Sabado, 23 de noviembre de 2024
La Roja despide el año con derrota
Portugal se divierte a costa de España
España no enseñó los galones que le acreditan como campeona del mundo. Portugal entendió el encuentro de otra manera, como si hubiera tres puntos o una eliminatoria en juego. Primero Martins, después Sergio Ramos --en propia meta-- y por último Helder Postiga y Hugo Almeida castigaron al cuadro nacional, que no entregó el fútbol asociativo que le llevó a la gloria en Sudáfrica.
La intensidad fue clave para dirimir un encuentro que cerró el pletórico año 2010 para la roja. Y eso que Del Bosque alineó el once que ganó la final a Holanda el pasado 11 de julio (salvo Pedro, aquejado de dolores estomacales), con la memoria ocupada por el descalabro en Argentina de hace tan sólo un mes.
España no cumplió con su obligación de campeona mundial y continental y no tuvo el coraje necesario para responder a la efervescencia lusa, encabezada por el madridista Cristiano Ronaldo, que únicamente disputó los primeros 45 minutos. Piqué, que se retiró con leves molestias al descanso, impidió en dos ocasiones el tanto del seleccionado vecino. El central culé evitó un gol cantado de Martins, y se convirtió en el jefe de la zaga española, síntoma de que Portugal era superior a España en todos los sentidos.
Sólo Capdevila por el costado izquierdo hacía cosquillas al equipo de Paulo Bento, y Silva lo intentó de todas las maneras para abrir huecos que nunca llegaron. Además, Cristiano vio cómo se le anulaba un gol por fuera de juego en la misma línea debido a un remate innecesario de un voluntarioso Nani.
Pero antes de alcanzar el descanso Portugal encontró el camino del gol. Cristiano se inventó un regate de ficción que dejó a Busquets sin argumentos y el rechace a su centro fue aprovechado por Martins para colocar el 1-0, que desubicaba a España, carente de picante y algo de mordiente.
PORTUGAL SENTENCIA Y ESPAÑA NO RESPONDE.
Tras la reanudación Portugal se encargó de sentenciar la partida cuando España trenzaba mejor en línea de tres cuartos. La entrada de Cesc Fábregas otorgó imaginación al equipo español, pero los lusos no son los mismos de la etapa Queiroz, donde se achacaba la falta de gol a un delantero de renombre.
Así, el equipo local --para satisfacción de su afición que coreó con olés cada jugada de peligro-- logró el segundo cuatro minutos después del descanso. Una jugada de mérito por banda derecha, que llevó la firma de Moutinho, acabó en los pies de Postiga, que remachó de tacón.
El disparo lo desvió Sergio Ramos y acabó en el fondo de las mallas. Parecía el punto y final al excesivo correctivo de Portugal. Sin embargo todavía habría más. Danny evidenció a Ramos y centró a Postiga para que estableciese el tercero.
Fue entonces cuando España se volcó para conseguir, --al menos-- el tanto de la honra que maquillase el desastroso marcador, que aunque se haya producido en un partido amistoso, dará la vuelta al mundo entero por aquello de batir a un campeón con tanta diferencia.
Hugo Almeida, desamparado meses atrás, se reencontró con el gol en el último minuto de encuentro y selló el 4-0 a la mejor selección del mundo, que no pudo colocar la guinda a un año redondo. El año que será recordado siempre como aquel en que el fútbol fue justo con los mejores, aquellos que parecían cambiados en el amistoso de Lisboa.
Columnistas
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