Sabado, 27 de abril de 2024
las femicomunistas
Raíces del mal
Han bastado cuatro días para que la montaña de odio antimasculino levantada por el 8 de marzo se disuelva como un zurullo de perro bajo la tormenta. El mal, el de verdad, el que amenaza de tantas formas posibles a todo hombre o mujer desde la cuna a la sepultura, no se somete a los esquemas reduccionistas de los agitadores y ha dejado claro que se ríe de las pretendidas guerras de sexos, último invento para arañar poder mediante la siembra de la mentira. Es de esperar que algunas de esas que hace sólo una semana lanzaban las más feroces acusaciones contra la mitad de la humanidad -recordemos a la alcaldesa Carmena hablando de un ADN violento en el varón- hayan meditado sobre el ridículo en que la realidad de la vida las ha puesto de un pantallazo. Que no se preocupen: ningún caballero, precisamente por serlo, les va a pedir cuentas ni arrepentimiento público. También para eso sirven los privilegios de su sexo.
Durante muchas generaciones, nuestros antepasados, a quienes muchos cretinos actuales creen ignorantes porque eran iletrados, conocieron perfectamente la naturaleza del mal y sus nidos. Explicarlo es el gran asunto del Génesis, además de establecer los fundamentos de la alianza entre Dios y el hombre para vencer al Maligno. Sus relatos no parecen muy políticamente correctos, pero esconden una sabiduría que hoy hemos olvidado: el primer asesinato es el de un hombre, Abel, al que su propio hermano mata por celos y envidia; una mujer, Sara, por celos, expulsa al desierto y hacia la muerte a otra mujer y al niño que había tenido con su marido; los hijos de Jacob, celosos y envidiosos, venden como esclavo a su propio hermano, tras estar a punto de asesinarlo. Esas viejas historias, tan vigentes hoy como entonces, poseen más honda verdad que todos los manifiestos. Ni el mundo, ni la sociedad, ni el corazón del hombre son, ni han sido nunca, el escenario de maniqueísmo sexista que las femicomunistas diseñan como un recortable para niños.
Pero todavía hace falta algo más para que el mal actúe, y es que las circunstancias lo propicien y no sean contrarrestadas por lo que siempre se llamó no valores, sino virtudes. Hay causas hoy innombrables del inmenso sufrimiento, a veces muerte, de los inocentes: el completo desarreglo de vida, el desorden moral elevado a norma y a ejemplo. Pero silencio, por favor, no se vaya alguien a ofender.
Columnistas
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna
No sé si las palabras del juez ponente del proceso del 11M -"hay cosas tan graves en el 11-M que por ahora es mejor que no se sepan"- están ahora más en vigor que nunca antes.
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
Un año más enviamos nuestra felicitación navideña a nuestros lectores
Por Editorial Leer columna
A propósito de este acuerdo vienen a la memori las palabras de San Agustín en La ciudad de Dios, si no se respeta la justicia, ¿Qué son los Estados sino grandes bandas de ladrones?.
Por José Luis LafuenteLeer columna
Las naciones no son entes abstractos sino productos de la historia y, como tales, objeto de construcción o destrucción
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
La actitud del Partido Socialista chileno hacia la democracia era en los 60 y 70 la misma que la del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Francisco Largo Caballero desde 1933: la democracia podía interesar como instrumento o puente hacia la dictadura del proletariado.
Por Francisco J Contreras Leer columna
En Asturias, la Sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia en sentencia 620/2023, de 29 de mayo, dictada en el recurso PO 791/2022, ha estimado el recurso formulado por el Arzobispado de Oviedo impugnando el Decreto 60/2022, de 30 de agosto.
Por José Luis LafuenteLeer columna