Miercoles, 27 de noviembre de 2024
Mercedes Sallisachs, in memoriam
Asco y náusea: el volumen de la ausencia
Dejando aparte, como es natural, las pérdidas de personas íntimas, familiares, amigos, compañeros o colegas de trabajo con los que tuve un contacto entrañable, habitual y constante, tengo que confesar que soy especialmente sensible a las desapariciones de figuras pertenecientes al llamado mundo de las letras. No quisiera aparecer como un pedante fatuo y sinsustancia; siempre sentí y sigo sintiendo una sana envidia de quienes son capaces de plasmar en acertadas palabras, lo que antes fueron ideas, realidades, fantasías, sentimientos, hechos, etc., cuando esas palabras son capaces de transmitir a los demás, enriqueciéndolos, esos conceptos intangibles que, de otra forma, quedarían flotando en los insondables espacios etéreos o sabe Dios hoy dónde, por aquello de las modernidades que van apareciendo ante nuestros ojos atónitos como son las "NUBES", "RAM", "C?, ?DROPBOX", etc. etc.
Pensaba ser muy breve y me estoy marchando por esos famosos cerros de Úbeda a los que tantas veces vamos a parar los modestos aprendices de escribientes, incapaces de conformar síntesis precisas y, a ser posible aunque sería mucho pedir, preciosas de lo que, desordenadamente, pulula por nuestras cabezas.
Ha muerto Mercedes Salisachs, escritora cuyas páginas un servidor había frecuentado con deleite. Andaba yo, como se comprenderá por lo dicho, apesadumbrado, pensando en su palabra, ya enmudecida y, valorando la posibilidad y oportunidad de traer su recuerdo al presente, me topé con un artículo de ABC en el que Juan Manuel de Prada expresa su parecer sobre la fallecida autora y su entorno, de una forma exquisita, llena de elegante agudeza e indignada dureza. No quiero plagiar su estupendo, certero y oportuno escrito porque sería indigno y vergonzoso pero como andaba yo sobre lo mismo, tampoco quiero dejar de acompañarle aunque solo sea haciendo una modesta segunda voz o un contracanto a su ?canto primo?.
Cuenta Juan Manuel de Prada en su artículo, una anécdota sangrante y vergonzosa según la cual en su día, en el Instituto Cervantes de Nueva York, una personalidad de las letras iberoamericanas tuvo la idea de dedicar una conferencia a la obra de Dña. Mercedes. Expuesto el propósito y realizada la consulta sobre el caso al Ministerio de Cultura Española, se obtuvo la siguiente respuesta: "De esa señora no queremos saber nada, es de derechas y además muy religiosa". Ejemplar, digna y muy lógica respuesta en consonancia con el ejemplar, digno y muy lógico ministerio del gobierno del tristemente recordado Rodríguez Zapatero que gobernaba, es un decir, entonces en nuestra sufrida España. Claro que pedir otra cosa o por lo menos una respuesta correcta, entraría en el mundo de las quimeras.
Sin embargo, la contestación no dejaba de ser una gran verdad: Mercedes Salisachs era de derechas, muy religiosa y reunía además otras cualidades no expresadas, que la excluían radicalmente de poder ser considerada persona relevante en el mundo de la cultura, según lo políticamente correcto. ¡Hasta ahí podía llegar la osadía del pretendido conferenciante de Nueva York! Otros enormes inconvenientes que reunía nuestra autora eran los de ser "burguesa", de costumbres selectas, defensora del derecho de ser castellanoparlante en Cataluña, etc. Recuerdo haber leído un artículo suyo, creo que publicado en La Vanguardia, en el que defendía la beatificación de D. José María Escrivá de Balaguer, contra las críticas que había suscitado dicha beatificación. Ella no pertenecía al Opus Dei pero manifestaba su opinión. En resumidas cuentas daba testimonio de su fe en la transcendencia y su respeto a las decisiones de la Iglesia.
Menos mal que algunos premios, ninguno lamentablemente oficial, y miles de lectores dan fe hoy y darán mañana, D. m., de la categoría de la escritora, pero nuestro resentimiento envidioso unido a nuestro cainismo ignorante y mentiroso van a intentar su exclusión en el recuerdo. Es la deleznable venganza de los enanos mentales que nos toca padecer y que, desgraciadamente, ocupan pequeñas áreas de poder que utilizan de forma dictatorial, vil y rastrera. Algunos de los títulos de la escritora a la que estamos recordando, parecen premonitorios: "El volumen de la ausencia", "La gangrena", "Good bye, España"..., ausencia, ausencia en el recuerdo. La cuestión es que tras constatar posturas, opiniones y actuaciones cobardes y despreciables, al final, queda uno con esas sensaciones producidas por la injusticia y la negación interesada y ruin de la realidad auténtica e innegable: asco y náusea.
Descanse en paz Dña. Mercedes.
Francisco Alonso-Graña del Valle
Comentarios
Por Yaya 2014-05-21 19:51:05
Un artículo,muy agradable, delicado, amable,tal como era ella. Seguro que le ha gustado, a mi también.Y me has dejado claro,a quien votar. Muchas gracias y un abrazo.
Por Miguel SÁNCHEZ 2014-05-21 19:50:43
Por lo menos,en Dignidad Digital, se exalta con éste artículo la figura de Mercedes Salisachs que lamentablemente ha sido ignorada en ,prácticamente,todo el ámbito nacional. Era de justicia salir a recordar sus altas dotes literarias,y su humanidad y delicadeza de espíritu. La lectura de sus obras dejan huella
Por Fran Albión 2014-05-20 22:42:48
Gracias por este artículo. He de confesar que no desconozco la obra de esta señora pero gracias a tu comentario me han entrado ganas de indagar sobre su figura y leerla. Saludos
Por Cataláunico 2014-05-16 19:13:24
Se llamaba nada menos que Mercedes Salisachs Roviralta. Un atrículo en El Mundo de Silvia Taulés nos da una muestra de su categoría humana delicada, discreta, generosa. Con esos apellidos si se hubiese dedicado a cantar las excelencias de la quimérica patria catalana en su idioma, hoy sería festejada como una gloria nacional, pero aunque parece que dominaba varios idiomas, no escribía en catalán. ¡Qué sosa!