Martes, 07 de mayo de 2024
Enésima ofensa al ciudadano
La gasolina del anarquista
Y es que es común que en España la persona con problemas, (anciano, parado, separado, embarazada, pobre, etc.), sea vista como problema que quitarse de encima. ¿Soluciones políticas? Eso es muy complicado y los políticos no desean complicarse la existencia, sino disfrutar de la mamandurria; liberalismo lo llaman hoy. ¿Y qué piensa el buen ciudadano sin graves problemas? Pues en general que “la vida es dura”.
Evidentemente así no se puede solucionar ningún problema serio, y si se soluciona o es criminalmente, o temporalmente o por pura casualidad, o porque algún bobo se deja vida y hacienda auxiliando a otros vaya usted a saber por qué absurda creencia. Así las cosas, si desidia oficial y ciudadana no resuelven, se pasa a considerar que algo habrá hecho el sufriente para padecer tan recalcitrante dolor, contrayendo estatus de molestia social. He aquí la eutanasia de la conciencia, que exonera del deber individual de auxiliar al odioso personal en apuros. De acuerdo con esta filosofía de vida, la culpa del paro la tiene el parado, ya sea por no saber idiomas, o por haber hecho una carrera en vez de otra, o por no haberla hecho, o por ser una especie de borracho apoltronado que no quiere enriquecerse montando empresas.
El caso es que, con inglés o sin inglés, con carrera o sin ella, los jóvenes en paro trabajábamos cuando las cosas iban bien. Mayormente nos conformábamos con becas, prácticas, contratos temporales, jornadas interminables, salarios de miseria y cortísimas expectativas de carrera. Unos pocos montaron empresas sometidas a insoportable competencia esclava, presión impositiva, frenética burocracia, y pagos sin fecha y sin fondos (¿respondemos así a por qué queremos ser funcionarios?). Tal era el homenaje que el éxito político, empresarial y financiero rendía a sus cachorros. Sin embargo la troupe rectora de parlamentos, bancos y cajas, empresas, asociaciones, medios de comunicación, etc. (cuya edad media creo supera los 40 años) quiso llevarse al país de buceo por las honduras de la miseria material y moral. Hoy esa élite denostada permanece en el poder, es rescatada o se jubila con pensiones millonarias; mientras tanto, los peones nos zampamos el fracaso nacional que ellos engendraron al grito de tonto el último, y además somos motejados de ignorantes incapaces y perezosos, únicos responsables de nuestra desgracia. Son aquella élite social de traje, sus golfadas y su cachondeo la gasolina del anarquista, nadie más, no nos engañemos.
En resumidas cuentas, ni la incapacidad gestora es una cuestión relacionada exclusivamente con la edad, ni el paro juvenil es fruto inequívoco de la pereza o la ignorancia, palabra de ser humano. Miren ustedes, frases como la del señor Mena satisfacen el sádico gusto de los canallas señoriales por aplicar la fusta a la espalda del débil, además de traer al presente el espíritu de la quema de monigote en plaza pública de villorrio. Creo hablar en nombre de millones de jóvenes y mayores españoles cuando reivindico una España regida por la Justicia, y no por el interés mezquino de usureros y mafiosos, bien representado hoy en los parlamentos patrios. España no puede seguir siendo el privadísimo cortijo de un puñado de oligarcas por partida doble, en español y en inglés. En ello nos va el pan, y a no mucho tardar, la vida
Comentarios
Por Lancia de Latarce 2012-05-17 00:31:00
Sr. Cifu lo que describe en su artículo es tan real y tan sangrante que me trae a la cabeza el argumento del Padre Mariana que el magnicidio puede estar justificado en casos de gobernantes que llevan a la miseria y a la muerte a una gran parte de la ciudadanía. No me refiero a la literalidad de la medida pero sí que esta casta que nos gobierna debe ser eliminada
Por Tineo 2012-05-15 22:47:00
Propongo a ese sr.Mena que se vaya él a Londres de camarero o de payaso. O de consejero de empleo a Mongolia Interior. Y que con su inútil sueldazo se paguen tres humildes , por ejemplo a chavales que repueblen reforestando el último incendio.
Por JM 2012-05-15 20:57:00
Sr. Cifu, todo sigue igual para no cambiar nada, le recuerdo "En los mismos ríos entramos y no entramos, somos y no somos los mismos". Aquí cambiamos no sólo el agua sino también el cauce, para que siga corriendo el agua, pero los rios son los mismos y ellos quieren que no seamos. En romance cristiano, cambiaron el cauce la llamada democracia, bajan aguas siempre nuevas, pero nosotros seguimos sin aprovechar el rio, pues el cambio del cauce del Antiguo Régimen a esta democracia que padecemos, lleva las aguas y su utildad a los prados y huertas, de los de siempre. Ánimo sr. Cifu, algún día tomaremos la Bastilla, que al fin y al cabo, fue un cambio de cauce, para seguir los mismo aprovechando las aguas.
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