Domingo, 05 de mayo de 2024

Lo que la mentira esconde

El pensamiento de los liberales clásicos ha sido falseado hasta la náusea en el siglo XX por divulgadores de tres al cuarto bien financiados por universidades, empresas y políticos. Según la propaganda predominante en la actualidad, aquellos hombres defendieron el bien y la libertad individual y nos legaron los principios que hacen pacíficas y tolerantes a las sociedades.

  Sin embargo, basta acudir a los originales de Locke, Hume, Cantillon, Quesnay, Smith, Mill, Ricardo, Malthus, etc. para darse cuenta de la verdad; de que estos señores se desgañitaron negando que existiera un bien supremo objetivo hacia el cual el hombre deba orientar su vida, de modo que explícitamente rechazan la libertad interior, la verdadera libertad. No sólo esto, también consideraron que el deseo primordial de la mayoría de los hombres (a los que caracterizan como una manada estúpida) es ser lo más rico posible, y que se puede construir una exitosa sociedad manipulando adecuadamente este deseo desde el poder político.

  El programa de ingeniería socioeconómica liberal consiste, pues, en relativismo moral, materialismo e intervencionismo público sin ambages. Para imponerse, tal programa requiere al menos de tres cosas: el primero es conquistar el Estado y configurarlo a su antojo; el segundo es proporcionar esperanzas de mucho “pan y toros” a la masa; el tercero y último es moldear a su gusto las mentes de toda la “ciudadanía”, pero en particular de unos pocos intelectuales áulicos (ya sean de izquierda –alias el pastor del rebaño- o de derecha –alias su border collie-) empleados unas veces como ariete, otras como caballo de troya, contra cosmovisiones rivales. Este último punto es crucial, y es que los materialistas liberales no desdeñaban en absoluto el valor de las creencias establecidas; de hecho en su obra Consideraciones sobre el Gobierno representativo, J.S. Mill decía que “una persona con una creencia representa una fuerza social equivalente a la de noventa y nueve personas que sólo se mueven por intereses”. Y es que las nuevas creencias cambian el mundo de forma silenciosa, asesinando viejas creencias en el escenario del crimen que es la mente de los hombres. Éstos pueden no compartirlas, pero en no pocas ocasiones al menos no tienen otras.

  En pocas palabras, el liberalismo tolera casi cualquier cosa, excepto que un poder independiente como la Iglesia Católica interfiera en sus planes presentando una poderosa idea rival. Por ello los liberales malos (izquierda) tratan de expulsar por las bravas a la fe católica de la vida pública, mientras que los liberales buenos (derecha) tratan de anestesiar su reacción sugiriéndole que hay un liberalismo que es su amigo.

  Pese a todas sus promesas y a 50 años de prosperidad material basada en montañas de deuda, nuestro tiempo está mostrando las consecuencias de los errores monstruosos del liberalismo: sociedades sin guía moral, sin ningún objetivo salvo acumular riquezas, dotadas de Estados elefantiásicos y criminales que se dedican a exterminar seres humanos débiles y a perseguir la fe cristiana. Gracias a Dios, ser conscientes del problema es el primer paso para solventarlo... leamos pues a los originales del liberalismo para desvelar aquello que la mentira esconde.


Comentarios

Por Jaime Cifu 2011-08-07 22:09:00

Según el liberalismo, el camello que vende droga actúa bien, porque beneficia al que la vende y al que la compra voluntariamente. Según el liberalismo, no existe motivo para impedir la eutanasia, cuando es consentida. En estos dos casos la libertad no está referida a una idea de bien, sino a una noción de no coacción ajena a los implicados en un intercambio. Así, también puede ser justificable la esclavitud consentida (sí, en el Mises Institute defienden este punto). Por último, según el liberalismo (ver cita superior), un católico no debe trasladar sus ideas a la legislación, pero un ateo liberal sí.


Por Ansurez 2011-08-07 00:27:00

Comentarios Hay muchas ideologias que se empeñan en crear el paraíso terrenal, que se empeñan en imponer su concepto de la felicidad a los demás: unos quieren el reino de Dios en la tierra (teocracia), otros el paraíso proletario (comunismo y socialismo), otros quieren la supremacía de una raza (nacionalismo), otros la "liberación" del mundo animal o de la mujer a costa de su feminidad. El liberalismo no es tan ambicioso, simplemente busca la mejora de las condiciones de vida de la humanidad para que cada uno busque SU felicidad. La propuesta liberal no es totalitaria o totalizadora, sino parcial, no pretende redimir al hombre, pues no le compete.


Por Jaime Cifu 2011-08-06 21:39:00

Perdón, Ansúrez, que puse mi respuesta con su nombre por error.


Por Ansurez 2011-08-06 21:38:00

Usted no tiene ni repajolera idea de lo que decían los liberales clásicos; por tanto, es usted uno de esos hombres que presuntuosamente creen conocer lo que es el liberalismo por lo que afirman mercenarios o charlatanes en radio, prensa y televisión. Lo digo porque la doctrina moral de esta gente es el utilitarismo, en virtud del cual una acción es buena si tiene consecuencias "buenas", es decir, si provee bienestar, entendido como placer material o espiritual. Respecto al ámbito espiritual y dado que por lo general consideran la religión revelada como una superstición biológica ajena a la razón... todo se queda en puro y duro materialismo. Por otro lado, para ellos toda acción es movida por el egoísmo. Toma "reputados moralistas". Para finalizar, claro que quieren mejorar las condiciones del hombre, justo la misma intención de sus hijos social-comunistas y anarquistas.


Por Ansurez 2011-08-05 22:21:00

Comentarios: la verdad es que ya estaba echando en falta la diatrabas antiliberales a las que nos tiene tan acostumbrados el autor. Yerra en la calificacion estrictamente materialista de los clasicos liberales, pues casi todos eran unos reputados moralistas. Lo que pasa es que los liberales pretenden mejorar las condiciones de vida del hombre, correspondiendo luego a cada uno, decidir que hace con su bienestar material, que a partir del momento en el que entra en juego la moral. No impone una moral publica y unica, pues esta es una cuestion que queda a la libre decision del individuo y de la sociedad civil, no del Estado. Ahora que si lo que propone el autor una teocracia, pues la verdad, es que poco mas se puede decir


Por Nosputy 2011-08-04 12:33:00

Así lo entendemos la mayoria. Hombre por lo visto a dia de hoy los grandes maestros de la mentira que la han hecho herramienta de su trabajo son los politicos y representantes del mas alla estos últimos maestros y genios en el arte del engaño, llegando a tales extremos de producir MILAGROS en su oratoria. ZP tiene fama de ser mentiroso compulsivo pero al lado de la politica negra es la mayor mediocridad hasta para eso, se le ve venir desde lejos.La mentira esconde todo aquello que pretendemos ocultar.


Por Jaime Cifu 2011-08-04 08:55:00

Pues no sé Jesucristo, pero los señores de la RAE dicen que mentir es "decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa".


Por Nosputy 2011-08-04 00:42:00

¿Que es la mentira?, si es lo contrario a la verdad, ni Jesucristo la supo definir cuando fue interrogado por Pilatos, suponiendo que esto ocurriese alguna vez . Mal andamos cuando tanto se machaca en hierro frió.


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