Sabado, 23 de noviembre de 2024
Camino de Basilea XXV
Basilea y Merkel la productiva
Cumbre del G-20 en Cannes, se elabora una lista de bancos demasiado grandes para caer (“sistémicos”), que no sólo deberán mantener un nivel de reservas sobre capital del 7% (establecido en Basilea III), sino que a partir de noviembre de 2014 habrán de añadir a este 7% un porcentaje que varía entre el 1% y el 3,5% -como máximo- en caso de que aumenten su exposición al riesgo. Tengo algo que decir al respecto:
Lo primero que hay que decir es que no habría bancos “sistémicos” si no se hubiese permitido que crecieran hasta el punto de ser “sistémicos”. En segundo lugar, las normas de Basilea se han demostrado inservibles, puesto que no atacan el problema de la reserva fraccionaria sobre depósitos irregulares de dinero, verdadero talón de aquiles del sistema financiero moderno y fuente de extraordinarios beneficios indebidos para la banca de todo el mundo. En tercer lugar la contabilidad y la normativa están diseñadas a medida de las entidades financieras, siendo extremadamente complicada y, por consiguiente, opaca. En cuarto lugar, aunque esta reforma tuviere visos de ser eficaz, su entrada se retrasaría hasta dentro de tres años, ¡tres!. En quinto lugar, el Banco Santander es la única entidad financiera española que se considera tiene carácter “sistémico”, afirmación que provoca hilaridad: la economía española presenta al menos otras dos entidades con riesgo sistémico, como son el BBVA y CaixaBank.
Por otra parte, tenemos las declaraciones de Merkel y Felipe González al respecto de la crisis.
Por un lado, frau Merkel habla de productividad (para la competitividad) y límites de deuda pública (para la austeridad), lo que equivale a hablar de vivir para trabajar y a no beber vino para no emborracharse de sidra; cosas absurdas ambas que paso a explicar:
Vivir para trabajar: la competitividad de Alemania no es el fin del Estado alemán, sino el bien común de sus ciudadanos. Y Merkel lo sabe, y lo sabe su empresariado, que mantiene la sede (y algunas fábricas) de sus empresas en su madre patria a pesar de que tendrían mayor productividad y competitividad estando en Hungría o España, por ejemplo. Así, los alemanes recetan a otras naciones lo que no quieren para sí mismos, única y exclusivamente porque ello garantiza la estabilidad de sus mercados de exportación... en otras palabras, les importa un pimiento el bien común de los hombres y mujeres de los demás países de la UE, sólo su bolsillo. Y si Grecia tiene problemas financieros, que se maten entre ellos o que vendan islas. ¡Deutschland über alles!
No beber vino para no emborracharse de sidra: la austeridad no es sólo cosa de los entes públicos, sino también de los entes privados. De hecho, 2/3 partes de la deuda exterior española pertenece a agentes privados. En el caso italiano la cosa es la opuesta, pero el caso es que ni Merkel ni los especuladores deberían tomar la parte por el todo y creer que Italia y España tienen los mismos problemas y de idéntica intensidad. Yo puedo entender el absurdo de los especuladores, única especie humana que ve un hombre manco y cree que todos los hombres son mancos; que ve un hombre casado y cree que siempre ha estado casado... pero no entiendo el absurdo de Merkel.
Y a todo esto, Felipe González haciéndole el coro a frau Merkel alias “la productiva”: nada nuevo en estos tiempos de títeres enanos.
Columnistas
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