Sabado, 23 de noviembre de 2024
Toda corrupción tiene su origen en la mentira
Recuperar la decencia
Volvemos al manido tema de la crisis. Ya se ha dicho casi todo, pero quiero insistir en algo que me parece de vital importancia para salir del actual marasmo social, moral, político y económico que amenaza con acabar con todos nosotros.
Pues bien, yo tengo la solución para acabar con la crisis y eso que no soy Alfredo P. Rubalcaba. La única solución es recuperar la decencia. Así de fácil. Me gustaría creer que todo el mundo entiende lo que significa “recuperar la decencia”, pero dado el lamentable estado de la educación en España desde que don Javier Solana y don Alfredo P. Rubalcaba dinamitaron nuestro sistema educativo, me veo en la obligación de extenderme un poco en la explicación.
En Asturias, tenemos una palabra para definir a una persona decente: “paisano” (o “paisana”, que no hay nada de machista en el término). Un paisano en Asturias es un hombre (o mujer) de palabra, un hombre honrado, auténtico, que siempre dice la verdad; un hombre cuya palabra tiene más valor que un documento firmado ante notario; una persona compasiva, solidaria, siempre dispuesta a ayudar al vecino que lo necesite. Ser un “paisano” en Asturias supone pertenecer a una especie de aristocracia, no de sangre, sino de la buena: una aristocracia moral, que recibe el reconocimiento social de sus vecinos y, en consecuencia, sabe ganarse día a día, con su comportamiento, el respeto de todos.
Pues bien, eso es lo que necesitamos en España: muchos “paisanos” y “paisanas” de verdad. Porque la necesaria regeneración moral que precisamos en España no pasa sólo por la política, la economía o las instituciones (que también). La verdadera regeneración moral imprescindible es la que pasa por todos y cada uno de nosotros. Faltan “paisanos” y sobran impresentables en este país. Como decía una pancarta de los “indignados”, en España “falta pan para tanto chorizo”. Sobran necios, sobran mentirosos, sobran avaros y soberbios, sobran analfabetos, sobran, en definitiva, personas indignas.
Por ello, les propongo un programa sencillo de regeneración moral que todos podemos poner en práctica en nuestra vida cotidiana. No podemos esperar a que los políticos nos solucionen la papeleta. Salir de la crisis depende, desde mi punto de vista, de nosotros mismos. Allá van mi propuestas:
1.- Recuperemos el valor de la verdad y despreciemos la mentira y a los mentirosos. Una sociedad que tolera la mentira y el engaño como algo “normal” y habitual es una sociedad condenada a muerte. La mentira no se debe tolerar de ninguna manera: ni en los políticos ni en ti ni en mí. La mentira debe generar desprecio y el mentiroso pierde el honor, la dignidad y el buen nombre y debe ser condenado al ostracismo, al menos hasta que pida perdón y se arrepienta públicamente de su actitud. Todos tenemos la obligación de ser personas auténticas. Toda corrupción tiene su origen en la mentira. Un hombre capaz de engañar a su mujer, por poner un caso típico, rompiendo la palabra empeñada en el matrimonio, no es un hombre de verdad y no merece sino el desprecio. Cuántos matrimonios se salvarían simplemente si las personas fueran personas y no peleles dominados por sus instintos más rastreros y animales.
2.- Recuperemos todos el valor del honor. Todos debemos aspirar a pertenecer a la aristocracia moral. Tenemos el deber de comportarnos con nobleza. Y eso implica que en público y en privado debemos ser honrados y comportarnos con dignidad. Una persona con honor debe ser intachable tanto en su vida pública como en su vida privada. Una persona con honor no roba, no miente, no maltrata a los niños, ni a las mujeres, ni a los más débiles, sino que, muy al contrario, tiene la obligación de salir en defensa de los desvalidos y luchar contra cualquier clase de injusticia. Dirán ustedes que estoy proponiendo que seamos auténticos quijotes: pues sí. En España faltan quijotes y sobran farsantes y desalmados. Y si no, vean la cantidad de canallas que matan o pegan a sus mujeres o a los pederastas y violadores que andan sueltos. Pero claro, como ya no se lee El Quijote en las escuelas ni en ninguna parte… Todos tenemos la obligación de ser nobles para ganarnos el respeto de los demás y, sobre todo, para poder mirarnos al espejo cada mañana sin que se nos caiga la cara de vergüenza. La grandeza de España la alcanzaron personas nobles, dispuestas a luchar y a sacrificarse. La decadencia de España la provocaron y la siguen provocando los canallas y los corruptos, los indecentes e indignos que siempre han estado dispuestos a mentir, a robar e incluso a matar con tal de enriquecerse a toda costa.
3.- Revisemos nuestra escala de valores. Lo más importante es la familia. Nada debe ser más importante para una persona decente que su mujer (o su marido) y sus hijos. El dinero, las casas, el lujo, los placeres, la comodidad, las vacaciones, los coches y todo lo demás tienen que estar en segundo lugar. No se debe sacrificar la educación de los hijos por ganar más dinero o por vivir “mejor”. Por desgracia, en nuestra sociedad se valora como prioritario lo que llaman “disfrutar de la vida” y muchos venden su alma al diablo por ese concepto hedonista de “disfrute”. ¿Hay algo mejor que tener hijos y verlos crecer y educarlos? Yo personalmente sólo aspiro a que mi familia viva con dignidad. Y para ello, no hacen falta muchas cosas. Hace falta mucho amor y lo justo para comer, vestirse, tener un techo y poder educar bien a los hijos. Se puede y se debe vivir con austeridad. Debemos todos recuperar la idea de que debemos sacrificarnos por nuestros hijos, que más que dinero y caprichos, lo que necesitan es nuestro amor, nuestro tiempo y nuestra atención.
Creo que mi programa es simple y fácil de entender. Si aplicamos estos tres sencillos puntos a nuestra vida diaria, en poco tiempo tendríamos una sociedad mejor y todo podríamos vivir con dignidad. Pero esa regeneración deseable y necesaria para salvarnos del marasmo actual para por cada uno de nosotros. Hace falta una conversión en profundidad de cada uno de nosotros. Necesitamos personas auténticas, nobles, dispuestas a sacrificarse por los demás; personas austeras y solidarias, honradas y decentes; necesitamos personas que intenten cumplir y encarnar cada día aquel mandamiento que ha sustentado durante siglos nuestra civilización: “amarás al prójimo como a ti mismo”. Sin personas así y sin esta profunda conversión personal, estamos perdidos.
Pedro L. Llera
Comentarios
Por Nuria Martínez-Viademont 2011-07-12 13:58:00
Lamentablemente, con esos valores, se nace. El/la paisano/a nace, no se hace aunque ayude que a uno le rodeen los buenos ejemplos. En Asturias, es una especie en vías de extinción que hay que proteger y como creo que lo importante no es la cantidad sino la calidad, unámonos para conseguirlo, es así de sencillo. Diez personas con firmes convicciones y dispuestas a defenderlas con su propia sangre son más poderosas que 1.000 de las otras que se compran, se venden, se acobardan, etc.
Por JM 2011-07-11 18:29:00
La decencia,Pedro, hace mucho que se perdió, es como la culpa, se queda soltera, nadie la quiere
Por JMG 2011-07-11 13:44:00
Es una satisfación conocer ese pequeño porcentaje de personas a las que si les importa el bien común y el de nuestros hijos.
Por Mucius Scaevola 2011-07-11 12:12:00
Los ciudadanos tenemos que hacer oir nuestra voz
Por JLLS 2011-07-10 17:56:00
Comentarios Amigo Pedro: No sé si el próximo Consejero de Educación será lector de Dignidaddigital pero si no, estaría muy bien mandarle una copia de tu carta para que se colocara en los tablones de los centros educativos para el inicio del curso escolar. Según parece, llega tarde el programa para la actual "consejerina"...
Por Español 2011-07-10 16:32:00
Pocos paisanos, incluso en las filas de los "nuestros".
Columnistas
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna