Sabado, 11 de enero de 2025
Carta semanal del arzobispo de Oviedo
Noviembre malva, de mágica nostalgia
Si tuviera una paleta de colores acaso acertaría a describir con pinceles el ambiente de esta época tan nuestra. Si tuviera un pentagrama virgen, tal vez lo llenaría con las notas propias de la magia serena. Lo haré con mi pluma sobre el papel de esta carta semanal a vuelatecla. Tiene color malva noviembre, y su tono pastel pinta de morado el recuerdo que hacemos de quienes nos han precedido en la vida y en la fe. El camposanto cristiano es un cementerio, no una necrópolis. Los clásicos llamaban al lugar donde enterraban a sus difuntos precisamente así: necrópolis, ciudad de la muerte. Los cristianos tuvieron desde el principio este gesto piadoso no sólo de enterrar con toda dignidad a quienes morían, sino de venerar su memoria con las flores, las lágrimas y la oración.
Por este motivo, no vamos a los cementerios a recordar la derrota final que nos ha impuesto implacable la muerte ganándonos la decisiva última partida al llevarse por delante de tantos modos a quienes quisimos sinceramente. Vamos allí para recordarles, sin duda alguna; se nos escaparán las lágrimas sin amargura sino agradecidas por tanto recibido de ellos; pondremos con afecto unas flores como homenaje penúltimo con nuestro mejor gracias por tanto como en ellos y por ellos se nos dio; y tras todo ese sentido ritual verdadero cargado de afecto, elevamos nuestra plegaria rezando por ellos.
¿Qué recordamos, qué agradecemos, qué oramos cuando vamos al cementerio en memoria de nuestros seres queridos muertos? Recordamos que somos una familia que camina hacia el cielo: unos seguimos la marcha por nuestros senderos y vericuetos, entre las luces y las sombras, las dudas y las certezas, los aplausos y los desprecios; otros han llegado ya a la antesala de ese cielo dando comienzo a la espera a que vuelva el Señor, cuando con delicadeza les llame mientras los halla durmiendo, pues esto es lo que significa la palabra cementerio: ciudad de los que duermen mientras esperan que vuelva Jesús eternamente despierto.
Agradecemos en nuestros seres queridos lo que con sus labios Dios nos dijo, y lo que con sus manos nos bendijo de tantas maneras; ellos nos acompañaron en los caminos variopintos que pinta la existencia; fueron pañuelo de nuestras lágrimas, sabios que nos dieron consejos, que supieron brindar con nuestras alegrías y quisieron para nosotros el bien más sincero. No acertaron a dárnoslo todo porque quizás no todo lo tenían, pero a su modo nos dieron la propia vida en la tierra con anticipado sabor de cielo.
Por este motivo no únicamente queremos acercarnos con las flores de nuestro recuerdo y la sonrisa de nuestro agradecimiento, sino que también esta visita de noviembre a nuestros cementerios se conjuga en tiempo futuro cuando ponemos sobre sus nombres y sus años compartidos nuestra plegaria rezando por ellos. Pedimos lo que el mismo Cristo prometió, lo que nos dio cuando resucitando venció su muerte y la nuestra, dejando Él como el primero su sepulcro vacío como también creemos que quedará el nuestro.
Tiene noviembre este aire de noble nostalgia, tiene este color humilde malva y ceniciento, huele al olor de castañas asadas y es sabroso como la sidra en su sorbo dulcero. Esto en Asturias lo llamamos “amagüestu”, en donde con la tradición de nuestros mayores y la ilusión de los más pequeños, seguimos viviendo con gozo sereno el sentido que tienen los días otoñales cuando llama a nuestra puerta este bendito y mágico tiempo. Descansen en paz nuestros difuntos durmientes, vivamos con dignidad y verdad los que existimos aún con los ojos abiertos. + Fr. Jesús Sanz Montes, ofm Arzobispo de Oviedo
Comentarios
Por AS 2013-11-12 12:57:00
Reitero lo dicho. Es de las mejores cabezas que tenemos en Asturias.
Por ASTURIAS 2013-11-11 18:23:00
Pues que la siga teniendo pero en su casa cocina y en su tierra, aqui sobran jefecitos con aspiraciones.
Por AS 2013-11-11 16:44:00
D. Jesús es de los pocos que tiene la cabeza en su sitio en nuestra Asturias
Por DIGO, DIJO y Diego 2013-11-11 15:27:00
Naturalmente no se podría pasar por Dr. de algo que se desconoce, eso mas bien seran ellos y encima con subvenciones a perpetuidad y que nadie demanda o que son extraños a la realidad y deseos vigentes. La verdad dicho con el mayor de los respectos que merezca la pena, una vez leídos sus escritos en los que uno está movido a la risa o no sabemos si al cabreo o pena y lo digo no se si porque la ignorancia o la fe mueve a estas valentías y saltos a piscinas sin agua. En la Nueva España, este personaje religioso parece que pretende imponerse en algo que no es lo suyo o si lo es llegará al caso que la Religión ha vuelto a las suyas y nos quiere volver a ser sumisos y temerosos a su poder y en el peor de los casos, la Justicia sería la espada de Damocles aquellos quecuestionabann sus deseos.Caunedo y otros personajes que suponemos son autoridades civiles aunque estas en el peor de los casos sean circunstanciales, son blancos del dedo acusador del clérigo y yo me pregunto sin que por eso los otros estén o tengan la Razón ¡¡¡¡¡¡Que pinta un cura leyendoles la Cartilla!!!!!! Para mi que mas alla de la cortesía es algo extraño e indeseado. Las Sociedades Libres en los sistemas mejores que así estimen de Gobierno, al igual que hacían en el Imperio Romano, nunca dejaban entrar a las tropas y sus generales dentro de sus murallas, acampaban en las afueras. Igualmente Los clérigos deben estar en sus templos, lo demas serian injerencias impropias de su oficio así como potenciales enemigos de Las Libertades Democracias actuales y tambien como la Historia lo cuenta en el pasado y recuerda
Por DIGO 2013-11-11 10:54:00
Viendo el comentario que precede al mío,llego a la conclusión de.¡Qué nunca faltarán ignorantes que pretendan pasar por doctores en temas que desconocen¡.Bueno,si a este señor le vale para practicar la mecanografía,vale
Por Para Sanz Momtes ,ofm 2013-11-11 00:03:00
Algo aquí algo no funciona, por un lado a estos personajes se les suponen estudios y estos implican un cierto atino....Por otro lado si analizamos lo que dicen y más lo que con ello pretenden, algo no cuadra, o más bien nada.Este hombre me recuerda a Pablo Neruda con sus pretendidas metáforas. Jesús, yo te propondría la paleta de Fco. de Goya, para definiros a vosotros en los suplicios que la sociedad civil o como se denominase en aquel entonces donde vosotros despertareis el terror y el miedo, o pudiera ser la Zurbarán, Velázquez o tantos otros que de una manera u otra hoy ninguno de sus colegas pasaron por tales trances, se vio hasta dónde llegaba la soberbia y la falta de educación y respeto, cuando un frailecito de tres al cuarto se atreve a decirle a un tal Felipe II, que pocos reyes iban a l Reino de los Cielos. Ustedes han sido y son algo que pudiera recordar lo indeseado y la enfermedad, tambien metafóricamente.
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