Sabado, 23 de noviembre de 2024
Pero Fria
CORRECTA COSSI FAN TUTTE
Esta obra que parece ser fue un encargo del emperador José II de Austria, país natal del compositor, al propio Mozart y al libretista Da Ponte y cuyo argumento habría sido sugerido por el propio soberano sobre el revuelo levantado en la corte austriaca en torno a un hecho real que habría sido objeto de rumorología varia y malicia sin límites. La obra de estructura frívola como corresponde a una ópera bufa es en el fondo un alegato terriblemente amargo sobre la inconstancia del ser humano, la fragilidad de sus sentimientos, en el fondo la inexistencia del Amor más allá del simple devaneo y un alegato contra las mujeres a las que se representa como meras marionetas totalmente manipulables por los hombres y otras mujeres experimentadas y sin escrúpulos, seres sin personalidad ni inteligencia. Es evidente que el comportamiento de las mujeres de las clases altas en los frívolos, lujosos y decadentes salones diciochescos europeos hayan contribuido a esta idea tan misógina. El comportamiento masculino no era, sin embargo, cuestionado, se hace tímidamente por parte de la criada Despina, pero sólo para doblegar la frágil voluntad de las protagonistas femeninas.
La obra escrita en un mes, diciembre de 1789, para ser representada a comienzos del año siguiente es una obra retardataria, después de Las Bodas de Fígaro y sobre todo el D Juan representa una vuelta tanto argumental como en su forma musical donde las arias basculan en ocasiones hacia el recitativo a un mundo que ya estaba a punto de desaparecer, es curiosa la coincidencia de de haber sido escrita el año de la Revolución Francesa.
No obstante el genio de Mozart brilla brindándonos una obra deliciosa cuya partitura expresa con acierto los sentimientos que el texto quiere transmitir de ligereza, enredo, coquetería, sensualidad y volubilidad así como desencanto y abatimiento. La Obertura ya anuncia lo que vamos a escuchar a lo largo de la obra, así los temas del presto se desarrollan con vivacidad, enlazándose con los de la conocida aria de Alfonso del final del último acto, cosa que también apunta el defecto que se puede achacar a una obra escrita "a la carrera" la excesiva repetición de las células musicales.
Corrado Rovaris al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, que estuvo situada sobre el escenario erigiéndose en su centro escénico, realizo una versión correcta, sobria, ajustada pero un poco carente de relieve, excesivamente rígida en ocasiones y algo plana.
Husan Park, en una esquina del escenario, fue una buena clavecinista, que logró por mérito un lugar propio en la ejecución.
Carmela Remigio fue Fiodiligi, una de las hermanas inconstantes, pero la que intenta al menos resistirse a la confabulación que se gesta en tono a ellas, su papel es sin duda el de mayor relieve por las numerosas arias que debe interpretar así como por su casi constante presencia en los concertantes. Tiene una voz bien timbrada, con seguridad en los graves pero en algunas ocasiones experimento inseguridades en las agilidades vocales a las que se ve sometido su peronaje sobre todo en las que combinan graves y agudos, es un papel difícil porque debe pasar del agudo al grave en intervalo directo y en medio de una gran exigencia solfística. Su actuación paso de la corrección para brillar como una de las más completas de la velada
Paola Gardina encarnó a la otra hermana Dorabella, es una soprano sin mucho volumen vocal pero suficiente para su papel, pero su timbre carece de belleza y adoleció su interpretación de una línea excesivamente plana, aunque hay que resaltar su talento para la comedia como se pudo ver en algunos momentos que arrancaron risas entre el público
Joan Martín-Royo, como Guglielmo, estuvo más que notable, tiene una voz de barítono bien colocada, tendiendo a dominar la parte aguda de su tesitura, lo que en otros tiempos se llamaría un barítono lírico, pero más que solvente en la zona grave, aunque en esta ópera este registro no sea demasiado exigente, tiene además musicalidad y acierto en la emisión, fue la otra figura destacada de la noche.
Alek Shrader le tocó lidiar con el deslucido papel de Ferrando, su voz no es hermosa ni está demasiado bien definida en cuanto al color, su emisión no logra transmitir las emociones de la partitura, carece de acentuaciones aunque hay que reconocer que no se le dotó de casi ninguna vistosidad a su línea cantábile en la obra.
Isabella Gaudi nos regaló una pizpireta y desenvuelta Despina, la criada de las hermanas burladas, resolvió con solvencia, gracia y acierto la parte vocal y estuvo espléndida en la actuación cómica con sus variados travestismos.
Humbero Chiummo asumió el papel de D. Alfonso, el desencantado viejo que urde todo el engaño para demostrar la ínfima calidad moral de las mujeres, aquí reconvertido en ilusionista, lo hizo con oficio pero sin un brillo especial en ninguna de las facetas, ni siquiera en la cómicas
El Coro de la Opera de Oviedo bajo la dirección de Elena Mitrevska estuvo a la altura de su prestigio, aunque en esta ocasión dadas las dimensiones de la obra estuviera muy reducido de efectivos.
La dirección de Escena a cargo de Joan Anton Rechi juega como siempre al cambio cronologíco, pero en esta ocasión, dado que estamos ante la representación de arquetipos en tono bufo, cualquier juego es aceptable, dado su atemporalidad. El vestuario nos llevaba vagamente al siglo XIX, cosa irrelevante, así como la sustitución de los escenarios habituales por un cabaret francés de la época, giratorio, no es un mal trasunto de la volubilidad del alma humana, sólo se excedió en cambiar el final feliz por otro de "circunstancias" esto es excesivo, no sólo porque el texto no se adecúa a la que estamos viendo, sino porque el libreto de Da Ponte está tan exactamente hermanado con la música de Mozart que uno y otra son inseparables. Parece mentira este desliz, sabiendo que ya hubo intentos de cambiar el libreto, que se consideraba inmoral, para salvar la música pero todo intento se vio condenado al fracaso precisamente por esa unidad inextricable entre música y letra. La escenografía de Alfons Flores no estuvo mal concebida con la orquesta como protagonista central, tratándose de una obra de Mozart autor que consideraba la música la reina indiscutible de la composición operística, con el escenario giratorio en un teatro con poscas posibilidades como es el nuestro, sólo le encuentro el fallo de que los cantantes, en ocasiones quedaban incomunicados con el director y ¡Señores escenógrafos! Su oficio está al servicio de la música y del canto y no al revés. La idea de convertir a Don Alfonso en un ilusionista es una idea original que parece "diluir" la amargura que emana el personaje.
Columnistas
La subida global de temperaturas y la conveniencia de ir sustituyendo las fuentes de energía tradicionales (gas, petróleo y carbón) por otras más sostenibles es un tema de permanente actualidad tanto en los medios de comunicación como en la política. Frente a la versión aplastantemente mayoritaria del problema y sus soluciones, el ciudadano atento y bien informando acaba descubriendo algunos problemas a los que no se les presta demasiada atención. En este artículo se presentarán algunos de ellos
Por Francisco Javier Garcia AlonsoLeer columna
La propuesta que más influyó para atraer el voto de muchos europeos hacia las nuevas derechas es el rechazo a las políticas que facilitan la inmigración incontrolada, pues están convencidos de que aumenta la delincuencia y favorece la islamización de Europa
Por Angel Jiménez LacaveLeer columna
La alternativa a la "justicia social" no es un escenario de pobres muriéndose en las aceras por falta de recursos para pagarse un hospital. La alternativa sería una sociedad en la que, con una presión fiscal que fuese muy inferior a la actual, la gran mayoría de la gente se las arreglase muy bien por sí misma, sin depender de papá Estado. Publicado en el centro Covarrubias
Por Francisco J Contreras Leer columna
Este hombre de 82 años ha hecho más daño al sanchismo en dos meses que Feijóo y sus diputados en esta legislatura
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.
Por Teodoreto de Samos Leer columna
Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate
Por Enrique García MáiquezLeer columna
Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.
Por Francisco J Contreras Leer columna
Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate
Por Rafael Sánchez SausLeer columna
Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).
Por Ana María Velasco Plaza Leer columna
El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización Publicado previamente en LA GACETA
Por Francisco J Contreras Leer columna