Sabado, 23 de noviembre de 2024
Una izquierda anticristiana y antiespañola
¿Qué se jugaba en la guerra de España?
A menudo se oyen lamentaciones buenistas sobre la Guerra de España,
insistiendo en su carácter “fratricida” (nunca reconocido por izquierdas y
separatistas). En que “perdimos todos”. En que no debe emplearse el método
del “y tú más” cuando se habla las atrocidades. En que “fue una explosión de
salvajismo” que más vale no recordar y “mirar al futuro”.
Y así sucesivamente, unos enfoques vacuos que impiden comprender y extraer
lecciones útiles (mirando al pasado aprendemos mucho, al futuro, nada), un
ataque a la inteligencia, aunque permite a los necios la vanidad de sentirse
superiores y juzgar “imparcialmente” a unos y a otros como unos sádicos
idiotas. Y tampoco sobra la comparación, caricaturizada en el “y tú más”:
como nadie es perfecto, viene bien saber cosas como quiénes empezaron,
quiénes mostraron más saña, quiénes combatieron mejor, etc. etc. Alguna
gente gusta comparar a los demás, a sus abuelos o a quienes les parezca, con
la perfección moral. Pero los primeros imperfectos moralmente son lo que
adoptan esa ridícula postura.
Stanley Payne dedica en su libro una atención especial a la guerra civil
española, lo que es bastante lógico por la atención internacional que ha
recibido a lo largo de los años. Una atención curiosa en cierto modo porque,
como observa el autor, sus repercusiones internacionales directas fueron
escasas, quedando el conflicto limitado a España, por lo menos en el terreno
político y militar. Esa atención se basa en un enorme equívoco, que
presentaba esa guerra como un choque entre la democracia o “el pueblo” y el
fascismo o “la reacción”.
¿Qué se jugaba realmente en nuestra guerra? Por mucho que asombre a estas
alturas y con tanta bibliografía, es una cuestión nunca aclarada a fondo.
Creo que Payne ve bien muchos de sus principales rasgos, pero no extrae
todas las conclusiones. Así, deja en claro, como hemos hecho muy pocos más,
que la historia de la república fue la del dinamitado de un inicio de
democracia liberal, y que los dinamiteros fueron, precisamente las
izquierdas frente a unas derechas mayormente inofensivas y dispuestas,
aunque con mil recelos, a acatar una legalidad democrática siempre que no
degenerase en arbitrariedad.
Al final, la democracia no desempeñó ningún papel en nuestra guerra, lo que
ha llevado a Payne a decir alguna vez que no fue una lucha de buenos y
malos, sino de malos contra malos. Me parece que el aserto no refleja bien
la realidad.
Ante todo, ¿qué eran las izquierdas y qué pretendían? Creo que en Payne no
queda del todo precisada su combinación de mesianismos e indigencia
intelectual. Todas ellas, sin excepción, creían tener la panacea para
transformar la sociedad a su gusto, consideraban que la democracia consistía
en que mandasen ellas (cada una de ellas), y despreciaban la idea nacional,
como recordaría Azaña amargamente. En otras palabras, eran unas izquierdas
utópicas y básicamente anticristianas y antiespañolas. Su anticristianismo,
único aspecto en que estaban de acuerdo todos los partidos izquierdistas,
suele presentarse como “anticlericalismo” u oposición a la influencia
política del clero, pero iba mucho más allá: pretendía extirpar la cultura
cristiana de España como medio para implantar su utopía. Empezó con la
primera quema de templos, bibliotecas y centros de enseñanza, para alcanzar
su paroxismo, realmente genocida, en plena guerra civil: se trataba de
erradicar, orwellianamente, la cruz de la vida pública y privada española,
lo que pusieron en práctica en medida asombrosa en la zona del Frente
Popular. No es que hubiera un plan explícito, al menos yo no lo conozco,
pero el genocidio fue efecto lógico de unos utopismos de ínfima calidad
intelectual. Casi nunca se insiste, y creo que Payne tampoco, en este dato
crucial, del que solo fue un disfraz o un aperitivo el llamado
anticlericalismo.
Tampoco se ha prestado suficiente atención al carácter antiespañol del
Frente Popular. La hispanofobia fue clara y sin tapujos en los nacionalismos
vasco y catalán, y afectaba indirectamente, aunque con plena fuerza, a los
restantes grupos. Para los poderosos partidos y sindicatos obreristas, la
idea de España era reaccionaria o sin importancia, disuelta en todo caso en
su internacionalismo “proletario”; para el PCE, en concreto, se supeditaba
absolutamente a los intereses del estalinismo. Todos ellos, incluido Azaña,
tenían de la historia de España la visión forjada por la Leyenda Negra,
asimilada sin crítica y hasta con regodeo (tendencia que revive hoy con
fuerza). No es que Azaña se proclamase explícitamente antiespañol o
indiferente a España, ni mucho menos. Pero, como otros, aspiraba a una
España “nueva”, cortadas sus raíces de un pasado que creían repugnante, para
ponerla a la altura unos ideales esquemáticos y simples.
Cuando se combinaron estas tendencias con la destrucción de la legalidad,
los sectores, muy vastos, que se sentían patrióticos y cristianos se vieron
en la disyuntiva de dejarse destruir “pacíficamente” o rebelarse. Se
rebelaron bajo la invocación “por Dios y por España”, es decir, por la
cultura cristiana y por la nación. Y contra la o las revoluciones
anticristianas y antiespañolas de la izquierda y los separatismos, cuyo
abocamiento solo podía ser totalitario.
Este fue, a mi juicio, el carácter de la guerra. Y hoy, por supuesto, no
puedo menos de identificarme, como Marañón y tantos otros liberales, con
quienes salvaron esos principios y valores fundamentales, sin los cuales la
democracia liberal se queda en poco más que palabras y buenas intenciones en
el vacío.Y sin embargo la democracia liberal estuvo presente en todo este
proceso de un modo peculiar, que veremos luego.
Pío Moa
Comentarios
Por Visor 2013-10-06 18:58:00
Otra vez las manifestaciones para liberar a los presos etarras. Parecen los panem et circensis romanos. Incluso aquí hay muertos, victimas inocentes de los canallas encerrados. Talmente parece la banalización del mal de Anna Arendt. Pasó en Alemania pasa aquí también. Qué moral privada y pública: quién se solidariza con un asesino se hace como él.
Por Visor 2013-10-06 18:53:00
Esta propaganda auxiliada no ha mucho económica y moralmente por la maestra en desinformación la URSS por obvias razones es lo que ha hecho que muchos de los hijos de franquistas renieguen de él. Se presenta a Franco como un zafio general que de eso tenía poco. He visto a hijos de periodistas del régimen que siendo de derechas dan una imagen mal formada de la época. No puede venir más que de sus padres. Una cosa es educarles en, por y para la democracia (sin adoctrinamientos al uso, claro) y otra engañarlos miserablemente. En un juez eso sería prevaricar: dar una sentencia a sabiendas de que es injusta; lo mismo para quién da información tendenciosa.
Por Ovetense 2013-10-05 09:29:00
Acabo de leer lo siguiente: "Diversas entidades, sindicatos, partidos políticos y personas a título personal, han impulsado en Tarragona la Coordinadora para la Laicidad y la Dignidad para rechazar y boicotear la beatificación de 522 mártires de la Guerra Civil, la mayor de la Iglesia Católica, que se va a celebrar el próximo 13 de octubre".¡Vaya cara que tiene la rojería cuando ellos siguen exaltando a sus muertos. Recordemos la exposición reciente en Oviedo de los 90 maquis que nos presentó Gerardo Iglesias, en un local del Ayuntamiento de todos los ovetenses mientras ese mismo Ayuntamiento hizo desaparecer la estatura del Tte. coronel Teijeiro sin que les cayera la cara de vergüenza a los del PP y Foro!
Por Visor 2013-10-05 08:07:00
Lo raro es esa referencia de Susana a la URSS antigua ¿es que existe una moderna? Supongo, quizá hace referencia eso que llaman el comunismo bueno. Supongo que eso de la antigua URSS no hace referencia a una moderna como puede ser la Cuba actual. ¿URSS y Cuba no son ejemplo de justicia social? El mismo camino que llevaba la España "republicana".
Por maximoal 2013-10-04 22:33:00
Juan carlitos estoy esperando que me señales algo que no sea cierto de mi mensaje anterior. Es fácil, vas a la biblioteca, ya sabes donde hay muchos libros, pides los libros y prensa que tan claramente cito. Y si no te cansas de leer tanto, un esfuerzo inútil para ti como nos demuestras tan a menudo, lo verás clarito. Como, seguramente, no habrás ido nunca, te aviso que no se puede hablar alto, ni fumar y ni siquiera garabatear los libros, un rollo malo. prueba de todas formas, a lo mejor lo consigues
Por maximoal 2013-10-04 22:17:00
Mi muy palurdo total Juan Carlitos: Don Pío es don Pío, primero porque tiene el bachiller ,que sería suficiente, segundo porque tiene el doctorado de una carrera superior, más que suficiente y tercero y principal porque es un señor que nunca miente, suficientísimo. De Susanita no se sabe, pero por la ignorancia, frescura y suficiencia que demuestra, no parece, como tú, muy ilustrada en estos temas. Y ya sabemos todos lo atrevida que es la ignorancia, tú lo demuestras un día sí y otro también
Por maximoal 2013-10-04 14:30:00
¡Que cosas nos cuentas!
Por Santullano 2013-10-03 20:30:00
Efectivamente, "hay gente pa tó" dijo el torero Guerrita, pero Juan Carlos aún no ha dicho cómo llaman a los crímenes que se refiere Astur.
Por Juan Carlos 2013-10-03 19:39:00
Susana, existe todavía gente que añora a Franco, gente que añora a Hitler y gente que añora a Stalin. También llaman historietas a los crímenes franquistas, montaje al holocausto judío y mentiras a los campos de Stalin. En realidad son los mismos. Por cierto, uno de ellos convierte a Pío en Don Pío y a usted en Susanita. Esto define muy bien al personaje.
Por ASTUR 2013-10-03 17:07:00
¿Justicia social? Me muero de risa. ¿Me puede explicar Susana porqué en le Revolución de Asturias se dedicaron a matar curas y frailes que ningún mal habían hecho? Muchos, sino todos, de esos frailes procedían de familias más humildes que las de sus propios verdugos.
Por Antón 2013-10-03 11:30:00
Se jugaba lo mismo que está en juego ahora. Clarividente D. Pio
Por Alfonso Scruton 2013-10-03 10:32:00
Susanita, Don Pío habla de la Historia, no de las historietas marxistas que le han metido en la cabeza. La República esa de la que Vd habla no existió, existió la República del Odio. Aquello por lo que Vd suspira lo tiene en Corea del Norte. Coja un vuelo.
Por Susana 2013-10-03 01:38:00
Por supuesto contraria es mi opinión a lo aquí expuesto. ¿Qué se jugaba en nuestra guerra? Lo primero, no fue nuestra guerra. Fue una invasión fascista y ataque a un gobierno y pueblo democráticos. Tampoco fue una República liberal, si no que fue una República de Justicia Social, que es muy diferente. Y la contestación a la pregunta es: - la iglesia católica se jugaba todos los bienes que durante siglos de vender su patraña expolió al Pueblo. - EEUU temía que España fuese un aliado de la URSS antigua, y que se corriera esta forma de gobierno democrático auténtico cuya base para hacer política desde cualquier partido era la Justicia Social a los demás países como Portugal, Grecia, Italia,... Francia prefirió mirar para otro lado y conseguir afianzar su república que nada tiene que ver con la idea de la República Española. Las pruebas se encuentran: - al leer la Constitución Republicana de 1931, - al estudiar la historia contrastada, - al hacer un análisis del devenir catastrófico del mundo desde 1945 especialmente, - al no olvidar las pruebas de los maquis españoles y al comprobar como Franco regaló bases militares en España a los norteamericanos.
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