Miercoles, 27 de noviembre de 2024
pasando a citarlo siempre como el "partido VOX de extrema derecha" o como el "partido de extrema derecha VOX"
VOXFOBIA
Desde que VOX hizo su aparición en el panorama político español, esta formación nacida en principio como una reacción contra la dejadez e inacción del Partido Popular y su falta de claridad y decisión en general y, en particular por su tibia postura ante la necesidad de una enérgica y decidida defensa de algunos temas puntuales con la lógica decepción de muchos de sus votantes, dió comienzo un generalizado acoso y un intento de derribo de este naciente partido por parte de casi todo el resto del conocido como "espectro político" actual tanto de diestra como siniestra, empleando para tales fines argumentos supuestamente basados en su "peligrosa" ideología.
Sin entrar a valorar lo oportuno, claro o acertado de los conceptos derecha e izquierda, para mí quizá hoyy obsoletos, equívocos y confusos, la mayor tacha que empezó a atribuirse a VOX fué su ultraderechismo o ideología de extrema derecha, tremendo mal que debía ser combatido hasta el último aliento por todos y, en especial por aquellos cuya virtud, adoptada y adaptada, ha sido siempre y es, el creerse y atribuirse el ser depositarios y dueños en exclusiva de la verdad absoluta, de la moral, de la justicia y de un inmaculado proceder pero dándose la curiosa circunstancia de que esos mismos que quieren combatir tan terrible peligro, no empleen jamás el concepto contrario: ultraizquierdismo o ideología de extrema izquierda para calificar a otros partidos en los que ese apelativo sí sería patente y justo, considerándolos a su vez como un peligro real del que, en este caso, sí tenemos abundantes pruebas, desgraciadamente no muy lejanas ni en el tiempo ni en el espacio.
Pues no, solamente cuando se trata de VOX se ha generalizado, tanto en discursos y círculos de opinión como en los distintos formatos de los medios de comunicación, etc., el añadir el sobrenombre al nombre, pasando a citarlo siempre como el "partido VOX de extrema derecha" o como el "partido de extrema derecha VOX", que lo mismo da que me da lo mismo y calificando a sus miembros también como el "ultraderechista Fulano" o la "ultraderechista Mengana" con todo lo peyorativo que, en estos casos, conllevan los términos "extremo" o "ultra".
Y ahí tenemos a VOX luchando contra este, llamémoslo estigma, que por lo visto comparten o compartimos más de tres y medio millones de españoles, según los resultados de las últimas, por ahora, elecciones generales y a los que posiblemente podríamos añadir hoy muchos de los que en su momento se abstuvieron por diversas razones.
Se nos ocurre preguntar ahora: ¿qué se entiende por extrema derecha aquí y ahora? Y si alguien es capaz de explicarlo, me gustaría que me argumentase en qué consiste el malísimo concepto que dicen encierra.
Es notable, hasta extremos insospechados, la ignorancia de que hoy día se hace penosa gala al examinar cualquier tema general y en especial cuando ese tema está relacionado con la política. La falta de rigor al enjuiciar ideas o acciones tanto propias como del prójimo es tan palpable, que en un apabullante tanto por ciento de los casos podemos asegurar que se habla sin saber lo que se dice, mintiendo frecuentemente y, sobre todo, expresando verdades a medias, mucho peores y más dañinas que las mentiras. De ahí, por ejemplo el que se tache a VOX de radical, xenófobo y anti-feminista con una ligereza digna de peor causa.
Y como de VOX estamos hoy hablando, me voy a permitir examinar escuetamente su ideario, su programa, resumiéndolo en las, consideradas por ellos mismos, ideas fundamentales y añadiendo, entre paréntesis, un comentario personal. He de recalcar que aquí ya es palpable el manejo de estas ideas según quién las exprese pues se hacen públicas las prioridades de VOX según convenga, manipulando los fundamentos y creando otras listas en las que se incluye, por ejemplo: defensa de la tauromaquia y caza, deportación de inmigrantes, levantamiento de muros en Ceuta y Melilla, fin de subvenciones a partidos y sindicatos, supresión de las policías autonómicas, etc. o sea, introduciendo en lo fundamental aquellas ideas que pueden ser falsas o quizá objeto de interpretación y discusión, todo ello con la intención de crear confusión y malos entendidos. Las ideas básicas a que me refiero, y mis añadidos, son:
-Defensa de la unidad de España. (Hoy en peligro manifiesto).
-Recorte del despilfarro económico. (Hoy con el gasto público disparado hacia cotas realmente alarmantes).
-Educación única e igual para todos. (Hoy amenazada por una ilógica y absurda diversidad).
-Impuestos mínimos. (Hoy también disparados y cercanos a la confiscación).
-Apoyo a la creación de empleo. (Hoy erigido el paro en desgraciado protagonista, sin ninguna duda).
-Apoyo a la familia, vida y valores. (Hoy en peligro de olvido y desaparición).
-Lucha contra la corrupción (Sin comentarios).
-Lucha contra el fundamentalismo islámico (Hoy un peligro palpable y de dimensiones incalculables).
-Control de inmigración. (Hoy de una necesidad más que evidente).
-Control de cargos públicos. (Hoy en una inflación galopante).
-Recuperación de nuestro puesto en Europa. (Hoy en pérdida de peso ostensible).
Visto el resumen anterior, no es necesario alargarse; solamente dejar un par de preguntas en el aire: ¿Son terriblemente peligrosos para una sociedad moderna esos puntos expuestos y en los que se basa un partido tan denostado? ¿Es éste, resumiendo, un ideario de extrema derecha? Si la respuesta es sí y a mí me dicen que soy de extrema derecha, no me quedará más remedio que reconocer: "Serélo, muy guapamente".
Francisco Alonso-Graña del Valle
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