Sabado, 23 de noviembre de 2024
Criollo de clase alta
SOBRE MARIO VARGAS LLOSA
Lo primero que tuve de Mario Vargas Llosa entre mis manos fue “La fiesta del chivo”, una de las lecturas obligatorias de la facultad, concretamente para aquella bella asignatura llamada “Historia de la Cultura en la América Contemporánea” que impartía el Dr. Luis Navarro. Realizó una disección bastante buena sobre el terrible dictador dominicano, que como tantos otros, fue apoyado por el "Occidente libre" cuando convenía. También lo he seguido bastante como articulista, como feliz apólogo de la literatura.
Con todo, al susodicho le fue concedido un título de marqués, al igual que a Vicente Del Bosque, nuestro glorioso seleccionador futbolístico, tan celebrado por españoles como por muchos hispanoamericanos. Yo me temo que soy demasiado plebeyo, bastante más que el criollo de clase alta en cuestión.... Sin embargo, más allá de eso, me llamó poderosamente la atención sus declaraciones tras este hecho, o al menos una de ellas. Si mal no tengo entendido, dijo que "bueno, los cholos hemos llegado a la aristocracia española, es divertido, ¿verdad?" Hombre, no sé si esto lo dijo en broma. Si fue así, yo no le vi la gracia por ningún lado. Vargas Llosa no es ningún ignorante y debería saber que desde primera hora la aristocracia incaica fue reconocida por la Corona de Castilla. Muchos indígenas de su tierra, la flor y nata de las Indias, denominaron al Rey de las Españas como el "Inca Católico", pues no en vano dicha institución se preocupó de legitimar esa continuidad imperial. Puede gustar más o puede gustar menos, pero es así. Más allá, el Inca Garcilaso, esto es, Garcilaso de la Vega Chimpu-Ocllo, enterrado con todos los honores en Córdoba, sirvió a las armas de Juan de Austria combatiendo a la rebelión morisca en las Alpujarras. Muchos mestizos, indios, negros y pardos sirvieron a la Corona y fueron reconocidos como tales, como fue reconocido el negro Juan Latino en Granada. No digo que fuera un paraíso en la tierra, pero éstos son hechos reales, empíricos como quien dice. Como que el primer poblado de negros libres en América fue en la Florida española, el Fuerte Mose, sobre el cual tan buen artículo hizo Carmelo García Franco (*).
Me sorprendieron, pues, sus declaraciones. “Cholo" es un apelativo que más allá de señalar al mestizo indiado "étnicamente", designa la pobreza y/o la exclusión social. Por eso, ¿desde cuándo fue D. Mario un cholo? La respuesta es fácil: Nunca. Por tanto, demasiado ridícula resulta la broma.
Así como no entendí algunas partes de su discurso del premio Nobel, por ejemplo, cuando hablan de la "emancipación del indígena". Se habla mucho de eso pero no se concreta nada. Yo sé que aún hay indios que esgrimen títulos de la Corona frente a repúblicas que cada vez le están quitando más tierras, y también sé que la España Virreinal, aun en sus últimos coletazos más centralistas, mantuvo en líneas generales bastante más respeto por las lenguas y la idiosincrasia indígenas que las repúblicas. Al menos él tuvo la decencia en no caer en las "tradicionales culpas", y eso es de valorar. Pero no entiendo muy bien a qué se refirió en eso concretamente, como no entiendo lo del "cholo aristócrata". Hay muchas cosas que no entiendo de algunos escritores afamados: Por ejemplo, no entiendo que Antonio Gala se tire de los pelos al decir que es que con Felipe II no estábamos en Europa, y después haga apología fanática de Al Andalus. ¿Acaso con Al Andalus sí "estábamos en Europa"? Y en España y en Argentina, donde más se padece esa enfermedad mental llamada progresía (De izquierda a derecha y tiro porque me toca), no pocos califican a Vargas Llosa como ¡¡¡derechista peligroso!!! Madre de Dios…
Introduciéndonos en lo literario nomás, podemos decir lo siguiente:
“Conversación en La Catedral”… Dicen que constituye uno de los hitos del escritor por lograr una cosa que le perseguirá a lo largo de toda su carrera literaria, y es el mantener esa suerte de escenas y conversaciones paralelas en una obra tan larga. Yo así lo reconozco, no obstante, también reconozco que a veces se me hace farragoso, pues para despistados sempiternos como yo, tratar de centrarnos y habituarnos a una trama constantemente "subdividida" puede resultar un ejercicio tremendamente dificultoso. Más de una y más de dos veces me tuve que ir atrás en la lectura para no perder la lectura. No me pasó tanto con “La ciudad y los perros”, e incluso la historia me enganchó más, al igual que las historias cortas representadas en “Los jefes” y “Los cachorros”. Son lecturas recomendadas por un muy querido primo mío, y como recalco, muy atrayentes al menos en este proceso de la vida.
No obstante, con el tiempo, digamos que Vargas Llosa se me hace cada vez más lejano, valga la paradoja en este caso. Su exageración para con las miserias, su desprecio enfermizo hacia cualquier "forma de autoridad" y sus no pocos maniqueísmos me van alejando de una figura a la que siempre estimé por la calidad de sus letras. Leyendo estos libros, compruebo que estos caracteres que me disgustan se plasman mucho en su literatura, más quizá de lo que me podría haber fijado a priori. Sin duda es un gran escritor, se huele a leguas: Tiene una habilidad enorme, lo mismo innova que acude a los clásicos, tiene un estilo personalísimo, concienzudo. Lo cortés no quita lo valiente. No obstante debería saber que si algo ha provocado muertes y en cifras astronómicas es el ateísmo y/o el agnosticismo, más allá de sus obsesiones para con la religión… ¿Cuántos millones de muertos contamos desde que la guillotina comenzó a derrocharse? En fin…
(*) Véase: http://www.rumbos.net/rastroria/rastroria10/FuerteMose_.htm
http://poemariodeantoniomorenoruiz.blogspot.com
Antonio Moreno Ruiz
Comentarios
Por Visor 2012-12-26 18:25:00
Sí, estoy de acuerdo con el articulista en que, a veces, Vargas Llosa tiene extraños comentarios. No me gustó demasiado Pantaleón y las visitadoras. Hace muchos años comencé La ciudad y los perros y no pude continuar; es raro en mi, además dicen que no está del todo mal. De todas maneras el llamado Boom sudamericano no me gusta demasiado. Hay crítico literario que salva a Carpentier con su El siglo de las luces y poco más. Sí quizá, me decida a ller en su día El sueño del celta. De otros autores como por ejemplo Humberto Eco con su gran, pero muy tendenciosa novela El nombre de la rosa se comenta que fueron de peor en peor. Polémica la última, El cementerio de Praga, quizás la lea, pues, aparte argumento y teoría leí un capítulo en tiempos de su primera edición en un cultural y me pareció una buena, para mi gusto, literatura. Haciendo un poco más extensivo el tema pocas novelas tienen el dudoso privilegio de no haberse dejado leer enteras por mi: Una de ellas, Ensayo sobre la ceguera de Saramago no lo he consguido; sin embargo no desespero de ello. Lo anterior no es una teoría literaria, son mis gustos personales actuales.
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