Abidal fue el inesperado invitado en la noche de Reyes bilbaína, a la que Llorente se sumó demasiado tarde para intentar culminar la remontada.   

El Athletic tenía dos premisas que cumplir. La primera, mantener la intensidad defensiva que exhibió en el Camp Nou en la ida para bloquear el ataque blaugrana. La segunda, buscar el gol, con tranquilidad, sin caer en la precipitación.

   Ambas las cumplió con creces en la primera mitad. Los rojiblancos se mostraron solidarios en defensa, cerrando bien las líneas para no favorecer espacios que pudiera aprovechar el Barça. En ataque, sin contar con el alto porcentaje de posesión del balón del rival, el conjunto bilbaíno fue atrevido y dio trabajo a Pinto.

   El Barça gozó también de buenas ocasiones pero se vio obligado a hacer un mayor trabajo de contención, pero dispuso también de buenas ocasiones en la primera mitad.   

Los de Guardiola comenzaban jugando a su estilo habitual, jugando al toque, eso sí en corto y sin profundidad. Hasta que una pérdida de balón de Susaeta propició el primer gran susto del partido. Alves desde la derecha asistió de manera impecable a Villa que cabeceó a bocajarro un balón que pudo detener Iraizoz mientras San Mamés respiraba aliviado.

   Susaeta era protagonista de la primera y gran ocasión del Athletic. Pero el eibartarra mandaba a las nubes un balón que Gailondo le había puesto prácticamente en el punto de penalti.  

  A partir de ahí, el choque fue un toma y daca de ocasiones.Messi, muy flojito a las manos de Iraizoz. Llorente y Toquero de cabeza. Luego, Xabi desde fuera del área tras un saque de falta. A continuación Pedro desde la media luna. Y, a un minuto para el descanso, Gurpegui a punto de cabecear a la red una falta sacada por Gabilondo.

   La eliminatoria volvía a partir de cero y el Athletic, animado por el resultado y por el calor y el ánimo de San Mamés, confiaba más en sus posibilidades y se crecía. Susaeta se quedaba en el vestuario con un golpe en el gemelo derecho que había sufrido en un choque con Xavi, y David López ocupaba su lugar. Arrancaba la segunda mitad y el Athletic presionaba más arriba. El conjunto culé tocaba y tocaba pero sin poder sacudirse la presión.

INIESTA ENTRA Y ABIDAL SORPRENDE

   El Barça no quería esperar más para marcar, pero sus tímidos avisos eran bien interceptados por Iraizoz. Los nervios amenazaban con aflorar en las filas blaugranas y Guardiola intentaba dar más mordiente ofensivo dando entrada a Iniesta por Adriano, y no se equivocó.   

Con la presencia del de Fuentealbilla sobre el césped, el Barcelona despertó y los defensas del Athletic se tuvieron que aplicar. Villa lo intentaba en dos ocasiones pero no era el Guaje el que abría la lata, sino el que nadie se esperaba, Abidal.   

El impacto que había recibido sobre la ceja derecha en los primeros minutos de la segunda mitad despertó el instinto goleador del lateral francés. Abidal se estrenaba como goleador con la camiseta del Barcelona, marcaba el segundo tanto de su carrera y hacía enmudecer a La Catedral con el que a la postre fue el tanto que permitió el pase del Barcelona a los cuartos de final.  

  Las cosas se complicaban para el Athletic, que estaba obligado a marcar dos goles, pero Fernando Llorente, que no había brillado especialmente esta noche, ponía el hálito de esperanza necesario en el minuto 84.   

Aún había tiempo, y los leones, todo corazón, lo intentaban hasta la saciedad, hasta el final. Pero la sentencia estaba echada y el Barcelona se llevaba la eliminatoria ante un Athletic que compitió durante 180 minutos y al que su afición despedía como se merecía, con una tremenda ovación.