Miercoles, 08 de mayo de 2024

La Escuela Católica del siglo XXI

Una Escuela Católica Renovada para una Nueva Evangelización

1.- La Escuela Católica del siglo XXI: estado de la cuestión  

 Con motivo del inicio del Año de la fe, Benedicto XVI vinculaba la crisis de la fe en Occidente con la crisis del matrimonio y de la familia. Y qué duda cabe de que así es. Y esa crisis de fe y esa crisis de la familia están íntimamente ligadas a la crisis de la escuela católica.  

 En los últimos treinta años, los colegios católicos – con las excepciones que ustedes quieran – han seguido un proceso imparable de mundanización. Se ha considerado que las escuelas católicas serían más atractivas para sus potenciales clientes cuanto más se adaptaran a la mentalidad y a las costumbres del mundo y, para ello, no han dudado en desertar a toda prisa de la tradición de la Iglesia. Eso de centrar el proceso educativo en Dios resulta “carca” y “fascista” y nos retrotrae al nacionalcatolicismo, origen de todos los males, como todo el mundo sabe. En cambio, una educación basada en el “humanismo cristiano”  (expresión socorrida donde las haya, tópico en el que fundan sus valores la inmensa mayoría de los “proyectos educativos” católicos e, incluso, muchos colegios laicos), una escuela católica liberal,  construida sobre la centralidad del hombre, de la razón y de los valores humanitarios universales (los derechos humanos, la paz, la solidaridad…), resulta progresista y mucho más atractiva para la mentalidad democrática y burguesa que exigen los nuevos tiempos, dejando el orden sobrenatural relegado a un segundo plano absolutamente insignificante.  Ya no se puede hablar de que exista una religión verdadera, porque eso resulta “intolerante” con quienes profesan otras confesiones que son igualmente respetables y verdaderas (o al menos tan verdaderas o tan falsas como la religión cristiana). Ya no hay civilización ni barbarie, porque todas las culturas tienen igual valor desde una mentalidad multicultural, progresista y democrática: lo mismo vale la cultura de las tribus amazónicas que la Occidental, que siempre ha intentado imponer su superioridad al resto del mundo – la muy canalla – por su condición de “imperialista, colonialista y opresora”.

  Perdónenme el sarcasmo, pero lo que quiero demostrar, en definitiva, es que, en esta educación fundada sobre el “humanismo cristiano”,  lo sustantivo es la centralidad del hombre y lo adjetivo y secundario, su condición de “cristiana”,  que deviene en algo accesorio, marginal y poco o nada significativo en la vida de cualquiera de estos colegios. El carácter cristiano de nuestros colegios se ha convertido en un ligero barniz que queda bien ante un público burgués liberal, siempre y cuando no se note demasiado ni exija mayores compromisos.  

 Si seguimos por este camino, la escuela católica seguirá siendo responsable directa – no exclusiva, pero sí directamente responsable –  del proceso de apostasía clamorosa (algunos dicen que “silenciosa”) que vivimos en España y en el conjunto del Occidente otrora cristiano.  

 Por sus obras los conoceréis. Los resultados de las escuelas católicas en las últimas décadas no pueden ser más desoladores. ¿Cuántas vocaciones a la vida consagrada o al sacerdocio han surgido de nuestros colegios en estos últimos veinte o treinta años? ¿Cuántos chicos han salido de nuestras escuelas con dieciocho años, y después de diez o doce años en nuestros centros educativos, con verdadera fe? ¿Cuántos de estos chicos van a misa o se comprometen en cualquiera de las múltiples asociaciones o movimientos seglares de la Iglesia? La respuesta la conoce perfectamente cualquiera: la mayoría de nuestros alumnos salen del colegio católico como perfectos ateos, agnósticos o simplemente indiferentes ante todo lo que tenga que ver con la religión o con la Iglesia.  Algunos creen en la reencarnación, otros en el espiritismo o en cualquier otra estupidez ocultista y esotérica. Pero católicos, pocos: muy pocos. Y esos pocos jóvenes que siguen siendo católicos y siguen yendo a misa los domingos y confesándose con cierta regularidad después de pasar por nuestras aulas, lo son más por mérito de sus padres que por la acción evangelizadora, misionera o pastoral de los colegios. Verdad es que la culpa del alejamiento o de la falta de fe de los niños y jóvenes tampoco se puede atribuir exclusivamente a las escuelas católicas: la responsabilidad fundamental es de los padres, que han dejado de transmitir la fe a sus hijos, porque ellos mismos la han perdido o porque nunca la han tenido. Y nadie puede dar  aquello de lo que carece.

  2.- Fines y objetivos de la “nueva escuela católica”  

 Si queremos que los centros educativos católicos contribuyan con su labor al esfuerzo que el Santo Padre nos pide llevar a cabo para la nueva evangelización, debemos poner en marcha un profundo proceso de reflexión y de  renovación de los colegios católicos. Hace falta una nueva escuela católica que esté al servicio de la transmisión de la fe; un escuela católica, centrada en Cristo, que contribuya al crecimiento armónico de la vida intelectual y espiritual de nuestros niños y jóvenes.

 La escuela católica debe tener presente a Cristo como Rey y Señor. En nuestros colegios, debemos trabajar con ahínco por la salvación de las almas de nuestros alumnos, con una visión de la vida trascendente y sobrenatural; y la escuela también debe ser un espacio de salvación para los padres y para los propios profesores implicados en la labor docente. En nuestras escuelas, debemos educara a los jóvenes para que se comprometan en la batalla contra el diablo, padre de la mentira. Y en ese combate debemos enseñarles a luchar con la Verdad, que se adquiere con el estudio y con la oración. En esta nueva escuela católica, debemos trabajar para que de ella salgan jóvenes arraigados en Cristo, firmes en la fe y en comunión con la Santa Madre Iglesia.

  Frente a una escuela liberal inmanentista que prescinde de Dios y de cualquier visión trascendente de la vida, debemos educar a los niños y jóvenes en la fe en Jesucristo, muerto en la Cruz para nuestra redención, y resucitado. Debemos transmitirles a los niños el Amor que Dios les tiene: que el Señor les ha dado la vida por amor para que sean felices amando a los demás; que venimos de Dios, vivimos en Dios y caminamos hacia el encuentro definitivo con Dios.  

 Frente a la cultura nihilista imperante, que empuja a los jóvenes hacia la adoración idolátrica de un vitalismo dionisíaco, para dejarlos luego al borde del abismo de una vida vacía y sin sentido, debemos transmitirles a esos jóvenes la alegría y la esperanza que brotan al poner toda nuestra confianza en Jesucristo, único camino verdadero hacia una vida plena y feliz.  

 Frente al hedonismo que identifica la felicidad con la búsqueda frenética del placer, debemos enseñar a los jóvenes la felicidad verdadera que procede de la renuncia a uno mismo y de la entrega generosa a los demás desde la caridad, que nace de la comunión profunda con Dios.  

 En definitiva, la escuela católica que la Iglesia necesita para volver a evangelizar a nuestra descristianizada Europa debe propiciar el encuentro personal de los niños y jóvenes con Cristo para que de ese modo, puedan escuchar su llamada y discernir la voluntad de Dios en sus vidas. Debemos formar hombres y mujeres dispuestos a combatir contra el mal y contra la cultura de la muerte; hombres y mujeres que opten por la bandera de Cristo Rey y se dispongan a poner sus talentos al servicio de Dios y de su Iglesia; hombres y mujeres dispuestos a ser testigos de Cristo en la vida pública, en medio de un mundo hostil que rechaza la Verdad de la Cruz de Cristo y que quiere acabar con cualquier rastro de Dios en nuestra sociedad. Necesitamos educar a hombres y mujeres que sean luz en medio de tantas tinieblas; hombres y mujeres dispuestos a obedecer a Dios antes que a los hombres; personas plenas que proclamen con su palabra y con sus obras  la Verdad, que es Cristo, en medio de una sociedad que no acepta más verdad que la de un cientifismo materialista y ateo que nos promete un falso paraíso en la tierra mientras nos condena a la desesperación de la muerte y de la nada.  

3.- Medios que precisa la Escuela Católica

  3.1. Profesores creyentes en la verdadera fe de la Iglesia  

En primer lugar, para transmitir la fe hace falta una comunidad de creyentes. Necesitamos profesores que sean verdaderos educadores católicos y que vivan su fe con autenticidad. El claustro de profesores de un colegio católico debe constituirse en verdadera comunidad de fe que se une en torno a Cristo para cumplir la misión que la Iglesia les encomienda: conducir a los niños a Cristo para procurar la salvación de sus almas. Hacen falta profesores militantemente creyentes y que sean además buenos profesionales en sus respectivas materias. De poco sirve un profesor que tenga mucha fe si no domina su materia ni es capaz de explicarla adecuadamente a sus alumnos. Pero también sobran los doctos maestros que carecen de la fe necesaria para que con su palabra y sus obras puedan transmitir la Verdad de Cristo a sus alumnos. El profesor debe enseñar desde el diálogo y la comunión entre fe y razón.  

Los profesores deben celebrar juntos su fe en comunidad y compartir de manera frecuente la oración y el encuentro con el Señor en la Eucaristía. Si los sarmientos no están firmemente unidos a la Vid Verdadera, no podrán dar fruto. Se deben fomentar los momentos de retiro y la participación del profesorado en Ejercicios Espirituales. La comunidad de profesores debe fomentar el sentido de familia y de comunidad cristiana, invitando a los maridos y esposas de los maestros a compartir la fe todos juntos dentro de una comunidad que vive su trabajo como un auténtico ministerio al que son enviados por Cristo y por la Iglesia.  

   El maestro de una escuela católica debe ser ejemplo de vida intachable en coherencia con la fe que profesa y con los principios morales de la Iglesia. Y como signo de esa fe, deberíamos proclamar públicamente nuestra adhesión al Credo de la Iglesia y jurar fidelidad al magisterio y a la tradición de la Santa Madre Iglesia y al Romano Pontífice, sucesor de Pedro.

  3.2. Vinculación con las Parroquias

  El Colegio Católico no debe ser una isla al margen de la comunidad parroquial, sino que, muy al contrario, debe ser un ámbito privilegiado que colabore con la parroquia en su labor evangelizadora y pastoral. Evitando en cualquier caso injerencias indeseables del sacerdote en las tareas de dirección del colegio y de la dirección del colegio en la organización de las tareas parroquiales, lo deseable es una coordinación y colaboración mutuas.  

 El sacerdote debe implicarse en las tareas evangelizadoras de la escuela, administrando los sacramentos, supervisando la pastoral, impartiendo si es necesario la catequesis o la clase de religión y llevando la dirección espiritual de maestros, padres y alumnos.  

  Asimismo, el Colegio debe ser un lugar idóneo para la catequesis de primera comunión y de confirmación de los alumnos y, a su vez, de preparación de catequistas que puedan transmitir los principios de la vida cristiana a los niños, con fidelidad a la  sana doctrina de la Iglesia.  

 Los padres tienen una relación especialmente importante con los colegios que debe ser aprovechada para la formación humana y espiritual de los matrimonios, de tal modo que recuperemos el ámbito doméstico para que las familias sean verdaderas iglesias donde se vuelva a vivir y a transmitir la fe. El Colegio y la Parroquia deben aprovechar la presencia de los padres para animar a que se formen grupos de oración, de formación o de diálogo en los que se pueda compartir la fe y la vida desde una perspectiva comunitaria. 

 Celebrar juntos – padres, profesores y alumnos – la eucaristía dominical y los distintos momentos “fuertes” del año litúrgico (navidad, semana santa, adviento, cuaresma…) crea comunidad y aviva la fe de todos, a la vez que nos une en comunidad que camina hacia el Señor. ¿Qué mejor manera de animar y vivificar la vida parroquial que hacer que los mismos que comparten la tarea educativa puedan vivir juntos también la fe en la parroquia o parroquias en las que se incardine la escuela?  

 3.3.    Acercar a los niños a Cristo

 3.4.  

    Estudio y crecimiento en la vida espiritual deben ir juntos. Para ello, a la vez que proporcionamos a los alumnos la mayor calidad de enseñanza de las diversas materias, debemos acercar a los alumnos al Señor. El desarrollo intelectual y afectivo del niño debe llevarse a cabo al mismo tiempo que se forja su carácter para que sea capaz de dominar sus instintos y sus afectos, de modo que, en cada momento, tengan la fuerza de voluntad necesaria para cumplir con sus responsabilidades académicas y con sus deberes para con sus semejantes y para con Dios.

  Es importante que los alumnos puedan celebrar de manera frecuente y habitual los sacramentos, especialmente la penitencia y la eucaristía. Solo saliendo de la oscuridad del pecado y convirtiéndose a la luz de Cristo, podemos vivir unidos al Señor en auténtica comunión de vida. Sólo Dios es Santo y sólo su gracia nos puede ir santificando a nosotros.  

 También debemos fomentar la devoción y el amor a la Santísima Virgen María en los niños y en toda la comunidad educativa. Ella nos conduce a su Hijo y nos ama como madre nuestra que es. Rezar el Santo Rosario con los niños, enseñarles su valor para llegar a Cristo y fomentar en los colegios la festividades dedicadas a la Virgen, aumentarán la fe y el amor de todos hacia Cristo y hacia su Iglesia.

  A los jóvenes hay que ofrecerles igualmente experiencias de encuentro interpersonal entre ellos y de encuentro con Dios a través de la oración, mediante la organización de convivencias y ejercicios espirituales, que, en la medida que lo permita la madurez de los chicos, les vayan proporcionando momentos de encuentro personal con el Resucitado.  

 La capilla del Colegio debe ocupar un lugar central dentro de las instalaciones del centro educativo. Debe estar accesible y abierto y se debe invitar a los niños a visitar al Santísimo, presente en el Sagrario. Fomentar la adoración eucarística nos acerca a todos – padres, profesores y alumnos – al misterio del Dios que se entrega como alimento de vida eterna para nuestra salvación y que se hace presente en cuerpo, alma y divinidad en el Santísimo Sacramento.  

 Por último, la fe no debe vivirse nunca como un mero espiritualismo desencarnado. La fe en el Resucitado, si es verdadera, debe impulsarnos al desarrollo de la acción caritativa. Por pura coherencia eucarística, debemos fomentar todo tipo de acciones de voluntariado que impliquen a padres, profesores y alumnos a servir a los más necesitados. Tal vez, se debería favorecer la implicación en campañas de Caritas de la parroquia o la visita a enfermos y ancianos. En cualquier caso, la vida de fe debe sustanciarse en acciones concretas que hagan realidad las obras de misericordia que agradan al Señor: “dar de comer al hambriento, de beber al sediento; visitar al enfermo; vestir al desnudo; acoger al emigrante”.  

4.- Conclusión  

 Benedicto XVI ha señalado que “la crisis de verdad contemporánea está radicada en una crisis de fe”. El origen de todos los males radica en la permanente tentación del ser humano de endiosarse, de ocupar el lugar que le corresponde a Dios, para decidir por sí mismo lo que está bien y lo que está mal. Es lo que está pasando en nuestras sociedades postmodernas y también en nuestras escuelas católicas. Hemos arrinconado a Dios, lo hemos quitado del lugar central que le corresponde como Creador y Señor, y nos hemos puesto a nosotros mismos en su lugar. El hombre es el centro y la medida de todas las cosas. No necesitamos a Dios para nada. Vivimos como si Dios, efectivamente, hubiera muerto. Y la consecuencia es una sociedad relativista e inmoral incapaz de generar nada que nos sea el pecado y la muerte: aborto, divorcios y matrimonios destrozados; asesinatos y malos tratos a mujeres y niños; pederastas inmorales y detestables; drogas y “botellones”; paro, corrupción, desahucios y pobreza; y un largo etcétera de calamidades que tienen como denominador común la destrucción del ser humano y la implantación de una cultura de la muerte que ha convertido el mal en algo deseable; y el bien, en algo desfasado, friki y anticuado. Pero siempre que el hombre ocupa el puesto de Dios, el resultado acaba siendo siempre el mismo: destrucción, inmoralidad, pecado y muerte. Así terminan las utopías que han querido construir el paraíso en la tierra sin contar con Dios.

  De ahí que resulte urgente volver a poner a Dios en el lugar que le corresponde, como Creador y Padre. En eso debe consistir la Nueva Evangelización. Porque, efectivamente, Dios ha muerto. Pero también ha resucitado. Y Cristo vive hoy y nos llama a anunciar la buena noticia de la salvación a una sociedad necrófila e idolátrica que ha apostatado de manera clamorosa. Cristo es Rey, es el único Señor. Él es el Camino, la Verdad y la Vida y sólo Él tiene palabras de vida eterna.  

Y debe ser el Señor el único y verdadero centro de la Escuela Católica que necesitamos para esta nueva evangelización. Es el Sagrado Corazón de Jesús quien nos enseña el camino a seguir: “Dejad que los niños se acerquen a mí”. El Amor de Dios es el medio más eficaz para educar a nuestros hijos. El Amor de Dios es el único camino para que nuestros hijos sean felices, encuentren su vocación y su propio rumbo en la vida y desarrollen los talentos que el Señor les ha dado para que lo puedan poner al servicio de los más necesitados; al servicio de la justicia y de la paz que brotan del Corazón de Cristo. El Amor de Dios es el único camino para la salvación.  

 En su viaje a Estados Unidos, en abril de 2008, Su Santidad el Papa Benedicto XVI recordaba en un discurso dirigido a los educadores católicos lo que debe ser una verdadera escuela católica: “cada institución educativa católica es un lugar para encontrar a Dios vivo, el cual revela en Jesucristo la fuerza transformadora de su amor y su verdad”. Y en ese mismo discurso – clave para entender el magisterio de Benedicto XVI sobre lo que él mismo ha denominado “emergencia educativa” – nos lanzaba el Papa una serie de preguntas que nos señalan certeramente el camino a seguir: “¿Creemos realmente que sólo en el misterio del Verbo encarnado se esclarece verdaderamente el misterio del hombre? ¿Estamos realmente dispuestos a confiar todo nuestro yo, inteligencia y voluntad, mente y corazón, a Dios? ¿Aceptamos la verdad que Cristo revela? En nuestras universidades y escuelas, ¿es tangible la fe? ¿Se expresa fervientemente en la liturgia, en los sacramentos, por medio de la oración, los actos de caridad, la solicitud por la justicia y el respeto por la creación de Dios? Solamente de este modo damos realmente testimonio sobre el sentido de quiénes somos y de lo que sostenemos”.

  Este es el reto al que estamos llamados los educadores católicos. Esta es la misión que la Iglesia nos encomienda. Pongámonos en manos de nuestra Madre Santísima para que ella nos ayude y nos conduzca hacia su Hijo. Y que todo sea para mayor gloria de Dios, Nuestro Señor.

Pedro Luis Llera  


Comentarios

Por Para Frodo 2012-11-21 16:53:00

Que de pinón ye sobrín: El club de admiradoras de bertie wooster, con un nivel de conocimientos de las señoritas de primer año de Torres de Malory, mucho más mal educadas, pues como diría la persona a la que ustedes quieren atacar sin tener nada en esta fiesta, el nacimiento en muchos casos no determina la personalidad, como es el caso suyo carisimo frodo. Al fín y al cabo, las señoritas de Torres de Malory, estudiaban, amén de buenas costumbres, música, retórica, saber estar y compañerismo. A la primera: Un comunista se define por una cosa: no admite que nadie discrepe de lo que dice, millones de asesinados lo demuestran, y usted no admite discrepanci con el inspector de enseñanza de riopedre, el sr. Lantero, otros para no servir a los "malos" dejaron Voluntariamente la Administración Pública, ergo el señor lantero sigue en la praxis comunista, intentando coaccionar a quien no piense como él, este comentario de la boina ( capada) del fiu de pinón es el ejemplo. A la segunda: A lo de maleducado, el único que insulta es usted, más comunismo, insulta a qíién sólo hizo una critica de dos concepciones diferentes de la educación, sin en ningún momento insultar como usted hace. A la tercera. A la tercera, me parece a mi que no, y ya que estamos en ello, el principio de subsidiariedad ni le conoce ni sabe de que color es, si rojo o lila. Por cierto sr. frodo, usted no es sólo una maleducado, usted es un cretino y no es insulto es diagnóstico. Miren si torres de Malory es muy duro para ustedes, hagan la matricula en Santa Clara, ya saben " las mellizas cambian de Colegio". sss q b s m


Por Para Frodo: 2012-11-21 14:35:00

Silvino Lantero no es el objeto de este estupendo artículo del Sr. Llera, por ello, no hay por qué denigrarle ni ensalzarle. Ahora bien, sin juzgar a la persona o sus conocimientos, no es la primera vez que sus intervenciones públicas dejan bastante que desear desde un punto de vista intelectual e incluso doctrinal.


Por Frodo 2012-11-21 14:28:00

Para el Sr./Sra. S!-A: Señor mío, D. Silvino Lantero ni es comunista, ni ignorante ni desinformado, ni maleducado como lo es Vd. El Sr. Lantero es católico, inspector de Enseñanza, Doctor en Pedagogía y con una ilustración en ésa materia que le puede dar muchas clases para su ilustración.


Por Pedro Luis Llera 2012-11-19 17:06:00

Aclaración: el señor Lantero, efectivamente, es amigo mío. Podremos estar de acuerdo en algunas cosas y diferir en otras. Pero les aseguro que coincidimos en muchas más de las que nos puedan separar. En cuanto a la repercusión del artículo en esta página, al parecer no deja indiferente a nadie: suscita adhesiones inquebrantables y rechazos furibundos a partes iguales. Eso está bien. En cualquier caso, no es un artículo que mire al pasado, sino al futuro. Y yo no pretendo obligar a nadie que no quiera a ir a un colegio católico. Ni tampoco añoro los tiempos de Franco ni el nacionalcatolicismo (aunque no demonice ni al uno ni a lo otro). En cuanto a la financiación, yo soy partidario del cheque escolar. Lo he dicho en otros artículos, pero en este en concreto no venía a cuento. Simplemente quería señalar cómo debería ser un colegio católico, remitiéndome siempre a la doctrina y al magisterio de la Iglesia. Si en algo me apartara de ese magisterio, lo retiro inmediatamente sin dudarlo ni un momento. En estos temas, quien tiene autoridad es el Santo Padre.


Por Para para S!A 2012-11-19 16:09:00

Me ha tragado el mensaje. Me es indiferente su opinión, totalmente indiferente, como considero irrelevante el curriculum del aludido. Su cita en este artículo es por dos presupuestos fácticos: A) el Sr. Lantero es columnista de esta página,y B) El buen artículo del Sr. Llera trata sobre educación católica. en cuanto al fondo de la conferencia según reseña del comercio esas son la s fuentes que utiliza el sr. Lantero, y como los hechos de que parte son falsos tuvo que ilustrarse, bien en una película del Oeste, con genocidio de los indios incluido, o en una película "liberal". el sr. Lantero confunde la religión con una ideología, ideoligía que además desconoce. Se toma nota muchachito, se toma nota...


Por Para S!A 2012-11-19 12:36:00

No me parece bien su trato al sr. Lantero. Se puede o no estar de acuerdo con él, que para mi peca algo de escesivo liberalismo, pero no procede faltar de esa manera, como si su "única ilustración" viniese de las películas del oeste" etc. Es persona culta, doctor en pedagogía, inspector de enseñanza, y faltar a un particular que no escribe aquí, desde un post anónimo, no es lo más elegante que se me ocurre. Y si en el pasado fue comunista o lo que sea, más valor que tiene su conversión. Recordemos que San Pablo era un ardiene judío que militaba en su juventud en el linchamiento de cristianos, según el mismo confiesa. Al franquismo le defiende de modo creciente la comparación con el orden actual de cosas, pero no el denostar de ese modo a sus disidentes. A estas alturas, la munición hay que gastarla contra los que desguazan España y su sociedad, y no con los que opinan tal o cual de la Inglaterra del XVIII


Por Para Ora pro 2012-11-18 22:30:00

Parece usted una persona sensata. pero tiene razón S!-A, la única libertad está en Cristo, fuera de Él, no existe la libertad. Mire, han caido Imperios, naciones, ideologías y acerán muchos más, como nuestra civilización y todo por olvidar a DIOS, y por lo mismo por la soberbia de los hombres, la de todos. Hoy, en España no tenemos libertad, pero es imposible que un régimen político o unos líderes nos la den, la libertad nos la regalado DIOS, como tampoco tenemos esa mínima medida que es la justicia, vea las leyes oprobiosas y genocidas contra los más débiles: los concebidos, los pobres, los ancianos, los enfermos, los parados.


Por Ora pro nobis 2012-11-18 20:46:00

Dice S!-A que la libertad solo se encuentra en Cristo Nuestro Señor, pero como Jesucristo no le tenemos al alcance hay que nos remitir a los curas ya el conducto se debilita o pierde el contacto con la divinidad. Para Colunga solo hay colegios de los de rezar y misas de obligado cumplimiento, la otra opción colegios progres de educación para la ciudadanía y cuatro gansadas mas. No señor, para mi los colegios son los de educar y formar en cosas propias de aquello que pueden ser hornadas de buenas gentes para que el día de mañana sea mejor en todo lo que hoy demandamos y no tenemos. . Los proselitismos, los dogmas ideologías y demás adoctrinamientos para quien no sirve para otra cosa. ORA PRO NOBIS, creo que esta correctamente escrito, en cuanto a la formación escolar, es la que es en los tiempos que me toco ser crió y mas tarde adolescente, nadie nos brindo la posibilidad de una buena formación, en algunos casos los podres no podían y en otros eran demasiado egoístas y demandaban pronto una ayuda en el trabajo de casa, no todo era como algunos lo pintan con Franco no ataban los perros con longanizas, aquí los que mas le echan de menos son los curas y cuatro mas que por lo visto vivían muy bien el resto íbamos tirando como se podía. Por recordar alguna realidad de algunos pueblos y aldeas de aquel tiempo, no había luz eléctrica ni agua corriente como los servicios mas elementales médicos algunos que mandaban de maestros para las escuelas en realidad eran policías y en algunos casos ni estos, lo que nuca faltaron fueron curas, estos venían flacos y se marchaban gordos, en aquellos tiempos la mayoría de tales ejercían como caciques y nadie estaba por encima de ellos. La imagen que dan hoy parece distinta, pero no hay que se engañar si las circunstancias volviensen a ser las mismas ellos lo mismo. Yo tampoco defiendo a esta izquierda igual de anacrónica y despótica y ante tal taxativa lo mejor si pudiese seria coger la maleta y pasar la frontera si me quitaran cuarenta años. Yo creo que esta bien volver a los recuerdos en muchos casos para que nadie nos lié o engañe por que de lo contrario corremos el riesgo de idealizar cosas que en la mayoría de los casos crearon mucho sufrimiento y frustración cuando no freno o avance a una vida mas digna y mejor.


Por S!-A 2012-11-18 17:33:00

Le agradezco y de verdad D. Pedro su artículo. Me han pasado la conferencia de un socio suyo, el señor Lantero, y he quedado asustado de las barbaridades que dice ese hombre, que encima se cree adalid y verdad absouta de la enseñanza católica. El comunista sr. lantero, amén de tener una "ilustración" basada en las películas del Oeste y en "mitos" que no son ciertos ( su referencia a la primera industrialización en Inglaterra ), como viejo tic ha insultado al régimen de Franco, diciendo una cantidad de tonterias sólo superable por la ignorancia del conferenciante en el ateneo, pues si un estadista político favoreció en España a los colegios y universidades católicas, fue D. Francisco Franco. Gracias D. Pedro usted dice la verdad, la educación y más la educación católica debe propiciar el encuentro personal de los niños y jóvenes con Cristo y debe ser el Señor el único y verdadero centro de la Escuela Católica, la verdadera liberta está en Cristo, usted lo entiende y lo dice, el Sr. Lantero, que pena, la pone en los mercados y encima ignora lo que son los mercados, como también ignora lo que es la libertad, que sólo se encuentra en Cristo Nuestro Señor.


Por ora pro nobis 2012-11-18 15:49:00

Don Francisco, si me he explicado mal pido disculpas solo quiero recordar que por que unos sean unos sinvergüenzas y aprovechados esto no legitima a la competencia a portase de manera similar, no hay que ser de gran agudeza para intuir que ambos persiguen lo mismo .


Por lo añoramos 2012-11-18 15:44:00

Pues como supongo de todos conocido y mas de los opinantes y autores de esta exaltación del catolicismo, su historia es oscura y sangrienta en represión, tampoco nos vamos a extender en mucho tiempo atrás donde el trono y el altar eran el martillo y la yunque de todo aquello que ahora dicen defender o mas bien se enquistan en ello para no tener que salir corriendo. Podríamos citar anécdotas o revisar un poco las realidades de cuando ellos los amos de la Tierra.Veamos la península Ibérica en los años 1800 hasta ya entrado el siglo XX el absolutismo y la traición del felón Borbonico hasta el el terror de la Religión donde España fue un cordero a sus pies, escuelas y universidades cerradas y las cárceles a rebosar, para seguir en golpes de estado y dictaduras franquistas y otro tanto en Portugal de Salazar, este por cierto algo mas ilustrado que el general Franco. La Iglesia Católica en esos tiempos era lo máximo enseño su verdadera cara, supongo suponemos muchos que estas resacas son las que aquí y en otros sitios muchos echan en falta. Los obispos sacando bajo palio al general Franco, un cura avilesino dijo que hizo mas Franco por la Iglesia Católica que los mismos REYES ISABEL Y FERNANDO, conocidos por los reyes católicos.


Por Gobiendes 2012-11-18 15:33:00

Imagínese que yo tengo cuatro hijos, y vivo en la ciudad donde imparte escuela el autor del texto. Sé a lo que atenerme. Como me gusta, querría mandar los hijos a su colegio. Pero puede ser que tenga que pagar de modo directo, como lo hago también con mis impuestos como si los mandase al Instituto, me costaría doble. No me salen las cuentas. Si está concertado, quizá si. Pero lo más probable es que no tenga plazas, pues cole bueno y gratis la gente se pega por él. Me adelantarán en el concurso de puntos los que se divorcien, alguno falsamente sólo por ello, se avecinen con sus suegros, le pidan al amigo médico un certificado de algún tratamiento o régimen alimenticio especial para el chico justo atendido en ese colegio...Sin trampas, no entran. Total, que irán al instituto en el que el soviet de la comisión escolar indique por imperativo territorial . No serán sometidos a la "inquisición y lavado de cerebro etc". Sin duda al sr. Pedro Llera le debe quedar de miedo la capucha de tortura. Disfrutaré de la alegría de la libertad.


Por Colunga 2012-11-18 15:24:00

Para el sr. Ora pro nobis, cuyo conocimiento del latín delata un mínimo de formación escolar o familiar, hoy escasa. No tenga problema, con meter a sus hijos en un colegio de ideario progre, con su dinero, se salva de esa hoguera de torquemadas que advierte. Lo que no comparto es que haya sólo una escuela, con el dinero de todos, y con una ideología, la del aparato que impone tonterás tales como "los y las alumn@s". Un trágala que contrasta con lo que decía otro opinante, con el refrán de las lentejas. Lo segundo es más libre


Por >Francisco 2012-11-18 15:18:00

para "ora pro nobis". Yo no recuerdo haber hablado de dinero, en ese terreno quizá lo mejor vaya por el cheque escolar, pero no es el tema de la intervención de Pedro. Desconozco en qué grado lavan el cerebro en los colegios de curas, y en los institutos del estado. Trabajo en uno, he impartido "ciudadanía" y calculo que los adolescentes me hacen el mismo caso que Álvaro Cuesta a d. Manuel de la Torre en el San Luis de Pravia, o el de mi exconsejero a sus maestros dominicos. Pero aunque hiciesen mucho, si lo han escogido los padres, será un "lavado" algo distinto en relación al que sería a su disgusto, que es a lo que se refería el autor, y es caso real asturiano, si el profesor de historia de las ursulinas sale luego diputado comunista. Al parecer, en el último siglo el "miedo y pavor" lo infunde en santo oficio, no otros regímenes, fundados todos los más criminales en el poder totalitario del estado.


Por Jaime Cifu 2012-11-18 12:23:00

Buen artículo Pedro. A las obras educativas católicas se les debe exigir que eduquen católicos, y a los profesores católicos, sólidos conocimientos, una fe clara y espíritu apostólico. No es mucho pedir a un católico, esa es nuestra primera profesión.


Por José María 2012-11-18 12:12:00

Siempre adelante Pedro. El fracaso educativo en España es un dato incontestable, el de los colegios "católicos" también. Gracias por tu valiente artículo.


Por ora pro nobis 2012-11-18 00:15:00

Negocio redondo, como dice Francisco magnifico, encima de consentir su colonización tambien se quedaran con nuestro dinero, para ellos pan comido entraran como elefantes en una tienda de objetos de loza y porcelana china. Lavaran cerebros, salvaran almas y podrán su marca con el hierro candente Católicos todos " de los muchos brazos de la Iglesia-y la escuela católica lo debe ser" Estas gentes infunden miedo y pavor, cualquier día vuelven activar la Inquisición.


Por Francisco 2012-11-17 23:41:00

Magnífico, Pedro, no te rindas nunca. Ese cambio debe ser gradual, pues no parece sencillo despedir a algún profe estrictamente mercenario que lleve tiempo en el colegio. No pocas veces son los religiosos los que fallan, por pocos que sean. Pero toda nueva contratación, y sobre todo la dirección, debe tener claro que cualquiera de los muchos brazos de la Iglesia- y la escuela católica lo debe ser- es como las lentejas del refrán. Sin complejos ni edulcorantes light.


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"Agenda 2033, nueva y eterna"

  En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.  

Por Teodoreto de Samos Leer columna

Ningun margen

Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate

Por Enrique García MáiquezLeer columna

¿Son los derechos humanos una idea tóxica?

Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.

Por Francisco J Contreras Leer columna

San Fernando: el rey y el gobernante

Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate

Por Rafael Sánchez SausLeer columna

Goma 2 Eco asturiana ¡y ya vale!

Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).

Por Ana María Velasco Plaza Leer columna

¿Por qué no una Europa gaullista?

El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización   Publicado previamente en LA GACETA

Por Francisco J Contreras Leer columna

Prescripción del 11M, humillante final de una nación

No sé si las palabras del juez ponente del proceso del 11M -"hay cosas tan graves en el 11-M que por ahora es mejor que no se sepan"- están ahora más en vigor que nunca antes. 

Por Ana María Velasco Plaza Leer columna

FELIZ NAVIDAD

Un año más enviamos nuestra felicitación navideña a nuestros lectores

Por Editorial Leer columna

LA PROPOSICION DE LEY DE AMNISTIA Y NUESTROS DIPUTADOS

A propósito de este acuerdo vienen a la memori las palabras de San Agustín en La ciudad de Dios, si no se respeta la justicia, ¿Qué son los Estados sino grandes bandas de ladrones?. 

Por José Luis LafuenteLeer columna

¿Somos todavía una nación?

Las naciones no son entes abstractos sino productos de la historia y, como tales, objeto de construcción o destrucción

Por Rafael Sánchez SausLeer columna

Chile: lecciones de septiembre del año 1973

  La actitud del Partido Socialista chileno hacia la democracia era en los 60 y 70 la misma que la del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Francisco Largo Caballero desde 1933: la democracia podía interesar como instrumento o puente hacia la dictadura del proletariado.  

Por Francisco J Contreras Leer columna

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¿Logrará la ciudadanía frenar la ley de amnistía?

a) no, el gobierno lo tiene todo "bien atado"
b) sí, la fuerza del pueblo es imparable

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