Miercoles, 27 de noviembre de 2024
A propósito de las recientes declaraciones de Mariano Rajoy
La relevancia social del matrimonio
Como era previsible, no han tardado en llegar las réplicas por parte del “movimiento gay”. El principal argumento, aparte de los típicos calificativos de ultraderecha, cavernícolas etc, es que debe respetar una ley aprobada por el parlamento y con gran respaldo social.
Cierto que es una ley aprobada por el parlamento, pero, si la derogara, sería con otra ley emanada del Parlamento y con la misma legitimidad.
Lo del gran respaldo social es algo más dudoso todavía pero irrelevante para lo que quiero exponer.
Lo que considero un error que se está dando, en muchos ámbitos y no sólo este, es la regulación por el estado de asuntos que van más allá de sus competencias, en este caso los afectos o gustos sexuales.
El matrimonio no es una institución creada por nuestra constitución ni por ninguna ley democrática sino que es previa a cualquier legislación. La razón de ser de las leyes matrimoniales no es garantizar una forma de relación heterosexual o privilegiarla frente a otras, sino velar por el buen desarrollo de una institución indispensable y base de cualquier sociedad. El matrimonio merece una protección por ser el lugar donde el ser humano nace, se educa, crece y encuentra esa identidad que no le va a dar ninguna creación político-social.
Lo relevante no es la cantidad, calidad u otros pormenores de la relación sexual que, lógicamente, conlleva. Lo relevante es que en ella surgen y maduran los nuevos miembros de la sociedad.
Por su propia naturaleza, una unión entre personas del mismo sexo no cumple estas funciones. Su categoría social no debiera ser diferente a una relación de amistad o pacto de cohabitación por otros intereses económicos, familiares o de afinidad. Lo contrario sería premiar la práctica sexual frente a otras relaciones afectivas o de dependencia sin mediar sexo.
La regulación de unos acuerdos económicos y de convivencia con efectos fiscales o hereditarios podría ser perfectamente asumible siempre que fuera abierto a todo tipo de convivencias.
Una simple equiparación con el matrimonio en base a una práctica sexual es conceder un estatus de privilegio a cambio de nada.
Quedamos, además, sin argumentos para negar la misma condición de “matrimonio” a quien se identifica con otras costumbres sexuales: poligamia, incesto, etc.
Esto, y sólo esto, es lo que hay que hacer entender sin entrar a argumentos morales o ideológicos. Lo que haga cada uno con sus glándulas sexuales me interesa más bien poco.
Comentarios
Por Víctor Luis D. H. 2010-11-05 18:07:00
Kelsen: Gracias por leernos y dar tu opinión. El argumento para negarse no es la condición sexual. Ese aspecto es indiferente. El matrimonio homosexual no puede ser matrimonio porque no cumple las funciones propias del mismo. Puede ser una relación con todo el amor del mundo que se quiera pero no matrimonio. El estado no está para ir inventando derechos. Un homosexual debería tener los mismos derechos que un heterosexual esto es, a casarse con alguien del sexo contrario. Si no quieres no lo hagas pero no se debe legislar lo imposible. A mi me gustaría tener un Ferrari pero no existe ningún derecho a tenerlo. Si puedes te lo compras y si no te quedas con las ganas.
Por kelsen dixit 2010-11-05 16:01:00
Pues yo no estoy de acuerdo y es que, la ley que regula el matrimonio homosexual no establece ninguna "obligación" sino que extiende el derecho a contraer matrimonio a personas que tienen una orientación distinta a la, digamos, teóricamente mayoritaria. ¿Por qué no ampliar derechos?
Por Nuria Martínez-Viademont 2010-11-04 19:11:00
Yo voy más allá. Voy a que hemos pasado de padre y madre a progenitor A y B; de esposo y esposa, a cónyuge 1 y 2. Ahora, pretenden "regular" los apellidos, como si estuviéramos en una tómbola, quitarán el libro de familia individualizándolo, desarraigando poco a poco al individuo de sus raíces más próximas, de sus orígenes y de sus afectos. Pronto, vendrán los números como en Spandau, Dachau o Treblinka, después, el microchip insertado en la piel, tras ello, un código de barras y el comercio cárnico como ya noveló Aldous Huxley. En mi caso, citando parcialmente a ese librepensador por todos conocido como Obelix, exclamo: IIls sont fous, ces socialistes! Saludos.
Por jose Miranda Alonso 2010-11-04 18:56:00
El matrimonio es una relacion juridica entre hombre y mujer,que se ampara en el amor entre ellos y en el amor de DIOS
Por OLGA Mª SUÁREZ MÉNDEZ 2010-11-04 12:44:00
Comentarios Regresando a la infancia ,cuanto queremos a nuestros padres y cuanto les necesitamos , ellos son nuestro ejemplo y nos trasmiten seguridad , que bien nos sentimos si ellos se quieren y son felices ..que mal ..si se pelean ..que paz cuando se reconcilian ,recordando nuestra infancia.. son nuestros padres a los que más queremos ,primero a ellos y luego.. a los demás . No debemos olvidar.. Todas esta esperiencias quedarán guardadas en nuestro interiór y viajaran con nosotros toda la vida .y de alguna manera proyectaremos en nuestros hijos . bien Muy bien por el artículo.
Por Francisco Javier Garcia A 2010-11-04 08:15:00
Comentarios Bien argumentado. Puro sentifdo común. Esperamos impacientes otras colaboraciones
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