POR QUÉ DURA TANTO ESTA CRISIS   Podríamos comenzar diciendo que regulamos en exceso en momentos de Recesión y Liberalizamos en exceso en momentos de Expansión.  

 Por otro lado, tengo la más absoluta convicción de que en el escenario actual no sobra nadie, ni tan siquiera el firmante de estas reflexiones, sin embargo, lo que falta es consenso.  

 Los llamados Pactos de la Moncloa, propiciados por el economista D. Enrique Fuentes Quintana siendo Presidente del Gobierno D. Adolfo Suárez  González, fueron un ejemplo de Consenso y de una decidida voluntad política, tanto del gobierno como de toda la oposición. Así, D. Felipe González Márquez, D. Santiago Carrillo Solares, D. Manuel Fraga Iribarne, fueron aconsejados por los economistas D. Carlos Solchaga Catalán, D. Ernest  Lluch Martín, D. Julio Segura Sánchez; y, D. Guillermo Piera Jiménez, entre otros. ¿Acaso no se dan actualmente unas circunstancias tan graves o más que en aquella época de finales de los 70? No cabe duda alguna de que la respuesta es afirmativa. Entonces, ¿qué nos sucede actualmente?  ¿Por qué no observo la voluntad política de los dirigentes actuales ni la influencia  de los economistas en los políticos? Las circunstancias actuales son gravísimas, más de lo que podemos suponer y no cabe la menor duda, de que la solución, pasa necesariamente por aceptar la gravedad de la situación y la magnitud de los problemas a los que debemos enfrentarnos.  

 Desde aquí, hago un llamamiento a los españoles, a todos aquellos que crean tener soluciones para que las envíen a DIGNIDADDIGITAL.COM, pues tengo la más absoluta convicción de que éstas, habitan en nosotros.  

 Según mi opinión, el mayor problema que tenemos es el paro, afectando éste al desarrollo personal y familiar, al consumo y por lo tanto, a la producción de bienes y servicios, es decir al PIB.  

 Otro gran problema que tenemos es el endeudamiento, no solamente el Institucional, también el Empresarial y el de las Familias. No olvidemos que con el tratamiento, para mi equivocado, que hemos dado a la Crisis, el endeudamiento se incrementó y el paro también.

  Opino que esta Crisis no es económica ni financiera, estas manifestaciones, la económica y la financiera, son la forma de presentarse, de la misma manera que una enfermedad puede revelarse a través de un estado febril. La fiebre no es la enfermedad, es el aviso, el síntoma que advierte de que algo no va bien. Obviamente, hay que aplicar soluciones a las causas y no a las consecuencias pues si aplicamos un antitérmico, disminuimos la fiebre pero no sólo no atacamos la enfermedad, sino que la enmascaramos y así, si ésta es una infección grave podemos llegar a fallecer, eso si, sin fiebre.  ¿Por qué pongo este ejemplo? Porque hemos atacado la falta de liquidez entregando dinero y endeudándonos más, y actualmente, estamos más endeudados y no hemos atacado la causa, ya que el dinero que hemos inyectado, ha ido dirigido fundamentalmente al incremento del GASTO PUBLICO, la causa de esta CRISIS MUNDIAL. En España, lo más cercano y conocido, se evidencia el error con toda claridad, en los conocidos Planes E, en el incremento de los puestos de trabajo públicos, realización de inversiones prescindibles con altos gastos de mantenimiento, etc. El Gobierno justificaba estos gastos apoyándose en que la Empresa privada no creaba puestos de trabajo. Lo mismo ocurre por ejemplo en E.E.U.U., donde ahora empiezan (tres años y casi medio después de estallar la Crisis)  a cuestionarse las medidas aplicadas.

  Las medidas tomadas por la Reserva Federal Americana y por el Banco Central Europeo durante los años inmediatamente anteriores, al subir un 525% el coste del dinero en un plazo de dos años y medio, en el caso de E.E.U.U., consiguió el efecto contrario al perseguido.   

    Otro de los grandes problemas que tenemos, es la falta de sentido común y de sensatez a la hora de afrontar los problemas, sobre todo, por parte de nuestros dirigentes, pues una gran mayoría de los Políticos, apuestan porque las contrataciones laborales sean indefinidas. ¿Acaso los empresarios, contratantes de esos trabajadores, tienen asegurados indefinidamente los pedidos en un mundo global como en el que estamos? La respuesta, es de sentido común: NO.

  Precisamos urgentemente reformas estructurales y profundas, políticas (disminución de parlamentarios, nacionales y autonómicos, concejales); laborales (simplificación de los contratos, reorganización de la Seguridad Social con el fin de conseguir mayor eficiencia); y, fiscales, no sólo reformando en profundidad los impuestos directos (Impuesto de Sociedades, I. R. P. F.) sino también los indirectos (I. V. A., Impuestos Especiales, Tasas etc.). En próximos artículos, iremos desarrollando con mayor amplitud, los puntos anteriormente expuestos, a la vez que contestaremos los comentarios enviados por nuestros lectores a los que desde estas líneas, invito a participar aportando su granito de arena.   

 Joaquín Mastache de la Peña Economista Miembro de Economistas sin Fronteras.