Sabado, 23 de noviembre de 2024

Laissez faire, laissez passer

En primer lugar, la hecatombe originada por el negocio bancario con reserva fraccionaria sobre depósitos irregulares de dinero (impulsada por la “banking school” del XIX británico): consiste en que si usted deposita 100 € en un banco, el banquero presta 96 a otra gente, que a su vez depositará el dinero en otra cuenta, y así sucesivamente. Al final, mis 100 € se pueden llegar a convertir en 1000 €. Esta “multiplicación de los panes y los peces” en versión banquera se llama “multiplicador bancario” y es un fraude tolerado por la ley, ya que un depósito de dinero no es un préstamo. El problema es que si el banco presta ese dinero a gente que no lo devuelve, las pérdidas de su depósito serán, efectivamente los 96 € y el banco no podrá devolverle a usted los 100 € depositados. De ahí que cuando los bancos arman alguna bien gorda se formen colas para retirar el dinero depositado.

  En segundo lugar, la catástrofe masiva originada por la incontrolada emisión pública de papel moneda: consiste en la traslación de la filosofía del punto anterior al banco central. En su origen, el banco central de un país imprimía billetes de banco, que eran certificados de depósito equivalentes a, por ejemplo, las 10 toneladas de oro o plata almacenados en el tesoro. Quien quisiera podía cambiar su billete por oro o plata, pero con el tiempo algún lumbrera pensó que sería buena idea imprimir más certificados de depósito que depósitos. La banca privada aplaudió con las orejas esta ocurrencia, ya que esta práctica, bien llevada, les permitía hacer mucho más negocio.  

  Por último, el fracaso del “laissez faire. laissez passer” fisiócrata: se supone que el Estado debe “dejar hacer, dejar pasar”, es decir, no regular las actividades privadas. Esto incluye permitir los dos fraudes anteriormente descritos, así como no abrir la boca cuando esos dineros se inviertan desastrosa y estúpidamente en incomprensibles derivados financieros sobre títulos hipotecarios. ¿Y por qué los banqueros invirtieron en esa porquería? Pues porque los jefes no llevan el negocio personalmente, y porque los jefecillos y empleadillos cobran bonificaciones por resultados, de forma que para el jefecillo es mejor que esa porquería dé dinero al banco durante unos años aunque al final lo arruine, que decir que es porquería.  

  Añadámosle las desastrosas consecuencias de la especulación sobre materias primas de primera necesidad, que está revelando su potencial destructivo:

  Desde el hundimiento del mercado de derivados hipotecarios, los fondos de inversión han redirigido su liquidez hacia los mercados de materias primas, fundamentalmente minerales y productos alimenticios.

  Esto aumentó su demanda, pero como su oferta no creció al mismo ritmo, el precio de tales productos aumentó muchísimo, atrayendo a su vez más y más capitales de fondos de inversión que compran y venden títulos de propiedad de, por ejemplo, petróleo, oro y trigo. Y lo grave es que el incremento de precios de las materias primas se traslada a sus productos derivados, lo que reduce el nivel de vida de la gente común y corriente, que se enfada con razón.

  Para evitar enfados y disturbios, Rusia prohibió en 2010 la exportación de trigo y muchos países pobres optaron por subvencionar la compra de productos de primera necesidad. Pero, aún así, los incrementos de los precios internacionales han sido de tal calibre que países como Túnez, Jordania o Egipto no han podido asumir todo el incremento de la factura, y han tenido que repercutir parte del aumento en el consumidor final. Como consecuencia, los precios de venta al público de productos de primera necesidad como trigo, carne, azúcar, y similares han experimentado incrementos de un 20%. Este ha sido el colmo de la paciencia de sus poblaciones, hartas de la miseria, el paro masivo, la corrupción y la chulería antológica de sus gobernantes, respaldados por unos miserables países occidentales cuya política exterior consiste en apoyar a tiranos amigos para beneficio propio, de sus empresas y de sus fondos de inversión.

  Espero les haya gustado el verdadero rostro del liberalismo económico.


Comentarios

Por Nuria Martínez-Viademont 2011-02-16 22:32:00

Jajaja, muy bueno lo de "fisno-modelno" ...


Por Jaime Cifu 2011-02-16 19:36:00

La respuesta la puede encontrar en google por la voz "laico": "Fiel bautizado que no ha recibido el sacramento de Ordenes Sagradas y no pertenece a un estado religioso aprobado por la Iglesia". Es decir, que es perfectamente posible ser laico católico. Otra cosa es el laicismo que, usurpando el término, dice que no se puede ser laico y tener fe... porque el en la práctica el laicismo es el ateísmo de toda la vida pero dicho en "fisno-modelno".


Por Nuria Martínez-Viademont 2011-02-15 17:45:00

Explíqueme Sr. Cifú, como se puede ser laico (Independiente de cualquier organización o confesión religiosa) católico. ¿No es algo contradictorio?


Por Jaime Cifu 2011-02-12 14:50:00

Nuria: le honra su curiosidad, pero dado que conoce los principios, seguro que también sabe que la Iglesia Católica fija los principios a respetar, aunque no se proporcionan las estrategias para ello, cuyo diseño corresponde a los laicos católicos atendiendo a circunstancias concretas de tiempo y lugar.


Por Nuria Martínez-Viademont 2011-02-11 19:47:00

Don Jaime, por supuesto que considero que hay alternativa-s (en plural), la suya por supuesto, es otra, tan válida como las demás. No le falta razón en el actuar de los bancos, pero es que yo soy de esos seres raros que considera que no siempre fallan los sistemas sino los humanos que los manejan. Hay leyes justas e injustas, pero las primeras se trocan en las segundas según la honradez y rectitud de quienes las aplican... tenemos un muestrario de botones amplíiiisimo. ¿Por qué no nos orienta sobre cómo se aplicaría esa doctrina social de la Iglesia a los mercados?


Por Jaime Cifu 2011-02-11 10:22:00

Nuria: ¿Realmente considera usted que sólo existen comunismo y capitalismo? ¿Considera que no hay alternativas? En este artículo se plasma una realidad que reconozco que puede chocar con todo lo que le han contado, pero al fin y al cabo es una realidad que desmiente la teoría liberal, al igual que la ruina comunista desmintió la teoría socialista. Ambas cosas son ideologías emparentadas que surgen de una mentira antropológica... y faltar a la verdad sobre el hombre tiene consecuencias gravísimas. La alternativa es una economía de mercado inspirada en los principios irrenunciables de la doctrina social de la Iglesia.


Por Nuria Martínez-Viademont 2011-02-10 11:41:00

¿Según Vd. la situación pasa por el intervencionismos estatal? ¿Qué alternativas propone al "horrendo" liberalismo?


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