Sabado, 23 de noviembre de 2024
Una aproximación teológica particular
Ricos y pobres.
Aparentemente la doctrina de Jesucristo expresada en la respuesta al joven rico (Mt 19,21) y la permanente acción de la Iglesia a favor de los pobres desde sus inicios (Hch 6), parece dejar claro que en la dicotomía pobreza/riqueza, lo cristiano es la pobreza. Sin embargo, un análisis más detallado de la Palabra de Dios lleva a unas conclusiones mucho más matizadas.
Curiosamente, en el Pentateuco Dios promete riqueza y abundancia a los justos. Así, Yahvé prometió a Abrahán hijos y tierras (Gn151-7, 22, 17). Más tarde prometió a los israelitas que sacó de Egipto una tierra que "mana leche y miel"(Ex 33, 1-3). A cambio el israelita debía cumplir la ley que Dios le había dado en el Sinaí, básicamente adorar y amar al único Dios verdadero (Dt 6,5) y amar al prójimo (citándose expresamente a los huérfanos, las viudas y los extranjeros {Dt 10,18) Todavía en tiempos de Jesucristo, los saduceos, que eran ricos, pensaban que su riqueza provenía de su buena conducta y que los que eran pobres lo eran por su pecado.
Sin embargo, la realidad no siempre se ajustaba a lo esperado. A veces, los buenos se empobrecían. Surge así el Libro de Job, donde se plantea el problema del justo que pierde sus riquezas, incluso su salud.
Los profetas ahondan en la compresión de Dios y luchan contra el abandono a Yahvé y contra la opresión al pobre, ligando inseparablemente el verdadero culto a Yahvé con la defensa del oprimido (Is, 1). Además proponen una solución al problema de Job, la recompensa divina a los que son buenos, posponiendo la justicia de Dios a los tiempos mesiánicos (Miq 7, 7-10). Posteriormente, en la época de los Macabeos, se prevé que la recompensa tendrá lugar tras la resurrección (2 Mac 7,14). En definitiva, que obrar rectamente conducirá a la felicidad en el futuro, no a la riqueza inmediata.
En los libros de Samuel se recoge una corriente antimonárquica. Por ejemplo, el profeta advierte al pueblo que perderán parte de su riqueza a manos del monarca: "(el rey) ?sacará el diezmo de vuestros rebaños y vosotros mismos seréis sus esclavos. Ese día os lamentaréis a causa del rey que os habéis elegido, pero entonces Yahveh no os responderá." Con todo, el Señor accede a darles un rey al que, sin embargo, advierte en el salmo 72: "El hará justicia a los humildes del pueblo, salvará a los hijos de los pobres, y aplastará al opresor?". El rey será una segunda salvaguarda contra la pobreza, primero el clan cuidará de sus viudas y huérfanos, pero si fallan, el rey les hará justicia.
Por su parte, el libro de los Proverbios avanza una propuesta de compromiso "no me des pobreza ni riqueza, déjame gustar mi bocado de pan, no sea que llegue a hartarme y reniegue, y diga: «¿Quién es Yahveh?» o no sea que, siendo pobre, me dé al robo, e injurie el nombre de mi Dios" (Prov 30, 8-9).
Con todo, el Señor reclama el uso de las riquezas para la reconstrucción del Templo de Jerusalén a la vuelta del Destierro: "Esperabais mucho, y bien poco es lo que hay. Y lo que metisteis en casa lo aventé yo. ¿Por qué? - oráculo de Yahveh Sebaot - porque mi Casa está en ruinas, mientras que vosotros vais aprisa cada uno a vuestra casa. (Ag 1, 9). En el evangelio se encuentra un eco de esta doctrina cuando Jesucristo alaba que la viuda pobre eche calderilla en el cepillo del templo (Lc 21, 1-4). No hay contradicción entre cuidar el culto y atender a los pobres.
En el evangelio abundan las diatribas contra los ricos. Ciñéndonos a san Lucas, hay, al menos tres pasajes muy significativos. En el Magnificat se dice que "(Dios)?a los ricos despide vacíos" (Lc 1,53) y la iglesia lo repite cada día en la oración de Vísperas. Lucas, igual que Mateo y Marcos, también cuenta la escena del joven rico (Lc 18,22) y a continuación de su propuesta de bienaventuranzas añade crudamente «Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre (Lc 6, 24-25).
A lo largo de la historia han sido muchos los cristianos que, a título individual, han llevado una vida de pobreza como camino de perfección. Desde san Antonio Abad tales cristianos suelen vivir en comunidad; es el monacato que pervive hasta nuestros días.
Ahora bien, el intento de toda la primitiva comunidad cristiana de Jerusalén de vivir literalmente en la pobreza (o más exactamente de la riqueza de los ricos) se saldó con un total fracaso. Desde entonces la Iglesia no ha vuelto a alentar la pobreza para los que tienen responsabilidades familiares, aunque si la austeridad.
Llegados a este punto podemos intentar tener presente toda la información disponible y tratar de entender qué es lo que Dios espera de nosotros.
En primer lugar, cabe recordar que el que está instalado en la riqueza no necesita a Dios, no rezará y su vida permanecerá vacía (Magnificat); tampoco dará de comer al necesitado y negar el pan al pobre es negarlo a Jesucristo (Mt 25,35). Su futuro, si no cambia, es el fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt 25, 41).
¿Qué se debe hacer entonces con la capacidad de crear riqueza? Pues usarla para hacer el bien, como señala la parábola de los talentos (Mt 25, 14-30). Jesucristo tenía amigos ricos y a uno de ellos lo amó tanto que lo resucitó (Jn 11). Lázaro y su familia se desvivían por el Maestro (Jn 12) y seguramente era generoso y justo, porque era apreciado por los judíos (Jn 11, 19).
La capacidad de generar riqueza, como la inteligencia o la atracción sexual son dones del Creador para vivir en este mundo conforme a su voluntad. Por el pecado, el hombre puede convertir esos dones en avaricia, soberbia y lujuria. A mi modo de ver, el Evangelio nos advierte sabiamente de ese peligro pero no los condena como males en sí mismos.
Comentarios
Por Julio Lutero Bueno 2016-01-29 15:43:59
Dios tiene muy buenos abogados. Y Paco es uno de ellos. Su profundo conocimiento de las Escrituras le permite componer sólidos alegatos que contribuyen a salvar lo que quisiéramos que debiera ser la esencia más racional de la doctrina. Sobre todo en aquellas cuestiones en las que los propios textos o las traducciones de los traidores, por ignorancia o por talibanismo, dejan mucho que desear, cuando no inducen a confusión, a irracionalidad y a zozobra. A mi juicio es moralmente perverso que, por simpleza, candidez o por morbo , se asocie a la dicotomía bueno-malo otras muchas como riqueza-pobreza, hermosura-fealdad, inteligencia-estupidez, salud-efermedad, felicidad-amargura, juventud-vejez, bienestar-dolor, saciedad-hambre ,reciedumbre-mansedumbre y otros recursos tarados de mal predicador. No creo que el Creador haya hecho adrede el mundo al revés.
Por Lancia de Latarce 2016-01-10 21:34:38
Magnífico artículo que nos aporta una visión nueva y deja en su sitio la machacona prédica de muchos clerigos filocomunistas
Columnistas
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna