Domingo, 05 de mayo de 2024

la calle política no tiene salida

Calle del pecado y justiprecio

En una calle sin salida ni tapia peliculera que al saltarla ensanche el horizonte, unos pocos naranjos de esos que resisten el calor como adoquines y unos cuantos pisos que anidarán, seguramente, sueños infinitos, se lee el nombre de un ilustre economista sevillano que, por tener poco reconocimiento, no tiene ni el nombre bien escrito.

A la cabeza del paro y a la cola de la renta per cápita, ni son muchos ni concluyentes los estudios que han abordado las causas de la fragilidad económica de Andalucía; quizás estamos demasiado a gusto cantándonos nuestras lindezas y dispuestos a culpar de nuestras penas a los caciques cortijeros y a los industriales de la ribera del Llobregat.

Lo que sí es cierto es que el imaginario colectivo de una sociedad es el que se ocupa de señalar a los modelos a imitar y a los villanos a los que repudiar. Y el nomenclátor callejero es un buen indicador del imaginario de una sociedad. A él se encumbran vecinos notables, devociones hondas y fechas recordadas o que nos obligarán a recordar.

Como en tantas cosas, lo difícil del nomenclátor no es llegar a él en forma de rótulo. Lo difícil es supervivir al revanchismo y a la terrible pregunta aldeana de «¿Y este tío que hizo por la gente del barrio?». Tremendo preámbulo de un pleno municipal de algún ajuste histórico que cambiará a alguien olvidado por un vecino efímeramente ilustre.

Y viene todo esto a colación de la publicación de la obra «Economía y Economistas Andaluces» (Ecobook) que ha coordinado la profesora Rocío Sánchez Lissen. Una obra que nace ya como una obligada referencia para los interesados en conocer cómo los economistas en Andalucía vieron pasar del Siglo de Oro al maldito oro olímpico en desempleo.

Uno de los autores más importantes y mejor olvidados, incluso en las facultades de Economía, sirvió al profesor Manuel Lagares para la presentación de esta ambiciosa y bien construida obra.

Precisamente un autor que coincide –cinco siglos después– con muchos de los que buscan en las carencias morales, las raíces de la crisis económica actual. Un planteamiento que yo no comparto del todo pero que da para muchas conferencias de los que no mostraron escrúpulos especuladores en época de bonanza y tampoco los tendrán, apenas la Bolsa recupere los 10.000 puntos y el Ibex 35 vuelva a dar subidas de festín.

Los británicos no sólo se quedaron con Gibraltar sino que también desde finales del siglo XVIII se ocuparon de eclipsar académicamente las aportaciones económicas de los doctores españoles de la Universidad de Salamanca. Un patrimonio cultural que no figura en ninguna «app» para «smartphone» ni, consecuentemente, en el imaginario colectivo de este país tan fuerte como España que logra supervivir unido a pesar de llevar siglos queriendo destruirse.

La explosión económica a la que dio lugar el descubrimiento del Nuevo Mundo y la vitalidad del siglo XVI cogió de sorpresa a los teólogos y moralistas. Incapaces de dar juicios morales a las leyes que regían un comercio que se había multiplicado.

Esta fue la tarea principal en la que se emplearon los teólogos e incipientes economistas de la Escuela o Universidad de Salamanca. Sus obras son manuales de confesionario que se publicaban en auxilio de quienes habían de administrar la absolución de los pecados y nada sabían de tipos de cambio, de préstamos con interés o sobre todo, de cuál era el precio justo de las cosas. Cobrar de más era pecado.

Figura muy relevante en este electo de economistas teólogos fue el sevillano Tomás de Mercado. Un fraile dominico que sirvió al profesor Lagares para presentar «Economía y Economistas Andaluces». Fray Tomás de Mercado fue un intelectual que ni está en las «apps» de los «smartphone», ni compartiendo imaginario colectivo con Belén Esteban, ni tiene el nombre completo en su calle (le falta el «de» en su calle sevillana), ni su calle tiene salida. Esperemos que la economía andaluza sí la tenga y en nuestro imaginario encuentren hueco fechas y nombres que hicieron de Andalucía y de España, una tierra prodigiosa.

José Manuel Cansino

laeconomiapublica.blogspot.com


Comentarios

Por JMGP 2013-12-05 12:51:00

Sorprende que piense que en España se puede poner el nombre de una calle a cualquiera que sea decente, religioso o que haya hecho algo bueno por España. Por otro lado la inmoralidad se ha instaurado en la clase política, y nuestros políticos se han ocupado de difundirla con éxito, por ello es difícil encontrar personas fiables cuando hay negocios por medio. Posiblemente las personas que hicieron de Andalucia y España una tierra prodigiosa no pertenecieran ni a los Sindicatos, ni al PSOE ni al PP, hoy día parece impensable que algo así ocurra, parece ciencia-ficción.


Comentar

Columnistas

"Agenda 2033, nueva y eterna"

  En su libro “Agenda 2033, nueva y eterna”, Eduardo Granados presenta una propuesta para que pongamos nuestra mirada en 2033, fecha en la que se cumplen dos mil años de la Redención. En 2033 confluyen las celebraciones del bimilenario de la institución de la Eucaristía, de la muerte y resurrección de Cristo y del nacimiento de la Iglesia. En esta entrevista el autor nos da las claves de esta original propuesta.  

Por Teodoreto de Samos Leer columna

Ningun margen

Detrás de tanta normativa milimétrica se agazapa una desconfianza descomunal en la gestión privada, que actúa como un implícito reproche moral. Publicado en El Debate

Por Enrique García MáiquezLeer columna

¿Son los derechos humanos una idea tóxica?

Occidente no perdió el rumbo en 1776, sino en 1917 y 1968.

Por Francisco J Contreras Leer columna

San Fernando: el rey y el gobernante

Sólo el advenimiento de los Reyes Católicos, y el resultado de su prodigiosa obra, pudo superar, andando el tiempo, esa primacía en la memoria de los castellanos. Pero para ello hubieron de pasar casi doscientos cincuenta años Publicado en El Debate

Por Rafael Sánchez SausLeer columna

Goma 2 Eco asturiana ¡y ya vale!

Cabe resaltar aquí lo afirmado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional: "En definitiva, da igual el explosivo que se utilizara, lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que estos personajes fueron los que cometieron ese atentado y la trama asturiana proporcionó los explosivos" (sic).

Por Ana María Velasco Plaza Leer columna

¿Por qué no una Europa gaullista?

El papel rector de la Comisión Europea —que concentra todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo de la UE, pero no responde ni ante los Gobiernos nacionales, ni ante los ciudadanos europeos ni ante el Parlamento Europeo— es el principal instrumento de ese proceso de supranacionalización   Publicado previamente en LA GACETA

Por Francisco J Contreras Leer columna

Prescripción del 11M, humillante final de una nación

No sé si las palabras del juez ponente del proceso del 11M -"hay cosas tan graves en el 11-M que por ahora es mejor que no se sepan"- están ahora más en vigor que nunca antes. 

Por Ana María Velasco Plaza Leer columna

FELIZ NAVIDAD

Un año más enviamos nuestra felicitación navideña a nuestros lectores

Por Editorial Leer columna

LA PROPOSICION DE LEY DE AMNISTIA Y NUESTROS DIPUTADOS

A propósito de este acuerdo vienen a la memori las palabras de San Agustín en La ciudad de Dios, si no se respeta la justicia, ¿Qué son los Estados sino grandes bandas de ladrones?. 

Por José Luis LafuenteLeer columna

¿Somos todavía una nación?

Las naciones no son entes abstractos sino productos de la historia y, como tales, objeto de construcción o destrucción

Por Rafael Sánchez SausLeer columna

Chile: lecciones de septiembre del año 1973

  La actitud del Partido Socialista chileno hacia la democracia era en los 60 y 70 la misma que la del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Francisco Largo Caballero desde 1933: la democracia podía interesar como instrumento o puente hacia la dictadura del proletariado.  

Por Francisco J Contreras Leer columna

Encuesta
¿Logrará la ciudadanía frenar la ley de amnistía?

a) no, el gobierno lo tiene todo "bien atado"
b) sí, la fuerza del pueblo es imparable

Dignidad Digital, S.L. E-mail: redaccion@dignidaddigital.com
logo