonan la poltrona. No sé de Uribe; pero con frases no se hace todo. Azaña y Prieto, en su época revolucionaria, no estuvieron muy atinados en su política española.
Por Sun Tzu 2012-01-21 14:42:00
Pues nada, don Santiago, regáleselo por Navidad. Yo paso...
Por Rafael del Pulgar 2012-01-21 00:29:00
Interesante articulo,hay que seguir soportando el temporal, porque el que resiste gana.
Por bbbbbbbbbbbbbbb 2012-01-20 13:47:00
Para uno que escribe y dice el sentir general nadie le contesta. Bueno pues yo te digo esta muy bien y acertado tu comentario y no empleo la plantilla como algun inquilino de la Opera. Santiago Abascal, gente como tu escasea en este nuestro Pais llamado España, otros para desgracia general sobran.
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