Sabado, 23 de noviembre de 2024
con la mirada transida de una doliente nostalgia, rumorea la pregunta del niño
«ABUELO, ¿DÓNDE ESTÁ ESPAÑA?»
. Éstos que quieren romper España después de quinientos años de estar unidos, me han hecho recordar al poeta comunista José Antonio Balbontín, que conoció al fundador de Falange, y de quien comentó: «Fui un buen amigo de José Antonio Primo de Rivera». De joven, antes de hacerse comunista, Balbontín fue «un místico sediento de martirio». Soñó con ir a Las Indias para morir por el amor de Cristo a quien años después le dedicaba un poema que daba comienzo con estos versos: Tragedia de mis teorías/ en lucha con mi fervor; / llevo a Marx en el cerebro, / y a Cristo en el Corazón…También recuerda a la Virgen María, a quien tanto adoraba su madre que lo abandonó «para ir al cielo», cuando el poeta tenía solamente seis años. A la Virgen, igualmente, le dedicó esta hermosa poesía de la que reproducimos los primeros versos: Oye, Madre, mi cantar; / yo te adoro, Tú lo ves; / deje que entones a tus pies, / las glorias de tu Pilar.
Pero mi recuerdo, principalmente, de este poeta comunista es la lectura de lo que un día había escrito, «¿Dónde está España?». A mismo tiempo que añadía: «El nietecillo pregunta, con un dedo sobre el mapa, llenos de fuego los ojos: "Abuelo, ¿dónde está España? El anciano romancero, que luchó en la barricada por España y por la Idea en otra edad ya lejana, con la mirada transida de una doliente nostalgia, rumorea la pregunta del niño: ¿Dónde está España? España, la de los locos afanes, la enamorada de un ideal infinito y una divina esperanza; España, la carabela sedienta de lontananzas, la lanza erguida hasta el cielo desde el llano de la Mancha; España la indominable, España la empecinada... ¿Qué fue de tanta grandeza, mi nieto, mi nieto? ¿Dónde está España? ¡Comuneros de Castilla! ¡Hijosdalgo de Navarra! ¡Marinos de Extremadura! ¡Guerrilleros de Cantabria! ¡Cantones de Andalucía! ¡Libres naves catalanas! ¡Justicias del Aragón antiguo! ¿Dónde está España? España ha muerto, hijo mío; no la busques en el mapa. Reyes de baja ralea, y ejércitos pretorianos, y aristócratas sin alma, como una banda de buitres la sangraron a mansalva. Mi nieto: España está muerta; nadie podrá levantarla. No lograron revivirla, con todas sus artes sabias, ni las diatribas de Costa ni el desaliento de Larra. España yace sin pulso sobre la estepa agostada. Alzando la cara el nieto con un escorzo de raza, dijo cerrando los puños: "¡No quiero que muera España! Y el abuelo como el padre del Cid en la vieja fábula, prorrumpe con un sollozo feliz:"¡Hijo de mi entraña! Tu enojo me desenoja y tu indignación me agrada. España vive de nuevo y nadie podrá matarla. España alienta y renace, como una mística llama, en la ilusión de tus ojos y en el calor de tu alma».
Definitivamente Balbontín regresó a España a finales de 1970 donde siguió colaborando en la revista Índice y en los periódicos ABC y Ya, además de otras publicaciones. Murió el 9 de febrero de 1977, a los pocos días de haber sido atropellado por un automóvil.
JOSÉ Mª GARCÍA DE TUÑÓN AZA
Columnistas
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