Sabado, 23 de noviembre de 2024
"72 años sin reposo. El jurista, natural de Cangas de Onís, fue asesinado por milicianos sin que sus restos hayan sido localizados»
FRANCISCO BECEÑA GONZÁLEZ
Luchó por la reforma de nuestra ordenación procesal, haciendo una labor crítica y desapasionada de nuestra legislación, reelaborando fundamentales instituciones procesales y, como consecuencia, influyendo en la reforma procesal de otros países.
He de reconocer que la primera vez que vi su nombre en una publicación fue hace algunos años leyendo el discurso de apertura del Curso Académico, 1942-1943 de la Universidad de Oviedo, del catedrático José Serrano, quien, en primer lugar, recordó a Jesús Arias de Velasco, catedrático de Derecho Político y Administrativo, del que dijo que «su pasión de la Verdad y de la Justicia estaban tan arraigadas en el fondo de su alma cristiana que, por confesarlas, sufrió martirio y padeció el horrible tormento de asistir al suplicio de sus hijos». A continuación se refirió a Francisco Beceña González, catedrático de Derecho Procesal, con estas palabras: «Murió asesinado por los revolucionarios y ganó la bienaventuranza por el martirio, el día de la fiesta del Salvador, el 6 de agosto de 1936. Sus pobres despojos humanos, que su triste hermana no ha podido sepultar cristianamente, yacen perdidos en la cumbre de alguna de las montañas de Asturias».
En plena efervescencia de la Ley de la Memoria Histórica, ideada por el funesto y aciago Rodríguez Zapatero, y cuando las asociaciones de izquierdas decían que «aún hay personas vivas a las que se puede exigir responsabilidades», olvidando la responsabilidad que a ellos les corresponde, volví a leer, años después, el nombre de Francisco Beceña en uno de los periódicos ovetenses que decía, entre otras cosas: «Francisco Beceña, 72 años sin reposo. El jurista, natural de Cangas de Onís, fue asesinado por milicianos sin que sus restos hayan sido localizados». A continuación se refería a su hermana Camila, fallecida en 1981, quien en 1940 instituyó, en recuerdo de su hermano, una beca en el Seminario de Oviedo, legando al mismo tiempo, parte de sus bienes a la Facultad de Derecho de Oviedo.
Después de todos esos años y con la escasa información que poseíamos sobre su asesinato, aparecieron hace tiempo, en la prensa, unas declaraciones del catedrático José Antonio Tomás que actuó de ponente en un homenaje que la Academia de Jurisprudencia ofreció en Madrid al ilustre jurista asturiano. Manifestaba aquel catedrático que aunque se mantuvo durante décadas una placa en la Facultad de Derecho de Madrid, donde Beceña figuraba entre la nómina de profesores y estudiantes «caídos por Dios y por España», no fue así. Para José Antonio Tomás, Beceña era un hombre de izquierdas «que es asesinado por gente de izquierdas en una zona republicana», por lo que, según su opinión, «ni murió por Dios, ni murió por España». Bien, difícil es saber por quién muere uno porque entra en la conciencia de cada persona y aunque José Antonio Tomás está en su derecho de decir lo que dijo, también está en su derecho escribir lo que escribió el autor de aquella frase porque estaba convencido que por Dios y por España dio la vida Beceña. Por otro lado, es cierto que durante la guerra civil elementos de izquierda asesinaban a otros de izquierda, pongamos como ejemplo al fundador del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), Andreu Nin, asesinado en 1937 por el stanilismo instalado en España. Pero no es menos cierto que Francisco Beceña no era un hombre de izquierdas por lo que expondré y después que el lector juzgue.
José Antonio Tomás declara que él tiene su teoría. La misma no es otra que el 19 de junio de 1931 Beceña asiste a un mitin en Oviedo del Partido Liberal Demócrata, que eran las siglas que sucedieron al Partido Reformista de Melquiades Álvarez. En este mitin Beceña criticó duramente a un sector de la izquierda por colaboracionismo con el régimen de Primo de Rivera. Aquel mitin terminó en disturbios. Determinadas personas lo reventaron y tuvo que actuar la Policía. Ese día, dice José Antonio Tomás, firmó su sentencia de muerte. Excepto esto último, que es su opinión, nada dice que Melquiades Álvarez intervino ese día y también sería asesinado. Tampoco dice que Beceña formó parte de la candidatura que Melquiades Álvarez presentó en Asturias, cuyos nombres, según la prensa, fueron: Melquiades (asesinado); José Manuel Pedregal; Ramón Álvarez-Valdés (asesinado); Luis de Zulueta; Francisco Beceña (asesinado); Carlos González Posada; Manuel Traviesa; Alfredo Martínez (asesinado); Pedro Miñor; Francisco Orueta; Mariano Merediz (asesinado); y Dionisio Morán. Por otro lado, algunos de los nombres citados, incluido el mismo Melquiades Álvarez, fueron en coalición con la CEDA de Gil Robles en las elecciones de febrero de 1936..
JOSÉ Mª GARCÍA DE TUÑÓN AZA
Columnistas
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna