Sabado, 23 de noviembre de 2024

la libertad si es un derecho fundamental

Rita Maestre y la libertad de expresión amenazada

Manuela Carmena ha alegado en defensa de su portavoz que "se trató de un acto de protesta" y que vivimos una inquietante "involución de la libertad de expresión".

Pero la "expresión" de la banda de Rita Maestre consistió en asaltar una capilla, zarandear al sacristán que intentaba cortarles el paso, expulsar a los estudiantes que rezaban, escenificar provocaciones obscenas en lugar sagrado, proferir amenazas como "¡arderéis como en el 36!".

¿Saldrían Carmena y Maestre en defensa de unos ultras que asaltaran un local LGTB y berrearan que los gays "colgarán como en Teherán"? Si algo así ocurriera -¡ojalá no!- toda la izquierda exigiría penas de cárcel contra los provocadores, como de hecho se han pedido para los asaltantes de la librería Blanquerna.

Es muy divertido ver a Podemos inquietarse por la erosión de la libertad de expresión, cuando son precisamente la ultraizquierda, el ultrafeminismo y el lobby LGTB los que están consiguiendo una restricción cada vez más asfixiante del repertorio de opiniones públicamente defendibles.

Hace sólo una semana, la asociación Contrapoder intentó obstruir un seminario sobre derecho a la vida en la Complutense, ese templo de la libre discusión y pensamiento. Reventar conferencias en la universidad  -en el mejor estilo años 30- se ha convertido ya en una venerable tradición podemita: el mismísimo Pablo Iglesias orquestó hace unos años a los alborotadores que alteraron la intervención de Rosa Díez.

Las quemas de libros de 1933 adoptan hoy la forma de linchamiento mediático y en redes sociales: piénsese en las campañas contra Entender y sanar la homosexualidad (consiguieron que El Corte Inglés lo retirase de la venta) o Cásate y sé sumisa, reprobaciones parlamentarias incluidas.

Los obispos Reig Plà, Sebastián y Pujol han sido llevados a los tribunales por decir cosas como que las relaciones entre personas del mismo sexo son "una manera deficiente de manifestar la sexualidad" (lo que pensó todo Occidente "Freud incluido- durante varios milenios, hasta hace dos o tres décadas) o que "muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar con un tratamiento voluntario adecuado". El portavoz de la Junta de Andalucía Miguel Angel Vázquez pidió públicamente "un bozal" para el obispo de Córdoba después de unas declaraciones de éste contra la ideología de género.

El ultrafeminismo y el homosexualismo se han convertido en doctrina oficial de Estado, consagrada simbólicamente por gestos como el izado de la bandera arcoiris en edificios públicos o la participación de autoridades en el desfile del Orgullo Gay. Mecanismos inquisitoriales cada vez más evidentes (multa de 100.000 euros a Intereconomía hace unos años) hacen ya casi impensable defender públicamente tesis como que la homosexualidad no es moral ni socialmente equiparable a la relación hombre-mujer, que un niño necesita educarse con su padre y su madre, que no existe ya discriminación machista en la sociedad, o que quedarse en casa para cuidar mejor a sus hijos pueda ser una opción vital respetable para la mujer.

Una censura tácita impide también airear los riesgos sanitarios asociados a la promiscuidad homosexual (y la comunidad gay es mucho más promiscua que la hetero). Esta misma semana, el juez británico Richard Page era expulsado de la magistratura por declarar que considera preferible entregar los niños en adopción a parejas de hombre y mujer, mejor que a las gays: el caso es muy similar al del español Ferrín Calamita. Hay muchos otros ejemplos que alargarían demasiado este artículo: agencias de adopción cerradas en Gran Bretaña y EE UU por resistirse a entregar niños a parejas homosexuales; políticos como Rocco Buttiglione excluidos de la Comisión Europea por sus convicciones sobre moral sexual familiar, etc. Autores de diversos países denunciamos hace dos años este pensamiento único opresivo en el libro ¿Democracia sin religión?.

Que el feminismo-homosexualismo es la nueva religión oficial queda confirmado por la aprobación sin votos en contra (el PP se abstuvo, los demás grupos votaron a favor) en el debate de la Asamblea de Madrid sobre la ley de transexualidad. Se trata de una norma en la que abundan solemnes proclamaciones ideológicas como que "la libre determinación del género de cada persona ha de ser afirmada como un derecho humano fundamental", que define la identidad sexual como "la vivencia interna e individual del género tal y como cada persona la siente y autodetermina", que ordena la aplicación de tratamientos de inhibición hormonal a menores que digan "sentirse" del sexo opuesto, que impone abiertamente el adoctrinamiento transexualista en las escuelas ("los planes educativos deberán contemplar pedagogías adecuadas para el reconocimiento y respeto de la diversidad existente en cuanto a configuraciones genitales y su relación con las identidades, por lo que se incluirá en los temarios de forma transversal y específica, integrando la transexualidad e intersexualidad"), que ordena a los colegios permitir que los chicos que digan sentirse chicas puedan acceder al vestuario y WC femenino, y viceversa; que amenaza con multas de hasta 45.000 euros a los desobedientes?

Dicho esto? me incomoda que Maestre haya sido condenada por "ofensa a los sentimientos religiosos", y no por allanamiento de un lugar de culto. Creo en la libertad de expresión, que incluye inevitablemente el derecho a ofender. Soy contrario a la tipificación de "delitos de odio" y a la penalización de la "ofensa a los sentimientos", que fragmentan a la sociedad en una miríada de tribus querulantes, cada una de ellas intentando amordazar a la contraria, cada una exigiendo la tutela penal de su delicada sensibilidad. La juridificación de algo tan etéreo como los sentimientos abre siempre la puerta a la arbitrariedad: la última vez que las emociones se convirtieron en criterio jurídico, resultó el infausto gesundes Volksempfinden, la "sana sensibilidad popular" que permitía a los jueces nazis atropellar las libertades con la misma desenvoltura con que en los países comunistas se aplastaba a los "enemigos objetivos de la revolución". En realidad, muchos de nuestros problemas más graves vienen de la hipertrofia del sentimiento en detrimento de la razón. El auge de Podemos, los nacionalismos catalán y vasco, el matrimonio y adopción gay ("bueno, si se quieren?"), el populismo de Trump o Tsipras? todos consisten de un modo u otro en desbordamientos emocionales.

Una regulación razonable de la libertad de expresión penalizaría las llamadas explícitas a la violencia ("¡judíos a la cámara de gas!", "¡arderéis como en el 36!"), así como la calumnia. También puede ser juicioso prohibir la pornografía (tóxica y degradante, además de adictiva), la exhibición de violencia extrema y gratuita, la apología del terrorismo o la promoción de la drogadicción, de la promiscuidad y de otros vicios sobre cuya indeseabilidad sea factible alcanzar un consenso trans-ideológico (desgraciadamente difícil, dado el desvarío de ciertas ideologías). Y ya está.

Si se empieza a procesar a la gente por "ofensas a los sentimientos", los perdedores seremos los católicos. El imaginario progre dominante divide el mundo en buenos y malos, y los cristianos "como los varones heterosexuales, los ricos o los blancos- pertenecen al lado oscuro: los que siempre ofenden, los que nunca pueden estimarse ofendidos. La sensibilidad de un gay o de un musulmán cotiza mucho más alto en la cultura actual que la de un cristiano: si se juridifican los sentimientos, por cada condena por blasfemia, habrá veinte por "homofobia", "machismo" o "racismo".

¿Veremos el día en que se prohíba o censure el Nuevo Testamento por aquello de "mujeres, obedeced a vuestros maridos", Col. 3:18, y lo de "los fornicarios, adúlteros y sodomitas no poseerán el reino de los cielos", 1 Cor. 6:9?

Nos conviene la libertad, tanto por razones de principio como de oportunidad.


Comentarios

No hay comentarios sobre esta noticia.

Comentar

Columnistas

Algunos problemas en el horizonte de la política verde actual

La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos

Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna

El tráfico con inmigrantes y el avance de las nuevas derechas europeas

La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa

Por Angel Jiménez LacaveLeer columna

La trampa de la Justicia social

La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias

Por Francisco J Contreras Leer columna

Miguel Bernad en la revuelta

Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura

Por Rafael Sánchez SausLeer columna

"Agenda 2033, nueva y eterna"

  En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.  

Por Teodoreto de Samos Leer columna

Ningun margen

Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate

Por Enrique García MáiquezLeer columna

¿Son los derechos humanos una idea tóxica?

Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.

Por Francisco J Contreras Leer columna

San Fernando: el rey y el gobernante

Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate

Por Rafael Sánchez SausLeer columna

Goma 2 Eco asturiana ¡y ya vale!

Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).

Por Ana María Velasco Plaza Leer columna

¿Por qué no una Europa gaullista?

El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización   Publicado previamente en LA GACETA

Por Francisco J Contreras Leer columna

Encuesta
¿Logrará la ciudadanía frenar la ley de amnistía?

a) no, el gobierno lo tiene todo "bien atado"
b) sí, la fuerza del pueblo es imparable

Dignidad Digital, S.L. E-mail: redaccion@dignidaddigital.com
logo