Jueves, 02 de mayo de 2024
Comentario al Evangelio del Domingo por Monseñor Jesús Sanz
Saber vigilar para que el amor no se duerma
Estamos ya terminando el año litúrgico, y entra en estos últimos domingos una temática que representa un quicio especialmente importante y determinante de la espiritualidad cristiana: la vigilancia espiritual. Vamos a escuchar en esta primera entrega una célebre e ingeniosa parábola de Jesús: las vírgenes necias y las vírgenes prudentes. Son jóvenes doncellas, en una escenificación plástica de la doble actitud que podemos adoptar las personas ante el paso del Señor: la vigilancia diligente o la despreocupación indolente.
Quizás alguno podría decir que las prudentes podían haber compartido su aceite con las necias, en vez de mandarlas a comprarlo, cuando a aquellas horas era evidente que no encontrarían ninguna tienda abierta. Pero el objetivo de la parábola no es un discurso –justo y lícito– sobre el compartir fraterno, sino sobre la vigilancia ante la imprevisible llegada del novio o esposo. Por eso, la parábola, más bien da un apunte clarísimo sobre la responsabilidad personal ante esta llegada. No es que bendiga y propicie un extraño egoísmo espiritual, como si las prudentes dijesen a las necias: "es vuestro problema..., buscaos la vida" –actitud imperdonable desde una óptica cristiana–, sino que insiste y recalca el ejemplo puesto por Jesús, por el que se viene a decir que en la vida hay cosas que son completamente personales e intransferibles.
Por esta razón, la vigilancia espiritual se aviene tan mal con la inercia, con el ir tirando, con la superficialidad y la frivolidad, con el vivir de las rentas. La vida cristiana debe estrenarse de continuo, porque no es otra cosa sino un encuentro con Alguien vivo, con Alguien que está viniendo continuamente, ya que sus bodas con la Iglesia y con la humanidad son un eterno presente. Dios no nos ha dado hora para que podamos vivir a nuestro aire –el cual no suele coincidir con el viento del Espíritu–, hasta que se acerque la hora prefijada, antes de la cual nos ponemos en forma, nos maquillamos de mejunje cristiano y... ¡al banquete de las bodas de Dios!
Por el contrario, Jesús con esta parábola no quiere apariencias artificiales sino coherencias verdaderas y sentidas. No hay que vivir en cristiano sólo cuando nos ven, o cuando podemos salir en la foto, o cuando se acercan determinados momentos de la vida o de la muerte en los que "toca" sacar el traje creyente. La hora de Dios no es ésta o aquélla, sino que su hora es siempre. Hace falta tener el óleo suficiente para que cuando continuamente llegue Él, continuamente podamos reconocerle, sabiendo además que la luz con la que vemos a Dios también ilumina los senderos de los hombres hermanos y nos permite ver sus vidas y sus rostros. No es una vigilancia nerviosa o interesada calculadamente, sino la vigilancia de quien quiere que el amor no se duerma para poder reconocer el Amor de Dios siempre presente.
+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm Arzobispo de Oviedo
Columnistas
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna
No sé si las palabras del juez ponente del proceso del 11M -"hay cosas tan graves en el 11-M que por ahora es mejor que no se sepan"- están ahora más en vigor que nunca antes.
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
Un año más enviamos nuestra felicitación navideña a nuestros lectores
Por Editorial Leer columna
A propósito de este acuerdo vienen a la memori las palabras de San Agustín en La ciudad de Dios, si no se respeta la justicia, ¿Qué son los Estados sino grandes bandas de ladrones?.
Por José Luis LafuenteLeer columna
Las naciones no son entes abstractos sino productos de la historia y, como tales, objeto de construcción o destrucción
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
La actitud del Partido Socialista chileno hacia la democracia era en los 60 y 70 la misma que la del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Francisco Largo Caballero desde 1933: la democracia podía interesar como instrumento o puente hacia la dictadura del proletariado.
Por Francisco J Contreras Leer columna